Salidas a la crisis
El famoso episodio de 1929 dej¨® una gran lecci¨®n, las repercusiones econ¨®micas de un desplome de la bolsa dependen menos de la severidad de la ca¨ªda en s¨ª misma que de la respuesta de los gestores de la pol¨ªtica econ¨®mica, particularmente los banqueros centrales. En aquella crisis el principal error de la Reserva Federal fue centrar sus pol¨ªticas en preservar el valor oro del d¨®lar antes que estabilizar la econom¨ªa dom¨¦stica. La elevaci¨®n de los tipos de inter¨¦s para proteger el d¨®lar empeor¨® la situaci¨®n y termin¨® en un fuerte desempleo, deflaci¨®n y en una fuerte restricci¨®n del cr¨¦dito. Sin estas equivocaciones hay pocas razones para no pensar que la crisis habr¨ªa sido seguida por un ajuste moderado de la econom¨ªa y no en la profunda recesi¨®n en que se convirti¨®. Esta ense?anza es muy relevante ante la situaci¨®n actual.
En ese sentido, el plan Paulson-Bernanke, m¨¢s all¨¢ de las consideraciones que debemos hacer sobre el riesgo moral que introduce, lo que intenta es crear liquidez en un mercado de activos, que tiene un valor te¨®rico pero que nadie quiere, para lo cual la Reserva Federal, mediante subastas, generar¨¢ un precio de referencia y activar¨¢ un mercado casi inactivo. Vale decir, impulsar¨¢ la liquidez y su acci¨®n repreciar¨¢ estos activos por encima del valor que hoy otorga el mercado, implicando adem¨¢s una especie de inyecci¨®n de capital, con respecto a la situaci¨®n actual. Otra opci¨®n distinta podr¨ªa haber sido actuar sobre el valor de las hipotecas, evitando las ca¨ªdas de precios, lo que mejorar¨ªa el valor del subyacente de los activos en problemas y en su valor.
?stas, que pueden ser soluciones, ser¨¢n m¨¢s efectivas en la medida que est¨¦n acompa?adas de una actuaci¨®n que permita abordar una visi¨®n global. La coordinaci¨®n entre la FED, el Banco Central Europeo y otros actores de mercados emergentes es m¨¢s necesaria que nunca. Un mensaje coordinado de pol¨ªtica monetaria podr¨ªa ser muy efectivo, y tendr¨ªa casi el mismo efecto otros de mayor costo fiscal.
Las soluciones parciales y aut¨¢rquicas que se comienzan a adoptar en algunos sitios son un elemento que adem¨¢s de incorporar distorsiones atentan contra la globalizaci¨®n de los mercados que tanto bienestar han demostrado incorporar a las sociedades.
Otra tentaci¨®n es pensar que se requiere una mayor y m¨¢s profunda regulaci¨®n. Los hechos evidencian que lo que ha ocurrido es que la no aplicaci¨®n de la regulaci¨®n existente en algunos segmentos, claramente identificados, ha potenciado la situaci¨®n.
Una de las lecciones m¨¢s importantes que obtenemos en la actualidad es que se est¨¢ produciendo una clara diferenciaci¨®n de los actores del sistema. Algunos emblem¨¢ticos han desaparecido o han sido absorbidos, pero aquellas instituciones que han hecho los deberes con un manejo adecuado de los riesgos de contraparte y de liquidez est¨¢n demostrando estar mejor preparadas para afrontar este ciclo de los mercados y ser¨¢n los actores centrales en este redise?o del sistema financiero internacional que se est¨¢ gestando.
Giovanni Di Placido es economista jefe de la Unidad de Modelizaci¨®n y An¨¢lisis Cuantitativo del Servicio de Estudios BBVA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.