En busca del pr¨®ximo fen¨®meno musical
Hace un tiempo, la Sala Razzmatazz tuvo una m¨¢s que noble iniciativa llamada Flavour of the month (sabor del mes). Se trataba de una serie de conciertos en los que, cada mes, se programaba una banda desconocida o casi desconocida. El tema, como casi todos los buenos, se termin¨® antes de poder certificar su validez, tanto comercial como art¨ªstica.
El esp¨ªritu subyacente en aquello se puede rastrear en un festival como South by Southwest de Austin. Una bacanal para cazatalentos, diletantes y bandas noveles que inundan la pl¨¢cida capital tejana con sus extra?os ropajes, su perenne afici¨®n por el alcohol gratis y sus promesas de dominaci¨®n mundial.
La evoluci¨®n que han sufrido eventos como ¨¦ste, el CMJ neoyorquino, Transmusicales de Rennes, el germano Popkomm, son ejemplos claros de que el coma cerebral en el que se encuentra la industria nos ha conducido a un modelo an¨¢rquico, econ¨®micamente limitado, pero mucho m¨¢s divertido, donde los programadores de esta suerte de supermercados del nuevo talento musical -imaginen ARCO repartido durante casi una semana por todos los bares de Madrid y con los artistas, no persiguiendo una venta, sino a las hijas de ustedes-, como los alcaldes de Barcelona, han descubierto que el turismo es el nuevo negro.
Promesas
Tendiendo una buena conexi¨®n de ADSL y un manejo a nivel de usuario de las enciclopedias musicales, cualquiera puede en su casa descubrir el sabor del pr¨®ximo mes. Las tendencias musicales del pr¨®ximo a?o se pueden definir en una sola tarde consagrada al Explorer.
As¨ª, estos eventos entre corporativos y festivos, cada vez tiran m¨¢s de nombres populares en su cartel y deslocalizando giras masivas y fabricando coartadas. Los patrocinadores son hoy quienes mejor barra libre organizan, y aunque es cierto que perviven irreductibles y rom¨¢nticos del apret¨®n de manos, seres que siempre ser¨¢n necesarios en este y en cualquier negocio, la verdad es que una banda como Ting Tings, nueva perla del sello Columbia (el de Dylan o Springsteen) y n¨²mero uno en el Reino Unido, recuerdan hoy su paso por el South by Southwest como la oportunidad para que Steve Jobs les escuchara y escogiera un tema para el nuevo anuncio del ipod. Como casi todo lo que sucede en este siglo nuevo: es lo mismo, pero no es igual.
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