El milagro espa?ol no tiene club
El extraordinario desarrollo econ¨®mico de los ¨²ltimos 30 a?os no ha implicado m¨¢s influencia pol¨ªtica en el exterior - Falta una estrategia diplom¨¢tica a largo plazo
Entrar en un club selecto es dif¨ªcil por definici¨®n, pero en algunos casos resulta misi¨®n imposible. La demanda del Gobierno para que Espa?a se incorpore a los grandes foros econ¨®micos internacionales, como el G-8, con el objetivo de que pueda asistir a cumbres como la prevista en Estados Unidos en noviembre para reformar el capitalismo est¨¢ cayendo de momento en saco roto. Mientras los estad¨ªsticos discuten si la econom¨ªa espa?ola ocupa el octavo o duod¨¦cimo lugar en el ranking mundial, lo que parece claro es que el pa¨ªs tiene una representaci¨®n internacional inferior a la que le corresponder¨ªa por el peso en las finanzas. Los m¨¢s cr¨ªticos no tienen ninguna duda: a la pol¨ªtica exterior espa?ola le falta una estrategia de Estado a largo plazo.
Nadie niega el espectacular crecimiento que ha vivido Espa?a, sobre todo tras su ingreso en la Uni¨®n Europea, en 1986. En los a?os setenta, era un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo. Desde entonces, el producto interior bruto (PIB) se ha multiplicado por cinco y se han escalado puestos en el ¨ªndice de desarrollo de Naciones Unidas, hasta el 13? actual. Un total de 11 empresas espa?olas est¨¢n entre las 500 mayores compa?¨ªas del mundo. El Santander es el octavo banco del mundo y el BBVA, el n¨²mero 16. Espa?a es el primer inversor extranjero en Am¨¦rica Latina.
"Desde la transici¨®n, el crecimiento ha sido espectacular: un milagro econ¨®mico como el vivido en Irlanda y el de la Alemania de posguerra", afirma Federico Steinberg, profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid e investigador del Real Instituto Elcano. Sin embargo, ese poder¨ªo econ¨®mico no se ha traducido en un mayor peso en el mundo en t¨¦rminos pol¨ªticos.
Tener menos diplom¨¢ticos que Holanda no ayuda. Tampoco que el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores sea uno de los m¨¢s reducidos con relaci¨®n al PIB de Europa. Un informe encargado por el Gobierno espa?ol en 2005 para la futura reforma del servicio exterior ya reconoc¨ªa que los esfuerzos que se han hecho en los ¨²ltimos a?os para defender mejor los intereses del pa¨ªs en el extranjero han sido "insuficientes".
"Tenemos una pol¨ªtica exterior raqu¨ªtica para nuestro tama?o econ¨®mico", afirma Jordi Vaquer, analista de la Fundaci¨®n Cidob. "Mi impresi¨®n es que la pol¨ªtica espa?ola en el exterior hay que ir intuy¨¦ndola. No hay tradici¨®n de tener un libro blanco que sirva para el debate a largo plazo", afirma. "Falta una visi¨®n clara, aunque a la pol¨ªtica europea le pasa lo mismo, y es peligroso", a?ade Shaun Riordan, consultor y antiguo diplom¨¢tico brit¨¢nico, que considera que Espa?a ha perdido influencia en los ¨²ltimos a?os en el norte de ?frica.
"Carecemos de una pol¨ªtica de Estado sobre c¨®mo hemos de estar en el mundo, con qu¨¦ argumentos y para qu¨¦. ?Queremos ser un pa¨ªs de mediadores, como los escandinavos? ?O un pa¨ªs sin complejos a la hora de usar la fuerza?", se pregunta Jos¨¦ Ignacio Torreblanca, director de la oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. En fuentes vinculadas a los organismos internacionales se considera que a Espa?a le falta convicci¨®n cr¨ªtica en los grandes temas de la agenda internacional. Est¨¢, dicen, pero con la boca peque?a.
El Gobierno se defiende. "Tuvimos una larga dictadura y, desde entonces, hemos ido avanzando poco a poco a la hora de definir nuestra estrategia; creo que durante esta legislatura la consolidaremos", afirma Diego L¨®pez Garrido, secretario de Estado para la Uni¨®n Europea, que asegura que Espa?a tiene ahora unas l¨ªneas claras de actuaci¨®n: centradas en la Uni¨®n Europea, en ser la referencia en las relaciones con Am¨¦rica Latina, en reforzar el papel en Asia y ?frica. "Nuestra pol¨ªtica de cooperaci¨®n es puntera y fue Espa?a quien consigui¨® que la UE levantara las sanciones a Cuba", dice.
"Existe una estrategia: ocupar un nuevo papel en las relaciones internacionales que pone el acento en la persuasi¨®n, la tolerancia y la cultura", a?ade Mart¨ªn Ortega Carcel¨¦n, director del Gabinete de An¨¢lisis y Previsi¨®n de Pol¨ªtica Exterior, dependiente de Exteriores.
Sea como sea, lejos de seguir una l¨ªnea clara de continuidad, cada Gobierno democr¨¢tico ha tenido un estilo propio y un concepto muy diferente de c¨®mo defender los intereses del pa¨ªs en el mundo. A Felipe Gonz¨¢lez se le pod¨ªa ver a menudo codearse con otros dirigentes europeos, aunque fueran de otros partidos, como el alem¨¢n Helmut K?hl. Mientras, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pasar¨¢ a la historia, entre otras cosas, por ser el presidente que aprendi¨® ingl¨¦s junto a George W. Bush, cuya pol¨ªtica apoy¨® sin titubeos, incluida la guerra de Irak. Por ¨²ltimo, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero es el impulsor de la alianza de civilizaciones y el gran defensor de la ONU.
Tres d¨¦cadas despu¨¦s de la llegada de la democracia, Espa?a sigue buscando su lugar en los grandes foros econ¨®micos. Fue excluida del club de los m¨¢s ricos -entre otras causas porque se cre¨® cuando la econom¨ªa espa?ola no era nada- y no entr¨® en el club de los emergentes a finales de los noventa, porque no se consideraba un pa¨ªs como tal. ?Qu¨¦ sitio merece ahora?
No hay duda en la respuesta: Espa?a est¨¢ mal representada. Con m¨¢s de un bill¨®n de euros, el PIB espa?ol es hoy el quinto de la zona euro y el octavo del mundo, superando a Canad¨¢ y Rusia, que est¨¢n en el G-8 (en este grupo no est¨¢ China, que ya es la cuarta econom¨ªa). Si se tiene en cuenta el poder de compra del pa¨ªs, baja varios puestos en la clasificaci¨®n, hasta el 12?, por detr¨¢s de India, Brasil y M¨¦xico, econom¨ªas emergentes agrupadas en el G-20.
La econom¨ªa espa?ola ha ganado tama?o a ritmos superiores a la media europea durante a?os, pero ocupa lugares menos destacados en el mundo. Sus debilidades: bajo aumento de la productividad, crecimiento basado con exceso en la construcci¨®n y el turismo, bajo valor a?adido de las exportaciones, y poca inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo (un 1,16% del PIB), en los lugares de cola de la UE. Espa?a, por ejemplo, no cuenta con ninguna empresa entre las 50 del mundo que m¨¢s patentes solicitan. Por cada patente que pide una firma espa?ola, las alemanas piden 24 y las francesas ocho, seg¨²n la Agencia Europea de Patentes. "La visi¨®n desde fuera no es precisamente que la econom¨ªa espa?ola sea moderna, sino muy dependiente del ladrillo y el turismo", opina Riordan.
Esta supuesta mala imagen no tiene mucha raz¨®n de ser, a juicio de Mayte Ledo, economista jefe de Europa y Escenarios Financieros del Servicio de Estudios de BBVA. "La econom¨ªa espa?ola tiene debilidades como otras; Alemania est¨¢ estancada en t¨¦rminos de renta desde hace a?os y el modelo de servicios del Reino Unido tambi¨¦n ha estado bajo cuesti¨®n", a?ade. "Pero la econom¨ªa espa?ola ha sido, sin duda, una de las m¨¢s din¨¢micas", afirma. La parte que no tiene que ver con la construcci¨®n y el sector p¨²blico supone cerca de la mitad del PIB y ha estado creciendo a un ritmo del 3%.
La educaci¨®n es tambi¨¦n constante fuente de cr¨ªticas. La bonanza econ¨®mica no se ha traducido en un aumento de la inversi¨®n en la escuela. Espa?a gasta 4.100 euros al a?o por cada estudiante de primaria, frente a la media de la OCDE (4.500 euros); tambi¨¦n est¨¢ por encima del promedio en educaci¨®n secundaria y universitaria. Adem¨¢s, ninguna universidad espa?ola est¨¢ entre las 100 mejores el mundo. El ¨²ltimo Informe Pisa, realizado por la OCDE entre los 57 pa¨ªses m¨¢s desarrollados, afirma que Espa?a est¨¢ por debajo de la media internacional en matem¨¢ticas y lectura, mientras los resultados est¨¢n estancados en la mediocridad en ciencias.
Julio Caraba?a, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense y experto en an¨¢lisis educativos, niega la mayor: "Nuestra media de puntuaci¨®n no es tan mala y est¨¢ al nivel de Francia y Estados Unidos. Necesitamos menos presupuesto porque nuestro sistema es m¨¢s eficiente". En las aulas espa?olas hay 14 alumnos por profesor, mientras la media de la OCDE es de 16 alumnos por profesor. El experto reconoce que existe un problema en la investigaci¨®n universitaria, que se basa en el voluntarismo de unos j¨®venes becarios que cobran muy poco.
Como todos los pa¨ªses con aspiraciones -y en contra de la famosa frase de Groucho Marx: "No querr¨ªa pertenecer a ning¨²n club que me aceptara como socio"-, Espa?a hace tiempo que quiere integrarse en la llamada arquitectura de las formaciones G. Estar en el G-7, el G-8, el G-10, el G-20... es una forma de entrar en los grandes foros de discusi¨®n y, adem¨¢s, dar la imagen de que el pa¨ªs miembro tiene su importancia.
"Siempre hemos estado un poco aislados, pero no s¨®lo por el franquismo o porque los Gobiernos democr¨¢ticos lo hayan hecho bien o mal, sino tambi¨¦n por otras condiciones m¨¢s complejas, como la propia evoluci¨®n hist¨®rica de la econom¨ªa espa?ola", afirma Juan Jos¨¦ Toribio, profesor del IESE en Madrid.
Cuando se cre¨® el G-7, en 1976, Espa?a era una econom¨ªa en v¨ªas de desarrollo. Cuando apareci¨® la oportunidad de formar parte del G-20, entre 1997 y 1999, Espa?a se mantuvo al margen. Algunos creen que lo hizo porque Madrid prim¨® su vocaci¨®n europea y entend¨ªa que su lugar ser¨ªa el G-7. Si alguna vez Espa?a pareci¨® estar m¨¢s cerca de entrar en este club de los pa¨ªses m¨¢s ricos fue durante los a?os del Gobierno del PP, por la amistad de Aznar y Bush. Toribio considera que Espa?a no entr¨® en el G-20 porque "ni estaba en crisis ni pens¨® que tendr¨ªa un papel para resolver la crisis de los pa¨ªses perif¨¦ricos".
Pero el objetivo ahora de la econom¨ªa espa?ola es desempe?ar un papel m¨¢s importante en los foros internacionales y estar presente en la conferencia de noviembre en Estados Unidos, donde estar¨¢ sobre la mesa la posible refundaci¨®n del capitalismo, como sucedi¨® en julio de 1944 en Bretton Woods. Conseguir estar en la cumbre de noviembre es ahora una prioridad para Espa?a. En esta conferencia est¨¢ mucho en juego. "Tendr¨ªa l¨®gica que Espa?a asistiera a la cumbre de noviembre, por el peso que tienen sus multinacionales, sobre todo los bancos", afirma Federico Steinberg.
Introducir cambios en la organizaci¨®n econ¨®mica internacional puede ser una forma de que Espa?a entre en la rueda de los clubes selectos. Las bases sobre las que fueron creados el G-7 y el G-20 han cambiado y algunos expertos creen que es el momento de crear otros ¨¢mbitos de discusi¨®n econ¨®mica.
Dejar entrar a Espa?a en el G-7 o G-20 tiene el riesgo de suponer un agravio comparativo para otros pa¨ªses con aspiraciones, como podr¨ªa ser Nigeria. Llevar el debate para refundar el capitalismo a foros como el FMI o a Naciones Unidas podr¨ªa ser poco efectivo: demasiados pa¨ªses para llegar a una conclusi¨®n. El profesor Toribio propone, por ejemplo, que se cree un nuevo G-5, integrado por Estados Unidos, Jap¨®n, China, Rusia y la Uni¨®n Europea como un todo. La economista Mayte Ledo coincide en la necesidad de cambios: "Podr¨ªamos tener una mayor representaci¨®n en un entorno que deber¨ªamos repensar".
Participantes de los grandes foros
- Conferencia de Bretton Woods. La I Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas se celebr¨® del 1 al 22 de julio de 1944 en Bretton Woods (New Hampshire, Estados Unidos). Participaron los 44 pa¨ªses aliados: Australia, B¨¦lgica, Bolivia, Brasil, Canad¨¢, Colombia, Costa Rica, Cuba, Checoslovaquia (Gobierno en el exilio), Chile, China, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Etiop¨ªa, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Grecia, Guatemala, Hait¨ª, Holanda, Honduras, Persia, Irak, Irlanda, Liberia, Luxemburgo, M¨¦xico, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelanda, Panam¨¢, Paraguay, Per¨², Polonia, Rep¨²blica Dominicana, Sur¨¢frica, Reino Unido, Uni¨®n Sovi¨¦tica, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia. En esta reuni¨®n se sentaron las bases para crear el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
- Grupo de los siete (G-7). Fue creado en 1976 por EE UU, Jap¨®n, Canad¨¢, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia para combatir la volatilidad de los tipos de cambio. Ahora es un grupo informal de temas econ¨®micos al que se uni¨® Rusia en 1998 y configuran el G-8.
- Grupo de los diez (G-10). Creado en 1961 en Par¨ªs, agrupa a los ministros de Finanzas del G-7, adem¨¢s de Holanda, B¨¦lgica y Suecia, a los que m¨¢s tarde se uni¨® Suiza, para participar en un sistema de pagos internacionales.
- Grupo de los 20 (G-20). Fundado entre 1997 y 1999 al calor de la crisis asi¨¢tica en el que est¨¢n el G-8, la Uni¨®n Europea y un grupo de pa¨ªses emergentes: Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, M¨¦xico, Arabia Saud¨ª, Sur¨¢frica, Corea del Sur y Turqu¨ªa.
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