Una de risas
La mejor met¨¢fora que expresa el espect¨¢culo de estos hombres travestidos en et¨¦reas a la vez que pesadas bailarinas de ballet acad¨¦mico es que el tiempo es cruel. Salvo el n¨²mero final, y que es el que menos gracia tiene, por cierto, este conjunto viene una y otra vez con los mismos n¨²meros gastados, sobados. Algo resulta a¨²n gracioso, pero no tanto como anta?o. Y es que tambi¨¦n, acaso, el mundo interno del ballet acuse esos cambios.
Ellos fueron los primeros en organizarse como compa?¨ªa, aunque hay muchos antecedentes de lo que hacen en la historia del ballet serio y en el menos serio tambi¨¦n.
Decir que bailan bien es una temeridad, como cualquier intenci¨®n de relacionarlos en serio con el mundo del ballet cl¨¢sico. La iniciativa de la compa?¨ªa se ha quedado anticuada y el resultado hoy tiene mucha menos gracia que hace dos o tres d¨¦cadas, cuando hasta los cr¨ªticos m¨¢s celebres del mundo les dedicaron elogios y grandes bailarines y bailarinas iban a sus funciones para desencuadernarse de risa. Incluso el elenco era otro. Pero es que el tiempo no perdona, tal como ha sucedido con las divas del ballet que ellos sanguinariamente critican.
LES BALLETS TROCKADERO DE MONTECARLO
El lago de los cisnes (segundo acto); Grand pas de quatre; Diana y Acte¨®n; la muerte del cisne; Maj¨ªsimas.
Direcci¨®n art¨ªstica: Tory Dobrin. Festival de Oto?o. Teatro Alb¨¦niz, Madrid. Hasta el 25 de octubre.
Pasar el rato
La funci¨®n de los trocks sigue siendo un producto de risas, para pasar el rato. Querer concederle cualquier otra consideraci¨®n art¨ªstica o est¨¦tica es un desvar¨ªo. En Estados Unidos hacen un programa mucho mejor, donde se atreven con Graham, Cunnhingam y Balanchine, los dioses protoamericanos, y los dejan para el arrastre. Esa crueldad sin espejo s¨ª hace reflexionar sobre la endogamia del mundo del ballet, sus miserias y sus avatares.
Y la funci¨®n termina con una versi¨®n ap¨®crifa y de poca gracia de la pieza Maj¨ªsimo, un original brillante de Jorge Garc¨ªa y probablemente una de las creaciones de ballet cubano mejor conseguidas que los chicos del Trockadero llevan a su cuerda sin el menor pudor (al punto de ni mencionar en el programa al core¨®grafo, pero ?qui¨¦n se atreve a discutir con esos virtuosos?), agregando un cuerpo de baile y modificando lo que evidentemente no pueden hacer con sus arquitecturas corporales y sus posibilidades t¨¦cnicas.
Babelia
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