El urbanismo admite agentes de la cordialidad
El nuevo cuerpo de inspectores rastrea el territorio para conocer la realidad
"La Junta de Andaluc¨ªa gana el 85% de los pleitos en materia de urbanismo que plantea, pero eso no nos sirve para arreglar el mundo". La proclama resulta m¨¢s llamativa en boca de quien la pronuncia, el director general de Inspecci¨®n de Ordenaci¨®n del Territorio, Urbanismo y Vivienda, Jos¨¦ Antonio Ortiz. Tener raz¨®n jur¨ªdica no basta ante la magnitud de lo que hay que arreglar, decenas de miles de viviendas ilegales repartidas por todo el territorio.
Sayalonga es ejemplo de colaboraci¨®n municipal con la revisi¨®n urban¨ªstica
En una visita se pueden hacer 100 fotos, no hay que saltarse un detalle
La funci¨®n represiva no es el fin ¨²ltimo del nuevo cuerpo de inspecci¨®n urban¨ªstica cuyos primeros 25 componentes tomaron posesi¨®n el pasado d¨ªa 6. Su labor tiene como objetivo reconducir el desorden territorial, para lo que resulta estrat¨¦gica la colaboraci¨®n con los ayuntamientos. "No podemos imponer un modelo a los municipios, ni quitarles su capacidad de ordenar el territorio, lo que podemos ofrecer es colaboraci¨®n e incentivarlos a que se impliquen en el control urban¨ªstico", explica Ortiz.
La Junta ha dado prioridad a ¨¢reas con m¨¢s problem¨¢tica de construcciones en suelo no urbanizable: Valle de Almanzora, Axarqu¨ªa, costa de Vejer, Freilas, Medina Azahara, Sierra de Aracena y Quesada, en la sierra de Cazorla. En la comarca de La Axarqu¨ªa, donde se estima que pueden existir unas 10.000 viviendas en suelo no urbanizable, ya han aceptado siete ayuntamientos.
Uno de los lugares donde el plan est¨¢ m¨¢s avanzado es Sayalonga, cuyo alcalde, Jos¨¦ Luis Navas (PSOE), manifiesta la "voluntad inequ¨ªvoca" que exige la Junta. "Se nos brinda la oportunidad de intentar regularizar lo que existe y darle cobertura legal. Ahora no sabemos lo que realmente hay. Yo no voy a ser quien diga que antes de demoler algo me voy del pueblo", afirma. Aunque recuerda el caso de Marbella, donde "al final se van a legalizar casi 18.000 viviendas".
El plan de inspecci¨®n persigue la normalizaci¨®n. "Tendr¨¢ que haber demoliciones, de eso no cabe duda. Siempre debe primar el inter¨¦s general y si hay intereses particulares que no vulneren los generales, trataremos de conciliarlos en la medida de lo posible", afirma Ortiz.
Lo primero de todo es el conocimiento exhaustivo de la realidad. Eso exige patearse el terreno, en el caso de Sayalonga para dejar de suponer que existen 750 viviendas en suelo no urbanizable, y conocer cuantas exactamente y todo detalle sobre cada una de ellas.
Por eso el trabajo se prepara minuciosamente. En una reuni¨®n antes de cada visita se trazan los itinerarios y "se establecen criterios de trabajo para que sea sistem¨¢tico, recordamos que hay que poner en com¨²n cualquier cosa y que hay que seguir el inventario", relata Emilia Garc¨ªa, jefa de planificaci¨®n de la inspecci¨®n.
Para hacer el inventario de edificaciones se elabora una ficha de cada una de ellas con datos de localizaci¨®n, promotor, fase de ejecuci¨®n, a?o de construcci¨®n, si est¨¢ habitada, si se trata de primera o segunda residencia, la situaci¨®n jur¨ªdica, si existen impugnaciones, si cuenta con licencia y si en ese caso se ajusta al proyecto. cada ficha tiene una foto y un plano se situaci¨®n.
"Miramos si hay contadores, postes de luz, o gomas de agua que indican que no llega la red", explica Garc¨ªa tras visitar una vivienda. Y es que en lugares donde no ha habido planeamiento, como la inmensa mayor¨ªa de los pueblos, si hay suministros de servicios, se puede considerar el suelo urbanizable.
En una misma visita Teresa Mol¨ª ha llegado a tomar 100 fotograf¨ªas, aunque en otras basta con dos o tres. "Permiten recordar detalles como un volumen de edificaci¨®n por ejemplo o mil cosas", cuenta. De cada visita se levanta un acta muy detallada. Los datos se introducen en tres bases cruzadas y se vuelcan en mapas cartogr¨¢ficos y de ortofotos, hasta que se logra la identificaci¨®n exacta de todas las construcciones. En Sayalonga ya se han completado 115 fichas. El viernes, antes de la visita, los inspectores se reunieron con la secretaria del Ayuntamiento. Le pidieron las licencias otorgadas antes de 2005. Esas no est¨¢n informatizadas, por lo que hay que mirar los libros de acta de los plenos. Y la secretaria de un pueblo de 1.400 habitantes y dos millones de euros de presupuesto no tiene ayuda. Los inspectores le ofrecen personal para hacerlo. La colaboraci¨®n es estrat¨¦gica. Que haya 30 denuncias por irregularidades urban¨ªsticas y seis licencias impugnadas no es en este momento lo esencial.
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