Al Espanyol se le resiste Ra¨²l
Dos goles del capit¨¢n madridista igualan un partido con dos equipos muy valientes
Con la chistera de Ra¨²l y m¨¢s intensidad que f¨²tbol, el Madrid logr¨® domesticar un partido en el que estuvo tan cerca de perder como de ganar. El Espanyol le discuti¨® con acierto en las dos ¨¢reas, sin arrugarse jam¨¢s, siempre con la mirada al frente y la pelota como bot¨ªn. A los indiscutibles m¨¦ritos del cuadro catal¨¢n respondi¨® el equipo de Schuster con mucho empe?o y varios arrebatos. S¨®lo as¨ª logr¨® reducir a su adversario, que tuvo un cuajo inesperado: no cerr¨® el marcador cuando lo mereci¨® por juego, pero tampoco se desparram¨® cuando debi¨® soportar el efervescente asalto del Madrid en el segundo periodo.
No trenza el juego con demasiado mimo, le cuesta barrer la pelota al adversario, prescinde de los extremos -por las orillas s¨®lo rema un lateral (Sergio Ramos), que no siempre tiene dep¨®sito para defender- y su ataque es un embudo. Con este tejido, cualquier equipo quedar¨ªa en evidencia. El Madrid, no. Siempre encuentra una rendija por la que redimirse. Muchas veces tira de la precisi¨®n de Van Nistelrooy y otras tantas exprime la inagotable veta de Ra¨²l. No es un equipo estilista, pero a muchos rivales no les alcanza con el juego, de nada les sirve un sentido m¨¢s purificado del mismo. Le ocurri¨® al Espanyol, que jug¨® con una valent¨ªa extraordinaria, al hilo de De la Pe?a o, lo que es lo igual, sin perder de vista la pelota, con tres percutores permanentes como Luis Garc¨ªa, Tamudo y Nen¨¦. Cuando fue mejor -en el primer tiempo, de principio a fin-, s¨®lo pudo empatar; cuando decidi¨® jugar a la ruleta rusa con el Madrid, estuvo a punto de perder.
REAL MADRID 2 - ESPANYOL 2
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Van der Vaart (Robben, m. 46; Drenthe, m. 70), Diarra, De la Red (Sneijder, m. 68), Higua¨ªn; Ra¨²l y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek; Salgado, Metzelder y Saviola.
Espanyol: Kameni; Sergio S¨¢nchez, Jarque, Pareja (Lacruz, m. 46), Beranger; Mois¨¦s Hurtado, De la Pe?a (Coro, m. 75), Rom¨¢n (?ngel, m. 61), Nen¨¦; Luis Garc¨ªa y Tamudo. No utilizados: Cristian ?lvarez; Chica, Rom¨¢n y Rufete.
Goles: 0-1. M. 21. Tamudo, de penalti. 1-1. M. 22. Ra¨²l. 1-2. M. 32. Luis Garc¨ªa. 2-2. M. 45. Ra¨²l.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Pepe, Sergio Ramos y De la Pe?a.
Unos 70.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Frente a un rival m¨¢s estilista, el Madrid opuso un juego de alto voltaje
Desangelados De la Red y Van der Vaart, el primer acto fue gobernado por el Espanyol, que gravit¨® con fluidez en torno a De la Pe?a, que se hart¨® de dar puntadas con sus delanteros. Sobre todo con Nen¨¦, un tormento para Sergio Ramos, al que Schuster no da tregua y obliga jornada a jornada a una ida y vuelta constante. La movilidad ofensiva del equipo de M¨¢rquez retrat¨® a la zaga local. Tamudo se descolg¨® dos veces al costado derecho y el conjunto de Schuster se desquici¨®. En la primera acci¨®n, Heinze, sin freno, atropell¨® al capit¨¢n del Espanyol, que no fall¨® el penalti y, por fin, logr¨® anotar ante el Madrid en Chamart¨ªn. En la segunda ocasi¨®n, el desmarque de Tamudo hacia la derecha disloc¨® a toda la defensa blanca: Luis Garc¨ªa, el extremo derecho, termin¨® la jugada en la zona de Nen¨¦, anclado como boya en el puesto de Tamudo.
A cada acierto del Espanyol el Madrid respondi¨® con una se?a de identidad que tantas veces le ha distinguido en los ¨²ltimos tiempos: con un f¨²tbol tan simplista como eficaz. Ra¨²l fue Ra¨²l tras dos centros de Sergio Ramos desde el medio campo rival. El primero iba dirigido a Van Nistelrooy, que no lleg¨® al cabezazo, pero Ra¨²l, que jam¨¢s perder¨¢ la fe, fue a por la pedrea y acert¨®. El segundo pase de Ramos s¨ª tiene a Ra¨²l en la diana, pero ¨¦ste estaba en la trinchera con tres defensas. Nadie como el capit¨¢n madridista para embocar en el barbecho. Un tanto muy raulista y en el descuento del primer tiempo.
En la segunda ronda cambi¨® el gui¨®n. El Espanyol fue igual de valiente, pero perdi¨® el gobierno y acept¨® un duelo fren¨¦tico con el Madrid. El partido se volvi¨® trepidante, sin sosiego, con dos equipos desbocados, de porter¨ªa a porter¨ªa. Con todos flirteando con el gol. No hay rival al que le convenga ese tipo de encuentros con el Madrid, al que encumbra su pegada. Lo adivin¨® M¨¢rquez, que dio un vuelo a otro centrocampista, ?ngel, para sedar el partido. El equipo de Schuster, con el dep¨®sito de Sneijder y Robben en el medio, aument¨® el voltaje del juego y logr¨® equilibrar el choque, con el Espanyol m¨¢s comedido y el Madrid a toque de corneta. Ninguno encontr¨® remedio: ni el mejor Espanyol del primer tiempo ni el impulsivo Madrid del final.
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