El Atl¨¦tico se entrega al Madrid
Al inicio y al final, el equipo de Aguirre regala dos goles al de Schuster, que se dej¨® ir pese a su superioridad
El Atl¨¦tico fue una ruina al inicio y al final, y, entre medias, no tuvo gran chicha. Nada necesit¨® el Madrid, favorecido por el desastre rojiblanco. Con todo a favor desde el primer soplido, el equipo blanco no supo sellar un partido que tuvo en el pu?o durante todo el primer acto. Le falt¨® gallard¨ªa y estuvo a punto de pagar el conservadurismo en el trecho final, cuando Ag¨¹ero y Sim?o cargaron al equipo en la mochila y al menos lograron el equilibrio. Pero irrumpi¨® Heitinga y atropell¨® a Drenthe en el descuento como si se tratara de un juvenil. Una pifia monumental que certific¨® la victoria del Madrid y subray¨® la falta de madurez del Atl¨¦tico, que hizo todo lo posible por rendirse, al principio y al final. Un brindis al Madrid, al que entreg¨® dos goles de forma circense.
ATL?TICO 1 - REAL MADRID 2
Atl¨¦tico: Leo Franco; Perea, Ujfalusi (L. Garc¨ªa, m. 70), Heitinga, Pern¨ªa (Sim?o, m. 46); Maniche, Ra¨²l Garc¨ªa (A. L¨®pez, m. 38), Assun??o, Banega; Forl¨¢n y Ag¨¹ero. No utilizados: Coupet; Dom¨ªnguez, Camacho y Sinama.
Real Madrid: Casillas; S. Ramos, Pepe, Cannavaro, Marcelo; De la Red (J. Garc¨ªa, m. 78), Gago, Sneijder (Van der Vaart, m. 67); Higua¨ªn, Van Nistelrooy y Ra¨²l (Drenthe, m. 85). No utilizados: Dudek; Salgado, Heinze y Saviola.
Goles: 0-1. M. 1. Van Nistelrooy, desde el v¨¦rtice del ¨¢rea. 1-1. M. 90. Simao marca de libre directo. 1-2. M. 96. Higua¨ªn, de penalti.
?rbitro: Clos G¨®mez. Expuls¨® con roja directa a Perea (m. 30) y Van Nistelrooy (m. 39). Mostr¨® amarilla a Perea, Ra¨²l Garc¨ªa, Assun?ao, Heitinga, S. Ramos, Simao y J. Garc¨ªa.
Unos 55.000 espectadores en el Calder¨®n.
Los tantos visitantes fueron circenses, un retrato de la inmadurez rojiblanca
De entrada, el cuadro de Schuster domin¨® las dos ¨¢reas con una autoridad que retrat¨® las penurias de los rojiblancos, mal entrenados, mal alineados, mal enhebrados y mal dirigidos. Javier Aguirre, el t¨¦cnico local, encaden¨® una sucesi¨®n de errores que dej¨® al Atl¨¦tico a la intemperie. Nada exculpa a un colectivo que concede un gol antes del minuto, m¨¢xime si lo ha hecho en la jornada anterior y hace un curso ante el mismo adversario, pero tambi¨¦n refleja la incapacidad de un entrenador para mentalizar al vestuario.
Antes del tanto de Van Nistelrooy con Leo Franco a¨²n en el calentamiento, Aguirre teji¨® una alineaci¨®n postiza, sin extremos, como es su h¨¢bito, y con cuatro centrocampistas con tendencia a gravitar por el centro. Cuando a Perea se le fue la mano y result¨® expulsado, al mexicano le dio tal ataque de p¨¢nico que parche¨® la defensa con un lateral zurdo de corte raso -Antonio L¨®pez- como remiendo. Si se hubiera quedado sin un delantero, Aguirre, como tantos de sus colegas, no hubiera corregido el mecano ofensivo.
Minutos despu¨¦s de la puntada del t¨¦cnico colchonero, Van Nistelrooy sigui¨® el camino de Perea y de nada sirvi¨® el bricolaje del entrenador local. Para entonces, el Madrid, sin estridencias, llevaba ventaja en el marcador, hab¨ªa rematado al larguero por medio de Sneijder, le hab¨ªan birlado un gol legal a Van Nistelrooy y anulado otro a Ra¨²l por un flequillo en fuera de juego. Sin gui¨®n alguno, nada hab¨ªa ofrecido el Atl¨¦tico, con una tiritona defensiva, mal maquillado en el medio y con Forl¨¢n a¨²n herido tras un mes lastimado. A los pies de Ag¨¹ero, el Atl¨¦tico no entr¨® en el partido hasta que lo hizo Sim?o, que dio la lata a Sergio Ramos, agit¨® el duelo y activ¨® al Kun, una p¨¦sima se?al para el Madrid, que no hab¨ªa sabido bajar la persiana cuando el Atl¨¦tico le hab¨ªa hecho el pase¨ªllo, es decir, durante todo el primer tramo. Al Madrid, cuando tuvo el gobierno, le sobr¨® adrenalina y le falt¨® temple. La defensa del Manzanares era de trapo, pero al Madrid le falt¨® precisi¨®n. Sin Van Nistelrooy y con Higua¨ªn orillado, se qued¨® sin picante, con Sneijder y De la Red sin remar hacia el balc¨®n de Leo Franco. A Schuster le quedaban argumentos: Saviola o centrar a Higua¨ªn. Una vez m¨¢s, el alem¨¢n le cerr¨® el paso al Pibito, cuyo papel en el Madrid ya ni siquiera es secundario. El caso de Higua¨ªn es otro. Schuster le da m¨¢s vuelo que la temporada pasada, pero no acaba de dar con su casilla.
A rebufo de Ag¨¹ero, el Atl¨¦tico apret¨® en el segundo periodo. A falta de f¨²tbol, subi¨® el voltaje y encontr¨® una v¨ªa interesante, la de Cannavaro, que defendi¨® tan mal como todos los zagueros rojiblancos. Con Pepe al quite, el Madrid resisti¨® hasta el final, incapaz de apuntillar a un rival destartalado y con dificultades para torpedear a Banega, que se adue?¨® del medio campo ante la pasividad de Gago y De la Red, fuera de foco. De cara a Casillas y con el Madrid clavado en la trinchera, Sim?o fij¨® el empate al transformar un libre directo. Un premio al sacrificio local.
No hab¨ªa tiempo para mucho m¨¢s, pero el cuadro de Aguirre se descosi¨® de nuevo. Drenthe encar¨® a Heitinga, un desastre toda la noche, y el holand¨¦s le derrib¨® dentro del ¨¢rea. Higua¨ªn no perdon¨® a los rojiblancos, que se ganaron con creces el castigo. El Madrid pudo pagar su indolencia, pero el Atl¨¦tico se ech¨® en sus brazos. En realidad, el equipo de Aguirre lo hizo todo: lo malo, lo bueno y lo peor. El Madrid, en la sala de espera, sac¨® provecho.
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