"Explot¨® cuando estaba aparcando"
La Universidad de Navarra sufre el sexto atentado terrorista desde 1979
He llegado al aparcamiento sobre las 10.15. He dado varias vueltas, porque estaba lleno. Como ten¨ªa prisa para llegar a clase, lo he aparcado en una zona no permitida. Luego, he salido y cuando acababa de montarme para aparcar en otro sitio ha hecho explosi¨®n el coche bomba. Estaba a unos 30 metros de distancia. Me he bajado del coche y me he quedado mirando hacia el lugar de la explosi¨®n. No parec¨ªa haber nadie en las inmediaciones. Me ha dado miedo. S¨®lo pensaba qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si hubiera aparcado al lado del coche bomba....
Natalia termina su relato entre ruidos de sirenas, gritos y carreras de estudiantes que se alejan de la zona de la explosi¨®n. Cerca de 6.000 alumnos, profesores y administrativos de la universidad eran desalojados.
Una de las estudiantes, con l¨¢grimas en los ojos, suplica a un polic¨ªa que le permita acceder a su aula para poder telefonear inmediatamente a su madre con el m¨®vil que se ha dejado guardado en el bolso. Los agentes no se lo permiten por razones de seguridad. Un joven que pasa a su lado le presta el suyo.
Mam¨¢, soy In¨¦s. Han puesto una bomba en la universidad, pero estoy bien. Con mucho miedo, pero bien. ?Por qu¨¦ hacen esto, por qu¨¦?
En esos instantes las llamas salen por las ventanas de algunos despachos y calcinan veh¨ªculos estacionados en el aparcamiento entre dos edificios universitarios, en una zona muy transitada. La enorme columna de humo que se alza desde el edificio central de la Universidad de Navarra que aloja el Rectorado, el Aula Magna y servicios generales puede verse desde kil¨®metros de distancia. La explosi¨®n se ha escuchado en gran parte de Pamplona.
En el campus, algunos recuerdan inmediatamente el coche bomba que ETA hizo estallar en esa misma universidad en 2002. Dios m¨ªo, es el quinto atentado que vivo, ?cu¨¢ndo acabar¨¢ esto de una vez?, comenta una de las empleadas de la universidad, vestida con uniforme azul oscuro, mientras apoya su cabeza en el hombro de una compa?era. Este es el sexto atentado que sufre desde 1979 esta universidad, vinculada al Opus Dei.
Llueve intensamente. La temperatura es de cinco grados. La multitud de profesores, alumnos y empleados desalojados se van caminando hacia los barrios pr¨®ximos, San Juan e Iturrama. El decano de la Facultad de Derecho realiza ante los medios informativos una declaraci¨®n de condena del ataque terrorista. La polic¨ªa le interrumpe. Existe el riesgo de una segunda explosi¨®n.
Un grupo de estudiantes se aproxima al teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona. No saben que es uno de los m¨¢ximos responsables de la lucha antiterrorista en la comunidad foral. Le preguntan si pueden recoger sus coches. Les remite al dispositivo policial, pero les aconseja pensar en su seguridad y dejar para m¨¢s adelante recuperar sus pertenencias.
Todos caen en la cuenta de que no ha muerto nadie de puro milagro. Cualquiera de ellos pod¨ªa haber estado en el aparcamiento. La lluvia tambi¨¦n ha contribuido. Si llega a ser una ma?ana de sol....
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