Familiares de internos denuncian "maltrato" en un geri¨¢trico
La residencia de la Xunta contrata siete trabajadores para paliar "deficiencias"
En el geri¨¢trico de Volta do Castro, en Santiago, los ancianos que no se valen por s¨ª mismos son ba?ados una vez a la semana. Esto es lo que marca el protocolo higi¨¦nico de la residencia, un centro dependiente de la Xunta, y da igual que los mayores lleven pa?al y se hagan las necesidades encima. En los ¨²ltimos meses, seg¨²n revelan sus familiares, algunos internos de la tercera planta, donde se alojan los 40 enfermos de Alzheimer, llegaron a perder 12 kilos.
Algunos residentes han llegado a perder 12 kilos en s¨®lo unos meses
Los parientes han asumido el cuidado de los mayores por su deterioro f¨ªsico
Las hijas, porque casi siempre son las hijas, de estos residentes preguntaron a los m¨¦dicos geriatras qu¨¦ pasaba, y ¨¦stos, seg¨²n ellas, atribuyeron el adelgazamiento a lo nerviosos y activos que son algunos enfermos adem¨¢s de a sus frecuentes diarreas. Porque las diarreas, seg¨²n los familiares que se han decidido a denunciar la situaci¨®n del geri¨¢trico 11 meses despu¨¦s de su inauguraci¨®n, son "casi cr¨®nicas" aqu¨ª. Al comprobar el deterioro f¨ªsico de sus progenitores, algunas de estas mujeres optaron por responsabilizarse personalmente de las tareas que deber¨ªa realizar el centro.
Ahora acuden todos los d¨ªas para asear a los suyos y darles de comer, y en el ¨²ltimo mes estos ancianos afortunados han recuperado un par de kilos. Hay quien incluso, cuando no puede ir, manda a la asistenta: "Si no vas, no sabes si ha comido, porque nadie te lo garantiza". Los familiares denuncian que enfermos que entraron en "bastante buen estado" decayeron "en pocos d¨ªas" y "ya no se les ve por los pasillos". "Es que a estas personas hay que darles las pastillas trituradas con la comida, si no no son capaces de tragarlas", cuenta una mujer que acude al centro a diario desde que not¨® el deterioro galopante de su madre. Los familiares de los pacientes con Alzheimer no pueden acceder a la sala donde ¨¦stos comen. Si quieren ayudarles con la cuchara, tienen que hacerlo en los pasillos o en la solana acristalada que hay en la planta. "Como no hay mesas, les damos de comer con la bandeja en las rodillas", explican.
Vicepresidencia de la Xunta se niega a "entrar en este tipo de detalles" y no quiere aclarar si ha tenido constancia ahora del "maltrato a los ancianos" que denuncian las familias o era algo que ya conoc¨ªa hac¨ªa tiempo. El departamento de Anxo Quintana no abrir¨¢ una investigaci¨®n pero reconoce que "se detectaron deficiencias" y que "se est¨¢n atendiendo las reclamaciones una a una". De hecho, en los ¨²ltimos d¨ªas entraron a trabajar cuatro personas (dos ATS y dos auxiliares) y, en "cuesti¨®n de d¨ªas" llegar¨¢n tres m¨¢s como refuerzo. Con estas siete incorporaciones, en la residencia da Volta do Castro trabajar¨¢n 153 personas, entre funcionarios y personal laboral de la Administraci¨®n, repartidos en varios turnos. "Este centro supera el ratio de un trabajador por cada dos ancianos que marca la ley", subraya Vicepresidencia.
Frente a las voces cr¨ªticas que desde la plantilla del geri¨¢trico piden el cese del director, Luis Lorenzo Mur, el Gobierno gallego defiende al responsable del centro: "Existen problemas sindicales internos en los que no vamos a entrar, pero el director es un funcionario con experiencia en este terreno" y un "gran profesional". El 2 de octubre, la CIG denunci¨® el "caos" y la "desorganizaci¨®n" en "la publicitada residencia VIP de Volta do Castro" a causa de las "carencias" de personal y, sobre todo, de la "ineptitud" del director.
Hace medio mes, Lorenzo Mur se reuni¨® con 50 familiares y les pidi¨® un plazo de tiempo para "reordenar el personal". "El centro est¨¢ en per¨ªodo de rodaje", se justifican desde el Gobierno gallego, recordando que el edificio "cuenta con todo tipo de servicios, hasta peluquer¨ªa". La Xunta destaca que se invirtieron 1,2 millones de euros en equipamientos y se gastan anualmente 3,2 millones en los sueldos del personal.
"All¨ª nunca ves a nadie", contin¨²a el pariente de otra interna, "en teor¨ªa hay tres empleados permanentemente en la tercera planta, pero no hay forma de llamar al personal si hay una emergencia". Seg¨²n los familiares, los ancianos, adem¨¢s, pasan sed. Una de las residentes ingres¨® cuatro veces en la enfermer¨ªa con deshidrataci¨®n. "Nadie les da de beber, y cuando llegamos los de casa y les damos agua, se beben cuatro o cinco vasos seguidos". Los carros de la limpieza y de las medicinas comparten pasillo con personas que tienen grandes dificultades para andar. Tantos son los "obst¨¢culos" que alguna anciana tropez¨® y cay¨®. Cuando lleg¨® su hija a visitarla, "ten¨ªa la sangre seca en la cara".
En esta residencia los internos aportan el 75% de su pensi¨®n y el resto lo cubre la Administraci¨®n. El geri¨¢trico da Volta do Castro es el primero ¨ªntegramente p¨²blico que se abre en Galicia en los ¨²ltimos 14 a?os. "Nos parece bien que los parientes de los usuarios sean exigentes", concluyen desde Vicepresidencia de la Xunta, "es fundamental la interlocuci¨®n, el trabajo con las familias".
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