Aires campesinos
El pueblo huele a campo. A olivo y a higos reci¨¦n cortados. Hoy tambi¨¦n huele a bosta y resaca. Se acaba de celebrar la Real Feria del Ganado, que tiene casi 140 a?os de antig¨¹edad. Ha habido compra-venta y exhibici¨®n de caballos, mulos, burros y bueyes.
La alcaldesa se disculpa porque a hora tan temprana el pueblo no luce tan limpio como es habitual, mientras se fotograf¨ªa junto a la fuente All¨¢lantes, donde abrevaban las bestias hace m¨¢s de 200 a?os. Es la primera fuente que llev¨® agua potable al pueblo.
-?All¨¢lantes?
-S¨ª, la fuente de all¨¢ adelante.
Encarna P¨¢ez Alba naci¨® aqu¨ª, en Villanueva de Tapia, en las tierras del Entredicho. Unas tierras disputadas, en entredicho, que reclamaban los se?orones de Izn¨¢jar, Loja y Archidona en el siglo XVII. Tierra rica en pastos, en la encrucijada de tres provincias: C¨®rdoba, Granada y M¨¢laga, a la que hoy pertenece. El licenciado Pedro de Tapia gan¨® la partida. Por 12.000 ducados, las tierras en litigio fueron suyas.
"Derecho me defraud¨®. Junto a gente avanzada, hab¨ªa mucho pijo"
"Nos obligan a no tener bajas maternales, a vivir al l¨ªmite"
Habla de su pueblo y de su infancia con sincero orgullo.
-Yo era una ni?a modosita, empollona y fea.
Ha echado la vista atr¨¢s. "A los 15 a?os, era una ni?a casadera ideal, que cualquier madre del pueblo querr¨ªa para su hijo. Me hac¨ªa mi ajuar, ten¨ªa mis manteles, mis s¨¢banas...".
Pero hab¨ªa otro destino reservado para ella. A unos 40 kil¨®metros estaba el instituto de Antequera. "Mi madre se tir¨® un mes llorando cuando me fui a estudiar". Pero Encarna descubri¨® el mundo.
Desde que naci¨®, en 1968, hasta veinte a?os despu¨¦s, vivi¨® en una modest¨ªsima casa en el campo, a unos siete kil¨®metros de Villanueva de Tapia. Sin luz ni agua corriente. Juan, el padre de Encarna, trabajaba doble peonada. Las cuatro fanegas de tierra (dos hect¨¢reas y media) no daban para alimentar a la familia. La madre, Josefa, cuidaba la casa y ayudaba en el campo. Lo mismo que los tres hijos. En invierno recog¨ªan aceituna y en verano escaldaban matalauva y garbanzo. En todo tiempo, iban con el c¨¢ntaro en busca de agua a la fuente Onieva, a medio kil¨®metro de la casa.
-Ahora lo recuerdo con cari?o, pero entonces me daba un poco de verg¨¹enza. Lo confieso y me he arrepentido de ello.
El instituto fue su liberaci¨®n. Descubri¨® a la gente, a los amigos, el deporte ("fui portera de balonmano cinco a?os"), los sentimientos, las emociones, el primer amor. Y el ate¨ªsmo. "Form¨¢bamos un grupo comprometido, mezcla De hippies y anarquistas. Tremendo".
Pero sobre todo, recuerda, descubri¨® los libros. Esos que sus padres no ten¨ªan y que ella devoraba. Un verano, se zamp¨® ochenta, afirma. De la biblioteca del pueblo, m¨¢s los que le prestaba un m¨¦dico de Antequera: El ¨¢rbol de la ciencia, de Baroja; Los novios, de Alessandro Manzoni; y los cl¨¢sicos franceses y rusos, Stendhal, V¨ªctor Hugo, Dostoievski, Tolstoi...
No descuidaba el trabajo en el campo. La beca que disfrut¨® durante sus estudios, no daba para mucho. Desde los 16 a?os hasta los 22, acudi¨® a la campa?a de la vendimia en Francia. ?Qu¨¦ opina de lo que dijo Mariano Rajoy sobre los andaluces que se van a vendimiar a Francia mientras los inmigrantes se quedan aqu¨ª cobrando el paro?
-Es una desfachatez y una falta de respeto. Y tambi¨¦n es peligroso. Porque la derecha est¨¢ intentando que los trabajadores se enfrenten unos a otros.
Encarna siente que hay una deuda pendiente con los campesinos espa?oles. "Nunca se ha valorado socialmente su trabajo. Ser agricultor era ser sin¨®nimo de cateto". Por el contrario, la alcaldesa destaca que los campesinos "han tenido mucho sentido com¨²n y ha sido gente muy cabal, gente de palabra".
El amor por gentes como las de su pueblo orient¨® sus pasos hacia la facultad de Derecho en M¨¢laga. "Quer¨ªa ser abogada de causas justas. En los pueblos hab¨ªa mucho desamparo. No era una injusticia de c¨¢rcel y penas, pero si un cierto aire de abandono y de indefensi¨®n".
Pero la facultad de Derecho le defraud¨®. "Me encontr¨¦ a gente avanzada y vanguardista, pero tambi¨¦n a mucho pijo y ni?o bien". Al licenciarse prepar¨® oposiciones a juez. Durante cinco a?os, no hizo otra cosa. Fracas¨®. "Estuve un mes llorando". Hoy, reconoce que "el mayor ¨¦xito de mi vida en lo psicol¨®gico ha sido superar ese fracaso".
?C¨®mo lo logr¨®? Trabajando en el campo y de camarera en el bar El Chato. Trat¨® a mucha gente y comenz¨® a desarrollar su liderazgo.
Un buen d¨ªa de marzo de 1999, la llamaron del PSOE. Quer¨ªan incluirla en las listas para las elecciones municipales de junio. "Pero yo era muy critica con Felipe Gonz¨¢lez; su primera legislatura fue la de la ilusi¨®n, pero luego vino una desmovilizaci¨®n total".
Con Dionisio Aguilera, maestro de molinos en la cooperativa del pueblo, hoy su compa?ero y padre de sus dos hijos, Encarna acudi¨® a Izquierda Unida. "Llamamos por tel¨¦fono a la sede de M¨¢laga. Se puso Rafael Rodr¨ªguez, coordinador provincial. Queremos fundar un grupo de IU. ?Cu¨¢ntos sois? pregunt¨® Rafael. De momento dos. Pens¨® que est¨¢bamos locos".
En tres meses, aquellos locos fundaron un partido y arrebataron la alcald¨ªa al PSOE. Desde entonces, Encarna P¨¢ez gobierna en Villanueva de Tapia. Los ¨²ltimos cinco a?os, con mayor¨ªa absoluta.
De la alcald¨ªa dio el salto a la Diputaci¨®n provincial en 2003. Hoy es diputada provincial de Juventud y portavoz de IU. Desde all¨ª intenta combatir dos cosas: la desactivaci¨®n social y el rebrote de actitudes machistas entre los j¨®venes. Se escandaliza por los datos que le llegan sobre la sexualidad en el mundo rural: "Las chicas siguen estando sometidas al var¨®n. Aceptan mantener relaciones sexuales, incluso sin preservativo, solamente para que el novio no se disguste".
La entrevista termina. Ha tenido lugar en el modesto despacho de la alcaldesa. En un sencillo edificio de dos plantas que comparte con la Guardia Civil, con el m¨¦dico del pueblo, con la oficina de Correos y con el Juez de Paz. En la fachada, hay un sinf¨ªn de anuncios de becas y subvenciones para estudiantes, j¨®venes y agricultores. Destaca uno que anuncia el inminente comienzo de un curso de pilates que imparte una inglesa. La alcaldesa es una de las 30 personas que se han apuntado.
-Es para combatir el estr¨¦s.
El estr¨¦s y el machismo.
"IU es absolutamente machista"
Encarna P¨¢ez lidera la corriente cr¨ªtica de Izquierda Unida (IU) en la provincia de M¨¢laga. Al frente del colectivo Foro Abierto, este fin de semana aspira al puesto de coordinador provincial. Pero se sabe derrotada de antemano.
-Una de las l¨ªneas de mi discurso en esta candidatura es la doble moral que se practica en IU. Decimos que somos feministas y es mentira. IU es una instituci¨®n total y absolutamente machista.
La alcaldesa y diputada provincial recuerda que, aunque fue precisamente su formaci¨®n la que lanz¨® la propuesta de las listas cremallera, luego: "No nos lo creemos para nada".
Y denuncia: "A m¨ª me acusan de af¨¢n de protagonismo y de ambici¨®n; de que trabajo para m¨ª y no para la organizaci¨®n. Pero me atacan porque soy mujer. Lo tengo claro. A alguna gente les molesta que trabajes tanto".
?Teme represalias? Porque suele ser habitual en los partidos. Apartar a las voces disidentes. Responde: "No las temo. S¨¦ que las ha habido y las va a haber. Estoy acostumbrada".
Critica tambi¨¦n la forma en que los seis diputados de IU, todos varones, celebraron el viernes 10 la derrota del PSOE en el Parlamento de Andaluc¨ªa, por la ausencia, entre otras, de dos diputadas de baja maternal. "Bestial", dice tajante.
-La paridad, las listas cremallera y la incorporaci¨®n de la mujer a la pol¨ªtica no sirven para nada si no se articulan mecanismos que no nos dejen excluidas.
Y se queja de lo que tantas otras mujeres que ocupan cargos electos han sufrido: "Nos obligan a no tener bajas maternales. Nos obligan a vivir al l¨ªmite. A no poder compatibilizar nuestra vida familiar con la profesional".
La raz¨®n la tiene tan clara como el agua de la fuente All¨¢lantes, junto a la que posa: "Porque la pol¨ªtica est¨¢ dise?ada por los hombres, para los hombres".
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