El presidente organiza ya su Gabinete
Obama mantendr¨¢ un perfil bajo y disfrutar¨¢ de unos d¨ªas de vida 'normal'
Su sonrisa electrizante de mil vatios nunca brill¨® tanto. Aport¨® el calor que le faltaba a la noche fr¨ªa de Chicago. Record¨® que el sue?o que imagin¨® Martin Luther King era posible. Ah¨ª estaba. El muchacho esmirriado, de orejas grandes y nombre raro. Ah¨ª estaba Barack Hussein Obama, convertido en presidente de Estados Unidos. Aqu¨ª est¨¢ hoy. Despert¨¢ndose en su hogar tras 22 meses de vivir en la carretera. Tratando de sumar dos y dos tras la ca¨ªda del tel¨®n.
Dicen desde su campa?a que el reci¨¦n elegido mandatario mantendr¨¢ un perfil bajo lo que queda de semana. Que ofrecer¨¢ una rueda de prensa hoy jueves. Que ya ha comenzado a organizar su futuro gabinete. Y que quiz¨¢ el primer nombramiento sea el de Rahm Emanuel, un estratega con amplia experiencia en los manejos del ala oeste de la Casa Blanca, como jefe de gabinete. Emanuel -miembro de la C¨¢mara de Representantes con aspiraciones de llegar un d¨ªa a ser portavoz de la misma- se granje¨® fama de duro por sus implacables t¨¢cticas mientras fue consejero de Bill Clinton. Est¨¢ considerado el art¨ªfice de la victoria de los dem¨®cratas en el Congreso en 2006.
El senador accede a los secretos del espionaje que ten¨ªa hasta ahora vedados
Ning¨²n dem¨®crata superaba el 50% del voto popular desde el a?o 1976
Pero ya se dejan o¨ªr voces dentro del Partido Dem¨®crata que han advertido a Obama contra el duro estilo -"no tomar prisioneros"- del pol¨ªtico de 49 a?os, s¨®lo dos a?os m¨¢s que el senador por Illinois. Sin embargo, Obama est¨¢ decidido a dar un empuje a su agenda legislativa dentro del Congreso en manos de los dem¨®cratas y, desde luego, nadie mejor que Emanuel conoce sus entresijos.
"Obama quiere un poli malo para que ¨¦l pueda jugar al poli bueno el 90% del tiempo", dice una fuente citada por la p¨¢gina web Politico. Tras la atronadora bienvenida dada por 125.000 de sus seguidores, Obama disfrutaba ayer en la ciudad donde le crecieron los dientes pol¨ªticos de un d¨ªa casi normal.
El presidente electo vio como sus dos hijas part¨ªan para el colegio por la ma?ana, un sencillo placer que pr¨¢cticamente se ha perdido durante los dos ¨²ltimos a?os y que probablemente disfrutar¨¢ muy poco tiempo m¨¢s. Tras la marcha de las ni?as, Obama se encamin¨® al gimnasio.
Le quedan 10 semanas hasta el d¨ªa de su toma de posesi¨®n como presidente n¨²mero 44 de Estados Unidos. Y los m¨¢ximos responsables de los servicios de inteligencia del pa¨ªs empiezan hoy a ponerle al d¨ªa de la salud del espionaje norteamericano y a contarle algunas cosas que como senador ten¨ªa vedadas.
El puente ya est¨¢ cruzado. ?Significa eso que desaparecen por completo los conflictos raciales en el pa¨ªs? Por supuesto que no. Pero el riesgo es mucho m¨¢s remoto que hace una semana, que hace un mes, que hace casi dos a?os, cuando todo comenz¨® con Obama. Su victoria es un momento de redenci¨®n en la vida de una naci¨®n para la que la raza, sencilla y demasiado llanamente, se trataba como "el dilema americano". Obama se convirti¨® en la noche del martes en el primer dem¨®crata desde Jimmy Carter en 1976 que ha recibido m¨¢s del 50% del voto popular. Han dicho de ¨¦l que tiene clase, que es glamoroso, sexy... Se le ha comparado con John F. Kennedy, Sidney Poitier o George Clooney. No existe revista que no haya llevado su imagen a la portada. No ha habido otra campa?a pol¨ªtica m¨¢s fotografiada que la de 2008.
Cerebral y tranquilo, con el viento de cara y en la retina el sky line de Chicago, el hijo de un keniata y una estadounidense pas¨® una p¨¢gina en la historia americana. No resulta dif¨ªcil de imaginar que en los a?os venideros se pensar¨¢ en la pol¨ªtica de Estados Unidos en t¨¦rminos de antes y despu¨¦s de Obama.
Como la victoria de Franklin D. Roosevelt en 1932 y la de Ronald Reagan en 1980, la de Obama marca un cambio en los usos y costumbres. Y a¨²n as¨ª, el futuro presidente s¨®lo se mord¨ªa ligeramente el labio para evitar emocionarse. No lo hizo. La emoci¨®n no traicion¨® su autocontrol y su pulso de hierro. Hubo besos, abrazos y muchos "te quiero". Con Michelle Obama y las dos hijas de ambos en el escenario de la victoria, la misiva estaba "firmada, sellada y enviada" ("Signed, seal, delivered") al mundo, como dec¨ªa la canci¨®n de Stevie Wonder en cada mitin, en cada encuentro. Como se enton¨® y bail¨® en la noche del martes en el Grant Park.
Barack Obama, el presidente. Que ayer empez¨® a tomar decisiones. La primera de ellas: qu¨¦ cachorrito regalar¨¢ a Sasha y Malia. "Os quiero a las dos m¨¢s de lo que pod¨¦is imaginar. Y os hab¨¦is ganado el nuevo perrito que nos acompa?ar¨¢... a la Casa Blanca".
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