Co?azos y abrazos
S¨ª, a m¨ª los desfiles militares tambi¨¦n me parecen un co?azo, soberano. El co?azo, digo. Pero la diferencia entre mi hast¨ªo castrense y el de Rajoy es que el m¨ªo est¨¢ en mi l¨ªnea, antimilitarista, mientras que el de Rajoy se inscribe en la hipocres¨ªa y la doble moral, propia de los pol¨ªticos y generalmente militarista. Lo que demuestran los micr¨®fonos abiertos de forma involuntaria es la distancia que hay entre lo que dicen, lo que hacen y lo que piensan los pol¨ªticos. Lo cual, aunque pueda resultar muy gracioso, es un co?azo, pues obliga a los ciudadanos a ser descre¨ªdos y desconfiados. Pero adem¨¢s, y peor: es un fraude.
El asunto de la crisis tambi¨¦n es un co?azo en muchos aspectos, siendo el principal lo que a la insistencia sobre ella respecta, pero la situaci¨®n creada es muy instructiva, algo siempre de agradecer. Pues la crisis es como un micr¨®fono abierto desde el que o¨ªmos cosas que antes no nos quer¨ªan decir ni quer¨ªamos o¨ªr, porque estar de baj¨®n es un co?azo y hacer cuentas ni te cuento, y que sin embargo ahora son vox p¨®puli y hasta verdades a gritos. Por ejemplo, lo que ha contado Acci¨®n Contra el Hambre, que sabe de crisis como nadie y desde hace mucho tiempo, aunque ahora, a micr¨®fono abierto, se les oiga mejor: que con la mitad de lo que cost¨® hacer la T-4, es decir, con 3.000 millones de euros, se acabar¨ªa en el mundo con el hambre severa infantil, cuyo n¨²mero de ni?os afectados asciende a 19 millones, de entre los 973 (millones de personas) que sufren hambre. Como ya sabemos de n¨²meros, podemos manejar estas cifras a conciencia.
Qu¨¦ co?azo tener que preguntar a los mandatarios del mundo y a los pobrecitos bancos c¨®mo una cuenta de tan escasa importancia a escala de contabilidad planetaria puede estar sin prorratear, conociendo como conocen los beneficios que reportar¨ªa esa limosna. Pero as¨ª estamos, encontrando los libros y apuntes de debe y haber en la auditor¨ªa ciudadana que nos est¨¢n obligando a hacer los listos y expertos que, adem¨¢s de ego¨ªstas y presumiblemente ladrones, nos han puesto en cr¨ªtica situaci¨®n. El hambre infantil por la mitad de lo que ha costado la T-4, manda huevos.
Mira t¨² por d¨®nde, la primera consecuencia de la crisis, como ya apuntan ¨¦sta y otras ONGs, son los recortes en cooperaci¨®n. Pero hay algo que no me cuadra, qu¨¦ co?azo: mientras que Ariane Arpa, directora general de Oxfam-Espa?a, alerta de que "ya hemos notado un descenso en las contribuciones privadas (...) Las sociedades y Gobiernos desarrollados, tras a?os de vivir en la abundancia, no pueden dejar a cientos de millones de personas sin ayudas esenciales", Elena de Borb¨®n estrena un puesto de trabajo en la Fundaci¨®n Mapfre por el que cobrar¨¢ 200.000 euros al a?o; es decir, 33,2 millones de pelas (que al mes son 18.000 eurazos, es decir, tres milloncejos). Pero para una flamante auditora como yo lo m¨¢s interesante de semejante partida es que la actividad de la infanta se inscribe en un ¨¢rea llamada Acci¨®n Social, desde la que se ocupar¨¢ de problemas de educaci¨®n y exclusi¨®n infantil en Suram¨¦rica. O sea, de ni?os pobres. Qu¨¦ cosas.
Si no fuera un co?azo, lanzar¨ªa la siguiente pregunta: ?cu¨¢ntos ni?os pobres de Suram¨¦rica podr¨ªan integrarse a una vida digna con el excedente salarial de tanto monto, monto tanto? Y todo ello mientras en Espa?a tenemos que asistir al co?azo de un desfile de mensajes cifrados: que aumenta el paro, que los sueldos se congelan, que el crecimiento se desploma, que entraremos en recesi¨®n. Y en Madrid, que seg¨²n Esperanza Aguirre "en ¨¦poca de crisis genera e inspira confianza", se reduce en un 30% el presupuesto para las universidades. ?Ser¨¢ que en realidad alguien hace por fin un gesto para reconocer que ir a clase es un co?azo o se tratar¨¢ de uno de esos "abrazos de austeridad" a los que tambi¨¦n se ha referido la biling¨¹e?
Y precisamente al hilo de todo este co?azo global de la crisis y de los abrazos de austeridad que a diestra y siniestra est¨¢ dispuesta Esperanza a repartir; al hilo de un mundo desarrollado que da fondos p¨²blicos a los bancos pero privatiza los hospitales; al hilo de la estupefacci¨®n que produce el crack de una Islandia cuya buena vida nos deslumbr¨® hace poco a trav¨¦s de John Carlin; al hilo de las cejas en alto que nos sube Sarkozy cuando apela a un nuevo "capitalismo ¨¦tico", me da por pensar (qu¨¦ co?azo) que "la formidable fascinaci¨®n de Occidente por el mundo material", como describe M. ?. Bastenier, resulta insostenible y requiere con urgencia de la "justicia retributiva" del fil¨®sofo Peter Singer. O quiz¨¢ es que todo este co?azo no es otra cosa que el principio del fin y la humanidad se prepara para hacer mutis por el foro espacial, como adelanta Hawking. Un desfile mucho m¨¢s apasionante que el de Rajoy, s¨ª se?or. As¨ª que, por si acaso, abrazos.
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