El tango del tenor experto en Rossini y la coplera malague?a
Ya lo dijo Duke Ellington: s¨®lo hay dos clases de m¨²sica, la buena y la mala. La ins¨®lita pareja que anoche ilumin¨® el escenario del Teatro Real se aplic¨® la m¨¢xima del maestro y disfrut¨® de un repertorio tan hermoso que no precisa de categor¨ªas. ?Qu¨¦ hac¨ªan una coplera malague?a y un tenor experto en Rossini desgranando tangos de Gardel, Cad¨ªcamo o Santos Disc¨¦polo en un templo de la l¨ªrica? Lo mismo que les habr¨ªa pedido el viejo pianista de Washington: disfrutar.
"Me he cargado el micr¨®fono de tanta l¨¢grima. No se debe llorar en directo"
Cuentan que Jos¨¦ Manuel Zapata ya canturreaba a los tres a?os Noche de reyes entre su vecindario granadino. Pasi¨®n Vega tard¨® un poco m¨¢s en destapar sus cartas, pero en su primer disco desliz¨® El d¨ªa que me quieras, uno de esos tangos tan monumentales que los porte?os les reservan una denominaci¨®n m¨¢s enf¨¢tica: "tangazos", con mucho seseo. Los dos se admiraban en la distancia hasta que mandaron los prejuicios a paseo y se cortejaron para este Tango mano a mano. Anoche no fueron cl¨¢sicos ni populares, aunque s¨ª un punto arrabaleros.
Nunca se hab¨ªa visto p¨²blico tan heterog¨¦neo en la platea del Real. Junto al m¨¢s solemne y trajeado, o las personalidades pol¨ªticas y judiciales (Baltasar Garz¨®n suele dar muestras de buen o¨ªdo), por la sala asomaron mujeres como Esperanza, de 67 a?os, madrile?a de La Latina. Jam¨¢s hab¨ªa pisado el teatro de ?pera, pero esta vez sac¨® su entrada el primer d¨ªa por Internet. "Hemos dejado a los maridos y los nietos en casa. Que se apa?en ellos con la papilla", anunci¨® con gesto triunfante. A su vera, nueve integrantes de la Pe?a Pasi¨®n Vega de Ja¨¦n. "Ella es la m¨¢s grande, la primera cantante popular tras Roc¨ªo Jurado que pisa este escenario", anunciaba Ana Mar¨ªa Arenas, orgullosa. Y Leoncio Guijarro asent¨ªa: "?Esta Pasi¨®n nos tiene trastorna¨ªtos!".
No hizo falta ning¨²n gran despliegue. Ni una escenograf¨ªa apabullante ni miles de vatios en la mesa de sonido. S¨®lo un quinteto liderado por el guitarrista Fernando Egozcue -fundador del Ensamble Nuevo Tango y tanguero mayor del Reino- y dos voces extraordinarias que acaso nunca imaginaron compartir cartel. Si alguien temi¨® un trabajo rutinario o una emoci¨®n impostada, err¨® de pleno. Hasta el pinganillo estrope¨® Pasi¨®n de puro ardor. "Me he cargado el micr¨®fono de tanta l¨¢grima. Es que no se puede llorar en directo...".
Tres vestidos luci¨® Vega durante la velada: negro con fular azul cobalto, un modelo azul el¨¦ctrico que se le deslizaba brazo abajo y un negro de lentejuelas con el que interpret¨® una Garganta de arena deslumbrante. Zapato, m¨¢s sobrio en la indumentaria, bord¨® Por una cabeza y hasta se permiti¨® alguna travesura, como aparecer entre el p¨²blico con Tomo y ombligo. Los dos intercambiaron miradas de admiraci¨®n, compartieron brindis y hasta jugaron a leer un peri¨®dico en cuya cabecera figuraba la palabra Business, invitaci¨®n quiz¨¢s subrepticia para olvidarse un rato de Wall Street y volar con la imaginaci¨®n hasta la Avenida Corrientes.
Egozcue se las ingeni¨® con los arreglos para que las tesituras de ambos, muy distintas, se complementaran. Y as¨ª fue que cuando cantaron juntos, sobre todo en las estremecedoras Cuesta abajo y El d¨ªa que me quieras, erizaban el vello del m¨¢s templado. Ning¨²n aplauso son¨® tan sentido como el de una mujer rubia y menuda en la fila 8. La madre de Pasi¨®n tom¨® aire, alz¨® la vista hacia la inmensa l¨¢mpara central y suspir¨®: "?C¨®mo quiere que est¨¦? Yo qu¨¦ s¨¦. ?Muy emocionada!".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.