Las instituciones y los pulpos
Son como los pulpos, pegajosos. Las denuncias por la utilizaci¨®n de las instituciones p¨²blicas para colocar a dirigentes pol¨ªticos como cargos de confianza, con la intenci¨®n de lograrles un sueldo que les permita trabajar para su partido, es como un pulpo de cuyo abrazo no hay manera de escapar. Se trata de una irregularidad del sistema que ninguna formaci¨®n pol¨ªtica est¨¢ dispuesto a erradicar. Y que todos utilizan de manera torticera para descargar de las exhaustas arcas de los partidos la n¨®mina de dirigentes a los que se libera para dedicarlos a tareas org¨¢nicas.
Esta pr¨¢ctica tan extendida tiene efectos casi milagrosos sobre sus beneficiarios. Por ejemplo, el Consejo de Administraci¨®n de la RTVA es capaz de convertir a un dirigente pol¨ªtico en un experto en comunicaci¨®n. No me pregunten ustedes ni c¨®mo ni por qu¨¦, pero les aseguro que desde su creaci¨®n ha tenido una abultada representaci¨®n de dirigentes y jefes de prensa de los partidos. Las instituciones est¨¢n llenas de ex alcaldes, ex diputados y ex delegados que lo mismo saben una legislatura de puertos, la siguiente de medio ambiente y la otra de tr¨¢fico. Se les llaman cargos de confianza y el otro d¨ªa conocimos que algunos tienen tanta confianza con qui¨¦n los nombra que pueden estar meses sin acudir por su despacho. Nadie les echa en falta. De eso trata la confianza.
Los partidos llevan estas cosas sin alharacas. Como los bomberos, intentando no pisarse entre ellos la manguera. Alguien dijo alguna vez que el que estuviera libre de pecado que tirara al primer asesor por la ventana y no hay forma alguna de conocer con exactitud cu¨¢ntos cargos de confianza trabajan en cada instituci¨®n y a qu¨¦ dedican, parafraseando a Perales, el tiempo de trabajo, ya que el tiempo libre presumimos bastante bien a lo que lo dedican.
Las denuncias por estas pr¨¢cticas son c¨ªclicas. Y hay m¨²ltiples razones para que se pongan de actualidad. Les cuento la ¨²ltima. Eres asesor, te vas de copas un d¨ªa con varias personas y se te suelta la lengua. ?l que est¨¢ al lado te pregunta: ?Y t¨² en que trabajas? Y tonto de ¨¦l, que va y le cuenta la verdad. Menudo asesor. Esto ocurri¨® en la Diputaci¨®n de Almer¨ªa con tres asesores del PSOE a los que grababan en v¨ªdeo con una c¨¢mara oculta. El presidente de la instituci¨®n los destituy¨® de inmediato. Y no hab¨ªa terminado de firmar el decreto cuando ya estaba dando vueltas el ventilador. El PSOE denunci¨® otras supuestas pr¨¢cticas de enchufismo en la etapa de gobierno del PP.
La pol¨¦mica en Almer¨ªa abri¨® la veda y hace unos d¨ªas PSOE y PP en la Diputaci¨®n de M¨¢laga se enzarzaron en un agrio debate sobre qui¨¦n coloca a m¨¢s enchufados en las instituciones que gobiernan. Durante varias horas nadie desminti¨® al otro, por lo que llegu¨¦ a la conclusi¨®n que el problema estaba en la cantidad de enchufados de cada uno y no en el hecho de enchufar. Menos mal que, m¨¢s tarde, alguien se acord¨® que hab¨ªa que negarlo. As¨ª lo hicieron. Las acusaciones no han durado mucho tiempo, no fuera a pasar que yendo cada uno a por su lana corrieran el riesgo de salir los dos trasquilados.
Una revista public¨® el a?o pasado un curioso descubrimiento. El seguimiento de un pulpo, acosado por un grupo de peces, por parte de un buzo que estaba film¨¢ndolo permiti¨® conocer un claro ruido producido por el cefal¨®podo cuando se encontraba en actitud defensiva. Era la primera vez que los cient¨ªficos registraban el sonido producido por un pulpo, una capacidad conocida en otros seres marinos, como los delfines y las ballenas. El pulpo grita cuando lo acosan, fue la conclusi¨®n de los cient¨ªficos. Con todo este l¨ªo, yo he llegado a otra conclusi¨®n m¨¢s obvia. Cuando las denuncias por la utilizaci¨®n de las instituciones para colocar a dirigentes del partido te abrazan como los pulpos, hay tambi¨¦n que gritar. Y hacerlo muy alto para decir: "Y t¨² m¨¢s".
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