"La vacuna preventiva contra el sida se aleja"
A Luc Montagnier (Chabris, 18 de abril 1932) se le escapa una sonrisa algo maliciosa cuando explica que el Premio Nobel de Medicina que acaba de obtener ex aequo con su antigua colaboradora del Instituto Pasteur Fran?oise Barr¨¦-Sinoussi, viene a reconocer "un logro colectivo". ?l no quiere colgarse todas las medallas, pero esa sonrisa habla por s¨ª sola de hasta qu¨¦ punto se siente reivindicado con la decisi¨®n del Instituto Karolinska.
El bi¨®logo franc¨¦s atiende a EL PA?S en su oficina de la Fundaci¨®n Mundial para la Investigaci¨®n y Prevenci¨®n del Sida, creada por ¨¦l, bajo los auspicios de la Unesco, en 1993. Han pasado apenas cuatro d¨ªas desde que recibiera la llamada de Estocolmo que le coloca en el Parnaso de la ciencia mundial por su descubrimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
"El sida ataca a los organismos d¨¦biles. Hay que llevar una vida responsable"
El virus responsable del sida, una enfermedad que se ha cobrado 23 millones de vidas desde que fue tipificada en 1981, y que acecha a otros 33 millones de personas portadoras del virus. El descubrimiento franc¨¦s, publicado en 1983 en la prestigiosa revista Science, fue contestado por el profesor Robert Gallo, que anunci¨® haber descubierto el mismo virus, en el National Cancer Institute de Bethesda (Maryland, Estados Unidos), en abril de 1984. La larga guerra entre los dos equipos por las patentes derivadas de este hallazgo no qued¨® zanjada hasta 1987. La disputa cient¨ªfica qued¨® en una especie de tablas, y los dos principales protagonistas, Montagnier y Gallo, enterraron el hacha de guerra hace m¨¢s de una d¨¦cada. Cuando menos se esperaba, despu¨¦s de haber compartido premios de talla internacional, como el Pr¨ªncipe de Asturias, en 2000, el Instituto Karolinska que concede los Nobel de Medicina, ha emitido el fallo final e inapelable: el galard¨®n ha ido a parar al equipo franc¨¦s. A Gallo s¨®lo se le dedica una discreta menci¨®n en el texto que detalla el descubrimiento.
Pregunta. Al fin se le hace justicia.
Respuesta. Es un reconocimiento tard¨ªo, pero reconocimiento al fin. La verdad es que tanto mi equipo como el del profesor Gallo, con el que he participado en muchas conferencias sobre el sida, hemos compartido ya algunos premios. Lo cierto es que fue un trabajo de investigaci¨®n colectivo, en el que participaron decenas de investigadores y m¨¦dicos. Naturalmente, no se les pod¨ªa otorgar a todos el Nobel. Al menos ha recibido el galard¨®n el Instituto Pasteur, y tambi¨¦n ha sido mencionado por su contribuci¨®n el equipo del profesor Gallo.
P. El premio llega en un momento en el que se habla poco del sida.
R. Por eso es bueno. En el ¨¢mbito de la investigaci¨®n estamos en un momento bastante plano. Se han hecho grandes progresos en lo que respecta a la triterapia (el c¨®ctel de tres retrovirales con el que se trata la enfermedad), pero el hallazgo de una vacuna preventiva se aleja de nuestro horizonte. El premio servir¨¢ para recordar a la gente que el sida existe y que nos queda mucho por avanzar en la vacuna.
P. Usted trabaja en una vacuna terap¨¦utica para evitar que el enfermo dependa de por vida de la medicaci¨®n. ?Cu¨¢ndo estar¨¢ lista?
R. La conseguiremos mucho antes que la vacuna preventiva. En el plazo de tres o cuatro a?os. El objetivo es erradicar la infecci¨®n.
P. En Occidente se ve el sida como un problema exclusivo de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
R. Es que la gente se ha acostumbrado a vivir con ese riesgo latente, y ha dejado de preocuparse por ¨¦l. Es lo m¨¢s humano del mundo. Muchos j¨®venes viven como si no existiera el sida. No han o¨ªdo siquiera hablar de los muertos del sida, por eso es tan importante volver sobre la necesidad de la prevenci¨®n.
P. ?Qu¨¦ personas tienen m¨¢s riesgo de desarrollar el sida?
R. El virus act¨²a en aquellos organismos que presentan ya una situaci¨®n degradada, por el consumo de drogas o por una vida complicada, con abuso de alcohol, o escasa atenci¨®n a la alimentaci¨®n. Algunas personas sanas pueden ser infectadas por el virus durante un breve periodo, pero pueden desembarazarse de ¨¦l enseguida. La moraleja de todo esto es que hay que llevar una vida responsable, y evitar otras infecciones. En ?frica, por ejemplo, es una enfermedad de los heterosexuales y el 60% son mujeres.
P. Profesor, sus trabajos sobre el sida le han convertido en una celebridal mundial, pero no goza usted de las simpat¨ªas de una parte de la comunidad cient¨ªfica en Francia. ?Por qu¨¦?
R. Ya conoce la habilidad de este pa¨ªs para cortar cabezas, desde los tiempos de Mar¨ªa Antonieta. En cualquier caso la cuesti¨®n no me interesa en absoluto. Mi trabajo de investigador me motiva mucho, no s¨®lo el descubrimiento del virus del sida, sino muchas otras cosas. Me interesan los procesos degenerativos en enfermedades cr¨®nicas, como el c¨¢ncer, el Alzheimer, el Parkinson, o en enfermedades psiqui¨¢tricas como la esquizofrenia que, en mi opini¨®n, tienen un origen infeccioso, y en eso trabajo, en estudiar el componente viral o bacterial de estas enfermedades.
P. Usted trabaj¨® sobre las conexiones entre los virus y el c¨¢ncer, antes de centrarse en el sida. ?No le parece que la investigaci¨®n sobre esta enfermedad ha sido m¨¢s audaz, a la hora de plantear los test cl¨ªnicos, por ejemplo, y menos encorsetada en los procedimientos de ensayo de las distintas terapias?
R. Bueno, es que la investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer ha respondido m¨¢s al c¨®mo se origina que al por qu¨¦. Se basa en comprobar el estado de los genes, Las modificaciones que presentan, para a partir de ah¨ª elaborar medicamentos espec¨ªficos para los tipos de tumor. En el caso del sida trabajamos sobre el factor causal. En estos momentos se estudia tambi¨¦n el factor causal del c¨¢ncer. Si se pudiera establecer el mecanismo que lo causa se abrir¨ªa un camino muy importante. En todo caso, la dificultad a?adida del c¨¢ncer es que las c¨¦lulas cancerosas tienen una capacidad de modificaci¨®n enorme, y eso hace muy dif¨ªcil atacarlas. Puede que una terapia funcione, pero al cabo de los a?os se produce la reca¨ªda por la capacidad de las c¨¦lulas malignas de transformarse. Por lo tanto, lo que hay que atacar es el potencial de variabilidad de la c¨¦lula. Un factor com¨²n entre sida y c¨¢ncer es la importancia que tiene la oxidaci¨®n celular en ambas enfermedades. En el caso del sida, en la infecci¨®n por parte del virus, y en el caso del c¨¢ncer, en la perturbaci¨®n gen¨¦tica que se produce. La oxidaci¨®n estimula la variabilidad de la c¨¦lula. Por eso es importante evitar el proceso de oxidaci¨®n.
P. La oxidaci¨®n celular es responsable de muchas cat¨¢strofes. Recuerdo que usted le recet¨® al papa Juan Pablo II un tratamiento antioxidante para el Parkinson, basado en la papaya fermentada.
R. S¨ª, fue una recomendaci¨®n que le hice cuando me recibi¨® en audiencia para hablar de la situaci¨®n del sida en ?frica, en 2002.
P. Y aprovech¨® para criticar la insistencia de la Iglesia en condenar el uso del preservativo incluso en ese continente.
R. No, no lo critiqu¨¦. Simplemente dije que era un error grave. De todos modos los religiosos que est¨¢n en ?frica, sobre el terreno, mantienen una posici¨®n m¨¢s abierta. El nuevo Papa parece tener tambi¨¦n una actitud m¨¢s comprensiva, por lo menos eso es lo que han dado a entender algunas personalidades, como el cardenal Carlo Maria Martini. Aunque no se diga abiertamente, todo parece indicar que hay una tolerancia mayor en el Vaticano sobre el tema.
P. El Instituto Pasteur le jubil¨® a los 65 a?os y tuvo usted que marcharse a trabajar a Estados Unidos. ?Cu¨¢les son las principales diferencias entre la investigaci¨®n que se hace en Europa y la que se hace en Estados Unidos? ?Tenemos un esp¨ªritu m¨¢s burocr¨¢tico los europeos?
R. La burocracia existe en todas partes, en lo que respecta por ejemplo a los cr¨¦ditos cient¨ªficos. Tengo colegas americanos que se pasan la vida redactando informes porque los necesitan para conseguir financiaci¨®n. Lo que s¨ª var¨ªa en Estados Unidos es el criterio que se aplica a la carrera de los investigadores. La edad cuenta poco, lo que cuenta es que el investigador siga teniendo la capacidad f¨ªsica y mental de investigar y de hacer aportaciones importantes.
P. ?Europa est¨¢ m¨¢s pendiente de la edad?
R. El problema es que los investigadores europeos universitarios son casi siempre funcionarios. Y la funci¨®n p¨²blica tiene unas reglas fijas. Sin embargo, la edad no tiene mucho que ver con la eficacia de la actividad de un investigador, y en nuestro trabajo no necesitamos las reglas del funcionariado. La soluci¨®n ser¨ªa que los investigadores no fueran funcionarios, sino que tuvieran un estatuto especial. A mi edad [76 a?os] creo que soy todav¨ªa bastante productivo.
P. ?Cree que el Nobel ser¨¢ un est¨ªmulo a la investigaci¨®n, no s¨®lo francesa, sino europea?
R. El premio viene a honrar un descubrimiento de hace 25 a?os, pero quiz¨¢s pueda servir de est¨ªmulo. En Francia hemos recibido muy pocos Nobel en Ciencias. Por eso no creo que se deba sacar la conclusi¨®n de que nuestra investigaci¨®n funciona bien. En l¨ªneas generales las ideas y la capacidad de investigaci¨®n en Francia han disminuido bastante en relaci¨®n con la primera mitad del siglo anterior.
P. Entonces...
R. Hay que hacer otra revoluci¨®n.
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