McCain se refugia en Arizona
El senador republicano recorre siete Estados en un fren¨¦tico esfuerzo final
John McCain acab¨® ayer con toda su munici¨®n. Despu¨¦s de casi dos a?os luchando por la presidencia de EE UU, el senador por Arizona decidi¨® que, si como anuncian las encuestas, pierde hoy las elecciones, no ser¨¢ por falta de esfuerzo. Ayer program¨® una jornada maratoniana que inclu¨ªa siete Estados en 18 horas, para volver, ya entrada la madrugada, a su casa de Phoenix.
McCain no se permiti¨® una hora de descanso ayer. Viaj¨® de Florida, en el sur, a la Pensilvania industrial, en el norte. De Indian¨¢polis a los secos paisajes del oeste, en Nevada y Arizona. El candidato, de 72 a?os, traz¨® un recorrido de casi 6.000 kil¨®metros en un frenes¨ª electoral que inclu¨ªa muchos de los Estados clave y un nost¨¢lgico final en un lugar del que el senador guarda muy buenos recuerdos.
El candidato republicano decidi¨® que el ocaso de su campa?a deb¨ªa tener lugar en Prescott, aqu¨ª en Arizona, en las escaleras del juzgado de la ciudad que fue la capital del Estado entre 1864 y 1867. Es ¨¦ste un lugar simb¨®lico para McCain. Aqu¨ª acab¨® sus exitosas campa?as para el Senado. Y aqu¨ª, en 1964, su mentor pol¨ªtico, el senador por Arizona del que hered¨® su esca?o, Barry Goldwater, lanz¨® su campa?a presidencial contra el presidente Lyndon B. Johnson.
Las campa?as de Goldwater y McCain son similares en muchos aspectos. Goldwater era un firme defensor de la guerra de Vietnam. En una entrevista con el canal de televisi¨®n NBC lleg¨® a decir: "Se deber¨ªa deforestar [las zonas de guerra] con el uso de armas at¨®micas de baja intensidad". Desde ese instante, como ahora a McCain, a Goldwater se le conoci¨® como el candidato de la guerra. El diario The San Francisco Examiner lleg¨® a titular que Goldwater quer¨ªa "soltar la bomba at¨®mica en Vietnam".
El d¨ªa de las elecciones, Goldwater perdi¨®. Y las encuestas demostraron una certeza y precisi¨®n ins¨®litas. Las consultoras Gallup y Harris predijeron que perder¨ªa por 28 puntos, con un 36% de los votos. As¨ª fue. Ni uno m¨¢s ni uno menos. Goldwater gan¨® s¨®lo en seis Estados. Si las encuestas fueran de nuevo un or¨¢culo tan eficiente, McCain perder¨¢ hoy por 7,5 puntos, con un 44% de los votos.
El equipo de McCain sabe de su desventaja. El candidato lo repiti¨® ayer en su marat¨®n electoral, en muchos de sus m¨ªtines: "Los expertos nos han dado ya por muertos". Mantuvo su imagen de luchador impenitente hasta el ¨²ltimo suspiro de su campa?a. Y, al final de sus intervenciones, en una coletilla que ha utilizado en casi todos los discursos en esta recta final, repiti¨®: "Levantaos. Luchad. Nada aqu¨ª es inevitable. Nosotros nunca nos rendimos. Nunca abandonamos. Nunca nos escondemos de la historia".
Sin embargo, ayer, en algunas de las paradas de su caravana presidencial, McCain se tuvo que esconder de la evidencia. A primera hora de la ma?ana mantuvo su primer acto de campa?a en Tampa, Florida. El estadio Raymond James tiene una capacidad de 65.000 personas. Al mitin acudieron s¨®lo 1.000. McCain se tuvo que conformar con hablar durante unos 15 minutos al aire libre. All¨ª dijo, como si no se diera cuenta de la falta de asistencia: "Con este entusiasmo, ganaremos las elecciones". La realidad, representada por una multitud m¨¢s bien tibia, ilustraba lo contrario.
Si los sondeos aciertan y McCain corre hoy la misma suerte que su idolatrado Goldwater, puede acabar su andadura presidencial del mismo modo que su mentor: ofreciendo su ayuda para un final m¨¢s noble que el de la pol¨ªtica. "Le ayudar¨¦ del modo que sea necesario para lograr una Am¨¦rica mejor y m¨¢s pr¨®spera", le dijo a Johnson en su discurso de derrota. "Y para lograr una paz segura y digna". Goldwater hablaba entonces de Vietnam, pero bien podr¨ªa decir hoy McCain lo mismo sobre Irak.
El senador iba a regresar a su casa de Phoenix pasadas las dos de la madrugada de aqu¨ª [10 de la ma?ana en Espa?a]. Una de las ¨²ltimas encuestas realizadas en Arizona, de la consultora Research 2000, le muestra empatado con su contrincante. La derrota es probable incluso en su hogar pol¨ªtico. Al menos, en 1964, Goldwater salv¨® su Estado. Puede que con su fin de campa?a en Prescott, McCain est¨¦ intentando conformarse con lo mismo.
DAVID ALANDETE
Phoenix
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