El 'strip-tease' literario de Philip Roth
Para los muchos lectores en espa?ol del autor de Pastoral americana o Eleg¨ªa, flamante Nobel in pectore (Bellow dixit) y uno de los autores del mainstream que m¨¢s y mejor ha sabido reflexionar acerca del oficio de novelista y del arte de la ficci¨®n, la traducci¨®n de Reading Myself and Others (Vintage, Nueva York, 2001, ampliando las primeras ediciones de Jonathan Cape y de Farrar, Straus & Giroux de 1975) es sin duda alguna una gran noticia, por cuanto las entrevistas, art¨ªculos y ensayos que contiene el volumen constituyen un mapa certero y detallado de la po¨¦tica de Roth, de sus ideas literarias y de los procesos y circunstancias de la composici¨®n de sus obras m¨¢s significativas, y asimismo una gu¨ªa imprescindible para marchar seguro por el fascinante pero abstruso universo del narrador norteamericano, poblado por heter¨®nimos, ¨¢lter egos con disfraz de narrador y personajes que transitan por distintas novelas enmara?ando la madeja de su ficci¨®n.
Lecturas de m¨ª mismo
Philip Roth
Traducci¨®n de Jordi Fibla
Mondadori. Barcelona, 2008
320 p¨¢ginas. 20,90 euros
El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras (Shop Talk. A Writer and his Collegues and their Work, 2001, cuya traducci¨®n en Seix-Barral, de 2003, tuvimos ya ocasi¨®n de comentar en estas mismas p¨¢ginas), aquel volumen en el que el autor de La mancha humana depart¨ªa sobre narrativa, pol¨ªtica y cultura con Primo Levi, Ivan Kl¨ªma, Bashevis Singer, Kundera o Edna O'Brien, al tiempo que comentaba textos de Kafka, Bellow y Malamud, se ve ahora complementado por Lecturas de m¨ª mismo, volumen en el que aborda los principales temas de su obra y dispara a bocajarro contra quienes pretenden tergiversar sus principios est¨¦ticos o, con mayor frecuencia, se empecinan en leer una y otra vez la mayor parte de su ficci¨®n como mera autobiograf¨ªa.
Efectivamente, en Lecturas de m¨ª mismo Roth muestra sus cartas reuniendo textos fundamentales para entender su obra: 'Escribir narrativa norteamericana', el c¨¦lebre ensayo de 1961 que tuvo su origen en su conferencia en el simposio de Stanford de 1960, esclarece cuestiones como la posici¨®n de los novelistas en la cultura norteamericana contempor¨¢nea, el valor de la ficci¨®n en un pa¨ªs en el que la realidad la supera con frecuencia o la enrarecida pol¨ªtica nacional como fuente para la construcci¨®n de ficciones, con comentarios sumamente francos acerca de la obra de Salinger, Mailer, Bellow o Malamud; 'Escribir sobre los jud¨ªos', otro art¨ªculo cl¨¢sico, tiene mucho que ver con el lobby literario jud¨ªo norteamericano, del que forman parte Bellow, Malamud, Mailer o el propio Roth, con los pioneros Henry Roth y Bashevis Singer, y sus razones de ser; 'Mis a?os de b¨¦isbol' ventila su afici¨®n por este deporte nacional, que comparte con DeLillo y otros; 'La imaginaci¨®n de lo er¨®tico: Tres introducciones' representa la obsesi¨®n por el sexo del narrador de Nueva Jersey; y el lector encontrar¨¢ art¨ªculos dedicados a Nuestra pandilla (Our Gang, que Mondadori acaba tambi¨¦n de publicar), El pecho, El lamento de Portnoy, La gran novela americana y Mi vida como hombre, as¨ª como un ensayo acerca de la obra de Kafka, tan influyente en la narrativa de Roth, con el que se cierra un volumen que incluye cuatro entrevistas cl¨¢sicas que revisten un inter¨¦s inmenso para los lectores del autor y para cualquier interesado en familiarizarse con los mecanismos de la ficci¨®n narrativa.
En la de Le Nouvel Observateur (1981), un Roth vehemente desmiente que su obra revista un car¨¢cter constantemente autobiogr¨¢fico ("deber¨ªa usted leer mis libros como obras de ficci¨®n. No tengo nada que confesar. Etiquetar unos libros como los m¨ªos con los t¨¦rminos 'autobiogr¨¢fico' o 'confesional' es falsear su naturaleza. Esas palabras constituyen otro obst¨¢culo entre el lector y la obra, al reforzar la tentaci¨®n de trivializar la narraci¨®n convirti¨¦ndola en chismorreo"), y reflexiona acerca de su condici¨®n de jud¨ªo, de las motivaciones que lo llevaron a ser escritor y de su desdoblamiento en distintos heter¨®nimos ("?Soy Lonoff? ?Soy Zuckerman? ?Soy Portnoy? De momento no soy nada tan n¨ªtidamente delineado como un personaje de libro. Sigo siendo el amorfo Roth").
En la entrevista de The London Sunday Times (1984) diserta en torno a los estatutos de la ficci¨®n, aguijando al lector a no quedarse con el prejuicio autobiogr¨¢fico y a descubrir "los delicados artificios con los que las novelas crean la ilusi¨®n de una realidad m¨¢s parecida a lo real que la nuestra". Entrevistado por The Paris Review el mismo a?o, Roth entra sin ambages en el propio proceso de creaci¨®n de sus ficciones (el arranque, las versiones en borrador, los bloqueos y la b¨²squeda de los "p¨¢rrafos que tengan vida"), explica el funcionamiento de unos heter¨®nimos que ha concebido como resultado de determinados protocolos de identidad, reflexiona sobre realidad y ficci¨®n ("la idea es convertir la carne y el hueso en personajes literarios y a ¨¦stos en carne y hueso"), y enuncia la que podr¨ªa denominarse "teor¨ªa del ventr¨ªlocuo" a prop¨®sito de su ¨¢lter ego principal, el escritor Zuckerman, autor de sus novelas La contravida o La visita al maestro: "Tramar una existencia semiimaginaria a partir del drama real de mi vida es mi vida. Ir por ah¨ª disfrazado. Interpretar un personaje. Fingir. La socarrona y astuta mascarada. Piense en el ventr¨ªlocuo. Su arte consiste en estar presente y ausente; es m¨¢s ¨¦l mismo al ser simult¨¢neamente otro". Habla de solipsismo frente a distanciamiento ir¨®nico en el narrador, y habla tambi¨¦n de las funciones sociales de la ficci¨®n, y del modo en que ¨¦sta act¨²a en un lector que no ignora que "continuamente estamos escribiendo versiones ficticias de nuestras vidas". Habla sobre todo de creaci¨®n literaria, no en vano Joyce Carol Oates ha confesado que "Philip es muy consciente como artesano" (Una especie en peligro de extinci¨®n. Doce escritores hablan sobre su oficio, sus ideas y su vida; Lawrence Grobel, Belacqva, 2008).
En fin, que en Lecturas de m¨ª mismo, esencial en su bibliograf¨ªa, Roth se despacha a gusto ventilando sus ideas literarias y sociales en un strip-tease con muchas luces y varios taqu¨ªgrafos.
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