P¨ªdele cuentas a Letizia

Primero le pidi¨® cuentas al Rey y ahora a quien busca para sus reivindicaciones es a la princesa de Asturias. En su nueva pel¨ªcula, el realizador asturiano Jos¨¦ Antonio Quir¨®s contin¨²a en su senda por el cine social, esta vez en torno a la denuncia ecol¨®gica contra ciertas centrales t¨¦rmicas a¨²n no adaptadas en materia de seguridad al tan cacareado como poco cumplido Protocolo de Kioto. Sin embargo, en Cenizas del cielo, como ya ocurriese en P¨ªdele cuentas al Rey (1999), la presencia (o m¨¢s bien la ausencia) de la familia real tiene una importancia coyuntural, porque aqu¨ª los protagonistas vuelven a ser los habitantes del terru?o, la gente que se da de bruces contra la monta?a de intereses creados. Y ah¨ª, en el retrato de esa criatura cuya fe no acaba de mover la monta?a, es donde Quir¨®s se hace m¨¢s palpable, m¨¢s certero, m¨¢s combativo.

M¨¢s all¨¢ de sus cojeras, algunas insignificantes, otras considerables, Cenizas del cielo puede acabar imponiendo ante una parte del p¨²blico la raza, la simpat¨ªa y la ternura que desprenden en algunas de sus secuencias sus tres protagonistas principales, una virtud acrecentada por la excelente qu¨ªmica existente entre sus int¨¦rpretes: el corajudo Celso Bugallo, el afable Gary Piquer y la apabullante Clara Segura. Es el peque?o h¨¦roe del encabezonamiento al que pone piel Bugallo el que queda en la retina de la platea, porque el desarrollo de la historia y el retrato de sus secundarios casi nunca parece el m¨¢s acertado.

Tramas abiertas

Ocurre con Cenizas del cielo algo semejante a otras pel¨ªculas espa?olas recientes: que m¨¢s que un largometraje parece el episodio piloto de una serie de televisi¨®n, de esas con protagonistas de todas las edades para abrir el arco de p¨²blico y que cualquier espectador pueda identificarse con alguno de sus personajes. As¨ª, son varias las tramas que quedan abiertas en su desenlace y no pocas las secuencias absolutamente eliminables por falta de desarrollo posterior (el encuentro de la pulsera en la furgoneta-casa de Piquer...). Le ocurre tambi¨¦n a Cenizas del cielo lo que a buena parte del cine social espa?ol de este a?o: que le sobra costumbrismo y le falta verdadera garra. Pero, al menos, tiene un tr¨ªo protagonista capaz de conseguir alguna candidatura a los premios Goya.

Tr¨¢iler de Cenizas del cielo