Amina quiere dirigir la oraci¨®n
Mujeres musulmanas rechazan el extremismo y piden una revisi¨®n del islam
Amina Wadud dirige el rezo junto a una decena de musulmanes. Lo hace en un hotel de Barcelona y nadie se escandaliza por ello: las mujeres (y alg¨²n hombre) que la acompa?an defienden una visi¨®n abierta y tolerante del islam. Y sobre todo, alejada del machismo que, a su juicio, no emana del Cor¨¢n, sino de ciertas interpretaciones interesadas. La escena, casi ¨ªntima, no tiene nada que ver con la que acaeci¨®, hace tres a?os, en Nueva York. Amina se convirti¨® entonces en la primera mujer musulmana en llevar la batuta de una oraci¨®n mixta. El stablishment de ulemas oficiales la conden¨® de forma un¨¢nime.
Amina, intelectual de origen afroamericano convertida al islam, est¨¢ en Barcelona para participar en el tercer Congreso de Feminismo Isl¨¢mico, que aborda la opresi¨®n de las musulmanas bajo la bota del fundamentalismo. Las ponentes son una veintena de mujeres muy cualificadas. Algunas lideran potentes organizaciones sociales. Otras se han asomado al poder pol¨ªtico. Todas ellas saben que, pese a las persecuciones, son unas privilegiadas. La excepci¨®n a la norma general. Pero advierten de que cada vez "hay m¨¢s mujeres en busca de una nueva lectura del islam", detalla Fatma Aly Khafagy, consultora de Naciones Unidas nacida en Egipto.
"Los poderosos quieren que todo siga como est¨¢. Y los islamistas pretenden arrastrarnos al pasado", resume Khafagy, que ha decidido no llevar hiyab, el tradicional pa?uelo musulm¨¢n. "Es una opci¨®n personal", dice. Tambi¨¦n muestra su libertad y su independencia la malaisia Norani Othman cuando declina acudir a la oraci¨®n de Amina. ?sta se acerca al sof¨¢ y le besa afectuosamente en la cabeza. "Es que nunca rezo en grupo. El rezo es personal".
Norani ha luchado en Asia contra las leyes musulmanas de familia, que priman al hombre y relegan a la mujer a un papel subordinado. Como las dem¨¢s ponentes, aboga por una reforma de la sociedad "basada en la democracia y el respeto a los derechos humanos". Pero insiste: "El problema no es el islam".
En una l¨ªnea similar se expresa Amina, que luce piercing plateado y zapatillas deportivas. Cree que los estereotipos negativos de Occidente en torno al islam (eso entiende por "islamofobia") frenan, casi en la misma medida que el extremismo, el desarrollo de las mujeres musulmanas.
Pero hay soluciones. Como los viajes e Internet, que ponen a la mujer en contacto con otras realidades: "Cuando se enteran de que otras musulmanas pueden conducir un coche, se dan cuenta de que es algo de su pa¨ªs o su cultura que no est¨¢ en el islam".
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