Una tragedia italiana
El marqu¨¦s Camillo Casati Stampa di Soncino, heredero de una de las familias m¨¢s nobles y ricas del norte de Italia, se cas¨® con una mujer del sur, bella y plebeya, de profesi¨®n peluquera, llamada Anna Fallarino. Al marqu¨¦s le gustaba compartirla, o m¨¢s bien prestarla. Ambos recorr¨ªan playas, puertos, bares, en busca de un hombre adecuado. Cuando lo encontraban, el marqu¨¦s hac¨ªa cesi¨®n temporal de sus derechos maritales. Al marqu¨¦s le gustaba ver a Anna copulando con otros hombres y tomar fotograf¨ªas de cada acontecimiento. Cosas que pasan. Algunas de esas fotos circulan por Internet.
El arreglo conyugal funcion¨® durante a?os, hasta que el marqu¨¦s y Anna, con 43 y 41 a?os, toparon con un joven universitario, Massimo Minorenti, dirigente de las juventudes fascistas. En principio, Minorenti no hab¨ªa de ser m¨¢s que otro nombre en la lista que el marqu¨¦s guardaba en su diario. Pero Minorenti se enamor¨® de Anna, y Anna de Minorenti. El 30 de agosto de 1970, el marqu¨¦s volvi¨® inesperadamente a su piso del Parioli, en Roma, y sorprendi¨® a los dos amantes. Los mat¨® con una escopeta de caza y se suicid¨®.
Previti fue nombrado ministro en el Gobierno de Berlusconi. En 2006, el Supremo le conden¨® por corromper a un juez
Aqu¨ª acaba la parte dulce de la tragedia. Lo que sigue es la parte amarga.
El marqu¨¦s ten¨ªa una hija, Annamaria, de un anterior matrimonio. Annamaria era la heredera universal. El marqu¨¦s dej¨® un gran patrimonio cuya joya principal era Villa San Martino, en Arcore, cerca de Mil¨¢n. Se trataba de una fabulosa residencia del siglo XVIII, situada en una finca de un mill¨®n de metros cuadrados y repleta de libros antiguos y obras de arte, valorada en unos 1.700 millones de liras. Pero Annamaria era a¨²n menor de edad, y la custodia del patrimonio cay¨® en manos de los dos tutores designados en el testamento: un senador, Giorgio Bergamasco, y un joven abogado, Cesare Previti.
Annamaria permaneci¨® en el extranjero, en un internado, hasta el 22 de mayo de 1972, fecha en que cumpli¨® 21 a?os y alcanz¨® la mayor¨ªa de edad. Su primera decisi¨®n fue la de poner en venta las casas, incluida Villa San Martino, porque le tra¨ªan malos recuerdos. Poco despu¨¦s, el senador Bergamasco entr¨® en uno de los m¨²ltiples gobiernos presididos por Giulio Andreotti y dej¨® al abogado Previti como ¨²nico asesor de la joven heredera. Para mantener la maravillosa biblioteca de Villa Martino hasta que se realizara la venta, Previti contrat¨® a un conocido suyo, tambi¨¦n abogado, llamado Marcello dell'Utri.
En 1974, Previti comunic¨® a Annamaria que hab¨ªa encontrado un posible comprador para Villa San Martino. Esa era la buena noticia. La mala noticia era que el posible comprador no ofrec¨ªa m¨¢s de 500 millones de liras, y no quer¨ªa pagar en efectivo, sino en acciones de su empresa constructora, Edilnord. Previti, como persona de confianza, aconsej¨® vender. Le habl¨® a Annamaria de la crisis petrolera, de la recesi¨®n, de la crisis. Y Annamaria vendi¨®, por 500 millones. En ese a?o, 1974, 500 millones eran el precio de un buen ¨¢tico en el centro de Mil¨¢n.
Annamaria se march¨® a Brasil, donde descubri¨® que las acciones no val¨ªan, ni de lejos, 500 millones. Nunca m¨¢s quiso hablar del asunto.
El resto de la historia es bien conocido. El bibliotecario Dell'Utri sigui¨® residiendo en Villa San Martino: por algo era desde hac¨ªa tiempo secretario personal del nuevo propietario, Silvio Berlusconi. El ex tutor y hombre de confianza de Annamaria, Cesare Previti, ingres¨® de inmediato en Fininvest, una de las sociedades de Silvio Berlusconi.
Marcello dell'Utri desarroll¨® en los a?os siguientes una brillante carrera empresarial, a las ¨®rdenes de Silvio Berlusconi, y una brillante carrera pol¨ªtica como senador de Forza Italia. Fue condenado por cooperaci¨®n con asociaciones mafiosas, intento de extorsi¨®n (condena anulada en apelaci¨®n) y fraude fiscal. Actualmente goza de gran prestigio como bibli¨®filo.
Cesare Previti fue nombrado ministro en el primer Gobierno de Silvio Berlusconi. En 2006, el Tribunal Supremo italiano le conden¨® por corromper a un juez romano con dinero de Silvio Berlusconi. Dado que ten¨ªa m¨¢s de 70 a?os, no ingres¨® en prisi¨®n y debi¨® cumplir servicios sociales.
Villa San Martino sigue siendo la residencia principal de Silvio Berlusconi.
Esta historia carece de moraleja. -
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