?Los robots tambi¨¦n sue?an con Elsa Pataky?
Una de las visiones m¨¢s apocal¨ªpticas que ha creado nuestra cultura es la de una rebeli¨®n de androides dispuestos a conquistar el planeta. Pel¨ªculas, novelas y videojuegos han repetido hasta la n¨¢usea el viejo argumento del maestro Kubrick, seg¨²n el cual un artefacto mec¨¢nico conspiraba contra su usuario humano (cualquiera que utilice habitualmente un ordenador sabr¨¢ de qu¨¦ estamos hablando). Pues bien, ese temor no es una fantas¨ªa animada: los robots ya est¨¢n entre nosotros.
Juan Carlos Jovellar es un tipo corpulento y din¨¢mico, que uno imagina como un vecino cualquiera de su comunidad; mas no se llamen a enga?o. Bajo su apariencia encantadora se esconde uno de los pioneros en nuestro pa¨ªs de disciplinas como la rob¨®tica y la animatr¨®nica (?a que acojona?). Sin embargo, para este moderno descendiente de Gepetto un robot s¨®lo es un compendio de mec¨¢nica y electr¨®nica capaz de actuar de forma aut¨®noma, algo que en el mundo del arte se valora cada vez m¨¢s. Los pasados a?os noventa vieron como el cine, el teatro y la m¨²sica daban entrada a toda clase de instrumentos de nuevo cu?o. Y en esa historia sigue desempe?ando un papel predominante este barcelon¨¦s cuarent¨®n, cuyo trabajo resume la evoluci¨®n de estas nuevas tecnolog¨ªas en su aplicaci¨®n m¨¢s l¨²dica.
El arte siempre ha sido receptivo a las novedades, y la rob¨®tica no es m¨¢s que la nueva imprenta
Jovellar estudi¨® qu¨ªmica e inform¨¢tica, lo cual en 1994 le sirvi¨® para participar en la construcci¨®n del primer juke box de poes¨ªa del que se tiene noticia, consistente en un sistema de pulsadores con cintas de casete que estuvo expuesto en el desaparecido teatro Malic. Tras inicio tan prometedor, colabor¨® en el equipo de efectos especiales de Filmax, en lo que supuso un t¨ªmido intento de crear una industria de cine fant¨¢stico en el pa¨ªs. Aunque su actual dedicaci¨®n comenzar¨ªa en el a?o 2000, cuando ¨¦l y Christian Konn crean EBA, m¨ªtico taller de dise?o y desarrollo que, desde su sede de la calle del Correu Vell, empez¨® a ofrecer soluciones a las demandas de diversos creadores locales.
De aquellos a?os destacan las Meninas de Ximo Lizano, unos cicerones cibern¨¦ticos que dieron la bienvenida al Rey de Espa?a en la inauguraci¨®n de la feria Arco de 2003; el modelo PTinto del Centro de Astrobiolog¨ªa, copia en peque?o de un artefacto que est¨¢ previsto que viaje a Marte en el a?o 2012 y que estuvo en la Exposici¨®n Universal de Aichi (Jap¨®n); el pabell¨®n de Oikos para la pasada Expo de Zaragoza; el Furamovil de la Fura dels Baus, y el exoesqueleto de Afasia y los robots de Pol, de Marcel¡¤l¨ª Ant¨²nez, as¨ª como diversos proyectos con artistas como Roland Olbeter, Javier Mariscal, Jaume Plensa y Eulalia Valldosera, con quien est¨¢ colaborando en la antol¨®gica que el pr¨®ximo a?o le dedicar¨¢ el centro Reina Sof¨ªa de Madrid.
Juan Carlos reflexiona sobre el futuro de su profesi¨®n, aunque se ve como un mero puente entre el artista y la compleja tecnolog¨ªa moderna. El arte siempre se ha mostrado muy receptivo a las novedades, y la rob¨®tica no es m¨¢s que la nueva imprenta o el nuevo celuloide. La ciencia ofrece herramientas a cada generaci¨®n de creadores, quiz¨¢ para poder expresar mejor -sutil paradoja- los miedos que cada nuevo invento genera.
Si quieren ver algo de todo esto en la pr¨¢ctica, a¨²n est¨¢n a tiempo de asistir a las ¨²ltimas sesiones del festival de m¨²sica experimental LEM, que -por duod¨¦cima ocasi¨®n- ha vuelto a presentar el infatigable V¨ªctor Nubla. Por si no lo conocen, es uno de los festivales m¨¢s interesantes que se celebran en la ciudad, en el que ha podido verse a Juan Pablo Villa, un cantante y m¨²sico mexicano que hace con su voz lo que, para poder hacerlo solitos, muchos robots necesitar¨ªan a todo un se?or Jovellar.
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