La crisis llega al subsuelo catal¨¢n
La arqueolog¨ªa acusa la ca¨ªda de las inmobiliarias, que pagan el 92% de las excavaciones
La arqueolog¨ªa, que desentierra restos del pasado, y el sector inmobiliario, que construye edificios, tienen, de entrada, poco que ver; incluso representan mundos opuestos. Sin embargo, la crisis de los ¨²ltimos tiempos est¨¢ afectando a la arqueolog¨ªa en Catalu?a, como lo refleja el hecho de que este a?o no se van a alcanzar los 1.734 permisos de excavaci¨®n que la Generalitat concedi¨® en 2007 para realizar trabajos arqueol¨®gicos, una cifra que hab¨ªa crecido de forma continuada a?o tras a?o desde la d¨¦cada de los noventa.
La situaci¨®n afecta a 400 arque¨®logos en un sector con convenio pionero
El nexo es simple pero poco conocido y, sin embargo, ha ido marcando la actividad arqueol¨®gica catalana de los ¨²ltimos a?os: la mayor¨ªa de las excavaciones que se han realizado durante d¨¦cadas en Catalu?a son intervenciones preventivas o de urgencia fruto de la propia actividad inmobiliaria. Ello es as¨ª por la ley vigente, que obliga a que antes de comenzar una obra que pueda de afectar a restos del pasado (construir un edificio, una rehabilitaci¨®n o abrir una zanja para cableado) se realice una excavaci¨®n con el fin de que los restos se conserven o se documenten antes de destruirlos. Seg¨²n datos de la Generalitat, en 2007 se concedieron 1.592 permisos para hacer excavaciones de urgencias en Catalu?a, el 91,8% del total, y 142 fueron trabajos programados y de investigaci¨®n, o sea, s¨®lo el 8,2%.
El boom inmobiliario ha obligado a realizar, pues, muchas excavaciones previas y a que se necesiten muchos arque¨®logos para hacerlas: unos 400 profesionales, que han trabajado durante estos a?os para una treintena de empresas contratadas directamente por el promotor inmobiliario. El a?o pasado, dichas empresas firmaron el primer convenio colectivo del sector en Espa?a. Pero ahora, con el par¨®n inmobiliario, se construye menos y se trabaja menos, por lo que muchas de ellas empiezan a presentar problemas de liquidez.
El problema econ¨®mico tambi¨¦n afecta a las excavaciones programadas que realizan los servicios de patrimonio de los ayuntamientos o los departamentos universitarios (111 a lo largo de este a?o), pues, seg¨²n directores de excavaci¨®n que prefieren mantenerse en el anonimato, la mayor¨ªa de las campa?as ya se han realizado, pese a que la Generalitat a¨²n no les ha aprobado el presupuesto, ni por supuesto dado cantidad alguna para hacerlas, algo que se repite a?o tras a?o y que obliga a trabajar en precario, seg¨²n las mismas fuentes. Tambi¨¦n se quejan de la burocratizaci¨®n de la Administraci¨®n y de la escasa difusi¨®n de sus trabajos y de los cientos de excavaciones que cada a?o se realizan en todo el territorio, cuyas memorias quedan depositadas en el Servicio de Arqueolog¨ªa y no ven la luz en ninguna publicaci¨®n, por lo que la informaci¨®n no se convierte en conocimiento.
La idea es poner remedio a todo esto. Josep Maria Carret¨¦, director general de Patrimonio y arque¨®logo, lo anunci¨® el pasado martes durante la celebraci¨®n de los 25 a?os de la revista Tribuna de Arqueologia, ante el colectivo de profesores, investigadores y alumnos: "Se va a excavar menos, mejor y con m¨¢s calidad". Y al parecer se va a intentar, pues desde mayo se trabaja en la elaboraci¨®n de un plan integral de la arqueolog¨ªa catalana, el Piacat, para normalizar y regular la pr¨¢ctica de la arqueolog¨ªa. Se han formado 11 mesas de trabajo, a las que se ha convocado a los profesionales de la arqueolog¨ªa, y durante 120 horas se han debatido los problemas de formaci¨®n, difusi¨®n, ¨¦tica, legislaci¨®n, investigaci¨®n y ejercicio de la profesi¨®n. Los arque¨®logos que asistieron al acto del martes aplaudieron al director general tras sus palabras, pues pese a estar molestos con la situaci¨®n actual esperan que el plan, que debe entrar en funcionamiento en enero ddel a?o pr¨®ximo, acabe de una vez con la mala sinton¨ªa de los ¨²ltimos a?os entre la Administraci¨®n y los profesionales que ejercen la arqueolog¨ªa en Catalu?a.
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