John McCain se lanza al cuerpo a cuerpo en territorio hostil
El candidato republicano endurece el discurso en su 'asalto' a Pensilvania
El Estado de Pensilvania es un ejemplo de la tozudez de John McCain, un candidato que se ha definido a s¨ª mismo como el ¨²ltimo rebelde de la pol¨ªtica estadounidense. Aqu¨ª las cosas no pueden pintar peor para el senador por Arizona. La encuesta m¨¢s benevolente con los republicanos le da a Barack Obama 12 puntos de ventaja. Desde 1992, Pensilvania ha votado invariablemente por el candidato dem¨®crata. Pero John McCain y sus allegados siguen organizando actos electorales en este Estado casi a diario.
En un principio, el candidato republicano pensaba que Pensilvania ser¨ªa un objetivo f¨¢cil. En las primarias de abril, Hillary Clinton gan¨® gracias al voto de las zonas industriales y rurales, procedente de familias de moderados recursos y socialmente conservadoras. McCain pens¨® que estos ciudadanos jam¨¢s votar¨ªan a Obama.
Los sondeos en el Estado dan al l¨ªder dem¨®crata 12 puntos de ventaja "
A tenor de las encuestas, se equivoc¨®. Ahora, McCain se aferra a los suburbios de Filadelfia y al oeste del Estado como a una tabla tras un naufragio. Hasta aqu¨ª han viajado Sarah Palin; su amigo el senador Joe Lieberman; su mujer, Cindy, e incluso su madre, Roberta, que tiene 96 a?os. "?Sab¨¦is qu¨¦ hizo mi madre cuando fue a Francia y le dijeron que era demasiado mayor para alquilarse un coche?", dijo McCain recientemente en un mitin en Downington, en el condado de Chester. "?Se compr¨® uno y se fue de viaje por Francia! As¨ª es mi madre y as¨ª soy yo".
Puede que Pensilvania no le deje conducir su coche a McCain, pero ¨¦l sigue en campa?a como si no sucediera nada. "?Y por qu¨¦ no deber¨ªa?", dice Jerry Childers, arquitecto de 61 a?os de Malvern. "Las encuestas enga?an. Y Obama est¨¢ haciendo una campa?a negativa, ocultando de forma deshonesta su relaci¨®n con personajes como el terrorista Bill Ayers".
El ¨²ltimo argumento contra Obama, que McCain ha tomado literalmente de los seguidores que acuden a sus m¨ªtines, es el de que el senador por Illinois es un socialista. Esta palabra tiene en este pa¨ªs unas connotaciones diferentes de las que se le dan en Europa. Recuerda a los largos a?os de antagonismo con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En un mitin en Carolina del Norte, el candidato republicano dijo: "Al menos, en Europa, los l¨ªderes socialistas que tanto admira mi oponente son honestos sobre sus objetivos... Y deber¨ªamos pedirle la misma sinceridad al senador Obama".
Los republicanos de Pensilvania han aprendido bien qu¨¦ argumentos utilizar en sus conversaciones pol¨ªticas, gracias, en parte, al adiestramiento de una maestra de excepci¨®n: Sarah Palin. En un mitin en Lancaster celebrado el pasado fin de semana, la gobernadora de Alaska pidi¨® a los asistentes que convirtieran "al rebelde en campe¨®n". "Ahora ten¨¦is la oportunidad de elegir entre un pol¨ªtico que tiene fe en vosotros y en el pa¨ªs, y un pol¨ªtico que s¨®lo tiene fe en llegar al Gobierno", a?adi¨®. Luego habl¨®, como es habitual, de Ayers, del supuesto fraude en el registro de votantes y de la falta de escr¨²pulos de Obama, calificado de fr¨ªo y cerebral.
Sus seguidores no ven defecto alguno en Palin. Mary Lou Williford, de 65 a?os y residente en West Bradford, dice tener el honor de compartir algo muy especial con ella. Su hijo, de 33 a?os, se va a servir en Irak en enero. ?No teme por lo que le pueda pasar? "Estoy orgullosa. Por primera vez, veo a dos candidatos que tienen hijos de servicio en el campo de batalla. Me siento muy identificada con Palin como madre. En estos casos, el servicio al pa¨ªs est¨¢ por encima de la familia".
Sin embargo, en los muchos m¨ªtines de la campa?a de McCain en Pensilvania no todo es honor y buena voluntad. "Obama es como Hitler y como Stalin", dice Frank Demianczuk, de 47 a?os y criador de perros. "Quiere que el Estado lo controle todo, como los dictadores". En su camiseta ha estampado la cara de Obama y le ha dibujado el n¨²mero del diablo, 666, en la frente.
En esta estrategia de demonizaci¨®n de Obama, el campo de McCain ha contado con la proverbial ayuda de una fantasmag¨®rica mano amiga. Residentes de la zona de Pittsburgh han estado recibiendo ¨²ltimamente una serie de mensajes an¨®nimos en sus tel¨¦fonos en los que se dice: "Barack Obama ha trabajado codo con codo con el terrorista Bill Ayers, cuya organizaci¨®n ha bombardeado el Capitolio, el Pent¨¢gono, la casa de un juez y ha asesinado a varios estadounidenses". Cuando se trata de ganar unas elecciones en terreno hostil, todo vale. Incluso las t¨¢cticas m¨¢s deshonestas.
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