Osasuna se deprime

Se trataba de un partido arriesgado. No por el momento, la sexta jornada, pero s¨ª por lo que de ¨¦l pod¨ªa deducirse. Tanto Osasuna como Racing eran parte del ilustre club de aquellos que no saben lo que es ganar esta temporada. Algo a lo que s¨ª se le ha de tener miedo. Si a ello se le une el condicionante de la anotaci¨®n, s¨®lo dos goles para los de Ziganda, la tensi¨®n parece l¨®gica.

El juego de los rojillos no es algo que contextualice esta situaci¨®n. Tampoco ante el Racing. Y eso que pelear por el quinto empate podr¨ªa parecer disparatado. En ning¨²n momento fue ese el modesto rumbo de Osasuna. Sali¨® como se esperaba. Desde el primer minuto qued¨® claro que para Ziganda la mejor manera de sacudirse los miedos era golpe¨¢ndolos. El Racing se propuso conquistar la medular para lo que utiliz¨® hasta seis de sus jugadores. Arriba el habilidoso Pereira trataba de resquebrajar una defensa rojilla comandada por Miguel Fla?o. Fue en otra de las internadas de Pereira cuando Fla?o cometi¨® la que a la postre ser¨ªa la falta determinante. Garay golpeaba la pelota que encontraba en la mano de Plasil la ampliaci¨®n de la barrera. Penalti y expulsi¨®n del checo. Pudo ponerse todo peor, pero Ricardo par¨® la pena m¨¢xima lanzada por Garay. En ese instante Osasuna se quit¨® los complejos. Descubri¨® que el Racing no era capaz de aprovecha su superioridad num¨¦rica.

Ziganda lo intent¨® con lo que ten¨ªa y aguant¨® hasta donde pudo. Cuando restaban dos minutos para el final del encuentro, un medido centro de Marcano, encontraba el preciso gesto de Valera que se anticipaba a Miguel Fla?o y deshac¨ªa los deseos de Ziganda que ve¨ªa con buenos ojos el que ser¨ªa el quinto empate de la temporada. Se complica la vida Osasuna, al que a la falta de punter¨ªa se le une ahora la desdicha.