El mal fario de Sainz de Baranda
Un repaso a los escenarios de los cr¨ªmenes que han sacudido la capital
Dicen que la historia de un pueblo es tambi¨¦n la historia de sus cr¨ªmenes. Madrid ha sido escenario de miles de asesinatos. Muchos en el distrito Centro. Y si hubiera que se?alar una calle, la m¨¢s sangrienta ser¨ªa la del Alcalde Sainz de Baranda (v¨¦ase mapa adjunto).
Alg¨²n crimen, como el de la calle de Fuencarral, en el siglo XIX, mereci¨® la atenci¨®n de un escritor de la talla de Benito P¨¦rez Gald¨®s. Ya el pasado siglo, en 1913, se produjo otro caso archifamoso: el crimen del capit¨¢n S¨¢nchez. Ese d¨ªa, Rodrigo Garc¨ªa, viudo acaudalado, se ofreci¨® como benefactor de Mar¨ªa Luisa S¨¢nchez, una veintea?era resultona, hija del militar. La muchacha cit¨® a su admirador en la Escuela Superior de Guerra. El capit¨¢n revent¨® la cabeza a martillazos al seductor. Despu¨¦s lo descuartiz¨® con un hacha y arroj¨® los pedazos por el retrete.
Madrid qued¨® conmocionado el 21 de julio de 1958 cuando fue hallado el cad¨¢ver de F¨¦lix L¨®pez, de 42 a?os, con un balazo en la nuca, en su local de pr¨¦stamos Jusfer, en Sainz de Baranda, 19. Luego, fueron descubiertos en su domicilio del 57 de Lope de Rueda los cuerpos de Emilio Fern¨¢ndez, socio de F¨¦lix, su esposa Mar¨ªa de los Desamparados Alonso, embarazada, y la sirvienta, Paulina Ramos. Jos¨¦ Mar¨ªa Manuel Pablo de la Cruz Jarabo fue condenado a muerte.
El 1 de mayo de 1962, en Antonio Grilo, 3, el sastre Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz mat¨® a martillazos a su esposa, Dolores Berm¨²dez, y despu¨¦s acuchill¨® uno a uno a sus cinco hijos. "Ten¨ªa que hacerlo hoy... Los quer¨ªa a todos, pero ellos me obligaron", grit¨® el parricida antes de volarse la cabeza de un disparo. ?Qui¨¦nes le obligaron a hacer tal carnicer¨ªa? Unos supuestos extraterrestres que le ten¨ªan dominado.
En 1980 mataron a Manuel de la Sierra y a su esposa, Lourdes Moren¨¦s, marqueses de Urquijo, en su chal¨¦ de Somosaguas. Al menos dos personas dispararon a los arist¨®cratas mientras dorm¨ªan. Fue condenado su yerno, Rafael Escobedo.
En 1988 se conoci¨® el llamado crimen de las emparedadas o crimen de El Lobo Feroz. En un mes¨®n llamado as¨ª se hallaron los cad¨¢veres de dos prostitutas acuchilladas por el due?o, Santiago Jos¨¦ Pardo. Ese mismo a?o, los vecinos de Sainz de Baranda amanecieron sobrecogidos. Se acababan de descubrir los cad¨¢veres del ingeniero norteamericano William Gardner, su esposa Amelia L¨®pez y la sirvienta Benita Carretero. Los tres hab¨ªan sido cosidos a cuchilladas con tal sa?a que alguna de las v¨ªctimas qued¨® clavada al parqu¨¦. Fueron detenidos la sobrina de la sirvienta y su novio. Enganchados a la hero¨ªna, robaron joyas que pignoraron en una casa de empe?os.
La marginaci¨®n se hizo patente con la detenci¨®n en 1994 de Francisco Garc¨ªa Escalero, El mendigo psic¨®pata. ?l mismo se atribuy¨® 11 asesinatos entre 1986 y 1993. Mataba a vagabundos con los que coincid¨ªa en el cementerio de la Almudena.
Muy diferente fue el crimen del rol, protagonizado en 1994 por Javier Rosado y F¨¦lix Mart¨ªnez, que eligieron a su v¨ªctima al azar. Le toc¨® a Carlos Moreno, de 52 a?os. Muri¨® acuchillado cuando esperaba el autob¨²s en Manoteras. Le mataron como parte de un juego de rol.
En junio de 2001, el moldavo Pietro Arcan irrumpi¨® en el chal¨¦ del abogado Arturo Castillo, en Pozuelo. Mat¨® al letrado e hiri¨® gravemente a su esposa para intentar robar joyas y dinero.
La lista ser¨ªa interminable si hubiera que incluir aqu¨ª sucesos tan impactantes como la matanza causada por la doctora Noelia de Mingo en la Cl¨ªnica de la Concepci¨®n en 2003; los cr¨ªmenes del asesino en serie que firmaba sus haza?as con naipes de la baraja...
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