"El diablo me atrap¨®"

Julio sube al estrado y empu?a con fuerza el micr¨®fono.

—Antes de conocer a Jesucristo, el diablo me ten¨ªa atrapado en la droga. La hero¨ªna, la coca¨ªna, las pastillas. Todas las he probado. Durante 30 a?os. ?Que el Se?or las reprenda!

—Am¨¦n —contestan a coro medio centenar de personas.

El local de la Iglesia Evang¨¦lica La Unci¨®n, en el coraz¨®n de Las Tres Mil Viviendas, est¨¢ abarrotado. Sigue Julio:

—Hubo un tiempo en que antes de levantarme de la cama ten¨ªa que tomar un gramo de coca y medio de hero¨ªna. ?Que el Se?or las reprenda!

—Am¨¦n.

—Luego me met¨ªa 15 o 20 gramos y sal¨ªa a la calle con 20.000 duros a ver si encontraba droga mejor. Estaba tan enganchado que apenas pod¨ªa andar. ?Que Dios la reprenda!

—Am¨¦n.

Julio es hoy un tipo fuerte. Su adicci¨®n era tal, dice, que "comet¨ªa delitos para entrar en la c¨¢rcel, a ver si dentro me pod¨ªa desenganchar". Su compa?era, "que rend¨ªa culto", le dijo: "El ¨²nico que puede sanarte es Dios; pero yo me cachondeaba".

Su salud se deterioraba por d¨ªas: h¨ªgado inflamado, hepatitis C, asma, huesos atrofiados. Un desecho. Los m¨¦dicos le informaron sobre la gravedad de su estado. Hizo caso a su compa?era y se puso en manos del pastor Jos¨¦ Jim¨¦nez. Tiempo despu¨¦s, estaba curado. "Dios tuvo misericordia de m¨ª". Am¨¦n.

Es un mi¨¦rcoles cualquiera. Como todos los d¨ªas, en el peque?o local de la calle Escultor Sebasti¨¢n Santos, en el coraz¨®n de Las Tres Mil Viviendas, el barrio m¨¢s deprimido de Sevilla, medio centenar de gitanos, limpios y acicalados, asisten al culto de la Iglesia Evang¨¦lica La Unci¨®n.

Cuatro mujeres que forman el coro empu?an cada una su micr¨®fono. Un joven veintea?ero, Jos¨¦ Luis El Porri, toca el ¨®rgano. Entonan El agua m¨¢s cristalina. "Una mezcla de m¨²sica evang¨¦lica, salsa y flamenquito", apunta El Porri.

El testimonio de Julio forma parte del gui¨®n de un culto evang¨¦lico gitano. Los hermanos dan fe de sus milagrosas curaciones. La profesora de Antropolog¨ªa Manuela Cant¨®n explica que los dones o carismas son un pilar fundamental de los evang¨¦licos. Entre ¨¦stos destacan "el don de lenguas y las sanaciones, y algunos carismas m¨¢s modestos, como la habilidad de los pastores para predicar o el talento para cantar".

El pastor Jim¨¦nez inicia su serm¨®n con una frase rotunda: "Hubo un golpe de Estado en el cielo, que dio Satan¨¢s". Luego, condenar¨¢ el matrimonio entre homosexuales, por antib¨ªblico. "Dios no cre¨® un ser intermedio, sino un hombre y una mujer, para que procrearan".

Termina el culto. Las mujeres se besan y los hombres se dan la mano. Salen al exterior. La noche oculta las miserias del barrio. Al menos por un par de horas, los vecinos de Las Tres Mil han rozado su cielo particular. Am¨¦n.