Carabanchel aguanta otro asalto

En uno de los laterales exteriores de la galer¨ªa que da acceso a la c¨²pula de la c¨¢rcel de Carabanchel se puede ver una pintada premonitoria. "Una c¨¢rcel menos", reza. La prisi¨®n, sin embargo, a¨²n segu¨ªa ayer en pie. Las m¨¢quinas permanecieron, en silencio, apostadas en el coraz¨®n del recinto. Instituciones Penitenciarias reconoce que a¨²n no hay fecha para el inicio de los trabajos de derribo.

El motivo no est¨¢ carente de cierta iron¨ªa. Lo que no han podido las proposiciones en el Parlamento, las peticiones de colectivos vecinales, los informes del Colegio de Arquitectos e incluso el propio Defensor del Pueblo, Enrique M¨²jica, parecen haberlo conseguido, al menos de momento, varias familias de rumanos que viven en uno de los extremos de la c¨¢rcel desde hace cerca de dos a?os. S¨®lo son 20 personas, pero, mientras sigan all¨ª, la c¨¢rcel parece estar a salvo de la piqueta.

"No nos marcharemos, no tenemos ad¨®nde ir", explica un rumano

"El martes nos dijeron que ten¨ªamos un d¨ªa para marcharnos, pero no lo haremos. No tenemos ad¨®nde ir", explicaba a primera hora de la tarde Rossi, mientras sujetaba en brazos a su peque?o de dos a?os. Unas horas antes hab¨ªa expirado el plazo que ten¨ªan para desalojar voluntariamente el edificio en el que viven. Sin embargo, all¨ª permanec¨ªan, deambulando de un lado para otro bajo una persistente lluvia y ante la mirada de varios empleados de la seguridad privada que vigila el recinto carcelario.

"Algunas familias se han marchado ya. Unos a Rumania. Otros est¨¢n por ah¨ª, en la carretera de Valencia o en Fuencarral", explica Mircea mientras apura un cigarrillo y ense?a los pocos dientes que le quedan en la boca.

Una portavoz de Instituciones Penitenciarias explic¨® ayer que no se comenzar¨¢ trabajo alguno antes de que se haya desalojado por completo la c¨¢rcel. Sin embargo, ni el Ministerio del Interior, ni la Delegaci¨®n del Gobierno, ni la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid, ni el Ayuntamiento de la capital fueron capaces de precisar cu¨¢ndo se producir¨¢ el desalojo.

Mientras, el movimiento de maquinas excavadoras y camiones para la recogida de escombros fue ayer permanente. La presencia de trabajadores de la empresa encargada de la demolici¨®n tambi¨¦n fue patente. Varios de ellos se dedicaron a tapar todos los huecos de la valla perimetral del complejo con el fin de impedir la entrada y salida de personas.

Por su parte la Plataforma por un centro para la Paz y la Memoria en la antigua c¨¢rcel de Carabanchel anunci¨® ayer que enviar¨¢ un escrito al juez Baltasar Garz¨®n para informarle sobre la intenci¨®n del Gobierno de acabar con la prisi¨®n. Un portavoz del colectivo, que agrupa varias asociaciones vecinales y de ex presos pol¨ªticos, indic¨® asimismo que llevar¨¢n a los tribunales la licencia otorgada por el Ayuntamiento de Madrid para los trabajos de demolici¨®n. "Vamos a mantener las visitas guiadas de todos los domingos a la c¨¢rcel y convocaremos una manifestaci¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 8", a?adi¨® el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Carabanchel, Pedro Casas.

Por el contrario, el concejal de la Junta de Carabanchel, Carlos Izquierdo, reconoci¨® que est¨¢ "deseando" que se inicie el derribo de la c¨¢rcel. "Estamos encantados de que las m¨¢quinas est¨¦n ya dentro", afirm¨® el edil.

Los vecinos de Carabanchel protestan contra el derribo de la vieja c¨¢rcel