Los ojos de la oveja negra
La ¨²ltima pel¨ªcula de ficci¨®n de Jonathan Demme, tras sus ya algo lejanas incursiones en el arte del remake que nadie hab¨ªa pedido, parece subrayar con alg¨²n que otro aspaviento su forzada condici¨®n de regreso a un territorio autoral que -por lo menos, en la opini¨®n de este cr¨ªtico- nunca estuvo ah¨ª. El espectador que no sucumba al encanto del estirado drama coral puede entretenerse extrayendo conclusiones diversas: a) que hay algo peor que ser invitado a una boda espa?ola: ser invitado a una boda multicultural estadounidense donde casi todos ejercen de vocacionales c¨®micos de micr¨®fono; b) que las claves del Dogma, que nacieron -all¨¢ por Los idiotas (1998)- como eficaz revulsivo, acaban espoleando a los actores para que se crispen como argentinos en un psicodrama y c) que la sombra de Un d¨ªa de boda de Altman debe de ser tan alargada que a¨²n hay quien tropieza en ella.
LA BODA DE RACHEL
Direcci¨®n: Jonathan Demme.
Int¨¦rpretes: Anne Hathaway, Rosemarie DeWitt, Debra Winger, Bill Irwin, Mather Zickel, Tunde Adebimpe.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2008.
Duraci¨®n: 113 minutos.
La boda de Rachel propone a la oveja negra de todo n¨²cleo familiar como mirada privilegiada para delatar la disfuncionalidad intr¨ªnseca al grupo: un grupo que siempre establece de manera tan arbitraria como interesada su ¨ªntimo baremo de lo normal. La oveja negra en este caso es Kym (Anne Hathaway), la hermana peque?a con permiso temporal en sus curas de desintoxicaci¨®n que, al desembarcar en plenos preparativos nupciales de Rachel, no har¨¢ otra cosa que sufrir una experiencia de extra?amiento tras otra. Por supuesto, planean sobre la reuni¨®n los ecos de una vieja tragedia familiar que se desvelar¨¢ en un momento cat¨¢rtico.
Demme, posiblemente el menos interesante de los directores de la escuder¨ªa Corman que subieron a primera divisi¨®n, mueve su c¨¢mara pos Dogma con el tembleque acorde a la inestabilidad an¨ªmica de su protagonista, creada por la pluma de Jenny Lumet y encarnada por la Hathaway con la neur¨®tica energ¨ªa de quien no quiere volver a participar en ninguna secuela de Princesa por sorpresa.
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