Beautiful Losers: arte a pie de calle
"Todos los artistas son souvenirs en los museos", afirma Aaron Rose, iniciador del movimiento underground estadounidense, que expone en La Casa Encendida, de Madrid
Aaron Rose no es un nombre conocido en los circuitos del arte, al menos no en los del arte "convencional"; sin embargo, para bien y para mal, este californiano de 39 a?os es el responsable de la universalizaci¨®n del talento de calle, y por qu¨¦ no decirlo, de la entrada de las multinacionales en el juego de la cultura urbana. Su huella se encuentra en muros, galer¨ªas, museos, vallas, paredes y cines de todo el globo y, aunque para el p¨²blico en general sea un misterio, probablemente le hayan consumido -a ¨¦l y a los suyos- en grandes cantidades.
Hace dos d¨¦cadas Rose empez¨® a construir lo que acabar¨ªa siendo un homenaje a su generaci¨®n, que ¨¦l denomin¨®, en honor a una canci¨®n de Leonard Cohen, Beautiful Losers (que podr¨ªa traducirse como preciosos perdedores). "En 1984 descubr¨ª toda esa cultura alternativa: el skate, los skin-heads, los mods... Todos ¨ªbamos juntos a todas partes. De alguna manera, y por aquel entonces, ya estaba todo conectado. Yo tocaba en bandas y dibujaba, as¨ª que me consideraba una persona creativa. Cuando me gradu¨¦, a los 18, me met¨ª en una banda y decidimos embarcarnos en un tour, pero uno de esos con furgoneta cutre. Acabamos en Nueva York, yo ten¨ªa 19, perdimos la cabeza, y el dinero, as¨ª que me vi atrapado en la Gran Manzana", cuenta el estadounidense del que ser¨ªa su primer contacto con el mundo del arte.
"Montamos exposiciones con artistas de todos los ¨¢mbitos y los vecinos se animaron a venir, hab¨ªa arte en el barrio", dice Rose
Rose empez¨® entonces a frecuentar el downtown de Nueva York de los a?os noventa y a conocer a pintores, dise?adores, ilustradores. Tiempos en los que el llamado street-art era "s¨®lo una manera elegante de decir graffiti, lo cual no era mucho decir", y los medios de comunicaci¨®n segu¨ªan cultivando una imagen negativa de todo lo relativo al mundo del "arte urbano".
As¨ª fue como se introdujo en la cultura del graffiti, que en Los ?ngeles "era una historia que se limitaba a las bandas chicanas". En 1992 empezaba su proyecto personal: "Conoc¨ª a una chica que ten¨ªa una tienda en un rinc¨®n de Nueva York, una especie de s¨®tano sucio. La calle entera era un hervidero, con un mont¨®n de heroin¨®manos en cada esquina, supongo que por eso el alquiler val¨ªa 400 pavos. En fin, lo alquilamos con unos colegas, nos costaba 150 d¨®lares a cada uno vivir all¨ª y eso hicimos durante tres o cuatro meses haciendo todo tipo de fiestas. De un d¨ªa para otro empezamos a montar exposiciones con artistas de todos los ¨¢mbitos y los vecinos se animaron a venir, hab¨ªa arte en el barrio... No fue premeditado, no hab¨ªa un plan de empresa, pero de repente ven¨ªa tanta gente que aquello se convirti¨® en un negocio. Un mont¨®n de revistas y periodistas empezaron a interesarse por aquello y as¨ª surgi¨® lo que tenemos ahora entre manos". Hab¨ªa nacido la Alleged Gallery.
Lo que diferenciaba aquella iniciativa de muchas otras que surgieron antes o despu¨¦s fue la entidad de sus colaboradores, por aquel entonces poco conscientes de su enorme potencial, y su familiaridad con el tejido callejero de la ¨¦poca: el fot¨®grafo Terry Richardson, toda una leyenda del mundo de la moda, empez¨® su andadura junto a Aaron Rose y sus socios. Lo mismo puede decirse de directores de cine como Larry Clark, el pol¨¦mico realizador de Kids o Paranoid Park; de Evan Hecox, un dise?ador que a posteriori iniciar¨ªa la legendaria revista Art Prostitute, o de otros como Shepard Fairey, m¨¢s conocido como Obey, que ha adquirido fama mundial al dise?ar la camiseta m¨¢s vendida de la historia dedicada a un pol¨ªtico: la de Barack Obama con la palabra Hope (esperanza). En la inacabable lista de pioneros que pasaron por aquel espacio del Lower East Side tambi¨¦n figuraban nombres como los de Futura 2000 (uno de los primeros graffiteros en pintar trenes en Nueva York a finales de la d¨¦cada de los setenta), Ed Templeton (legendario skater reciclado a fot¨®grafo) o Mike Mills, dise?ador, ilustrador, dibujante y director de cine. As¨ª hasta llegar a las cuatro docenas de artistas cuyos trabajos podr¨¢ contemplar el visitante de esta exposici¨®n, una mezcla imposible de cuadros, juguetes de vinilo, fotograf¨ªas, montajes en todos los formatos posibles, tablas de skate, revistas, fanzines..., un aut¨¦ntico repaso a la cultura underground estadounidense de los ¨²ltimos 15 a?os.
Mills, precisamente, ha declarado en los ¨²ltimos a?os, a ra¨ªz de la llegada de artistas como Kaws, Barry McGee o Os Gemeos (los tres forman parte a su vez de este colectivo) a las colecciones de los museos, que el street-art "es s¨®lo un souvenir para ellos". Rose afirma estar de acuerdo, pero con matices: "Todos los artistas son souvenirs en los museos, no s¨®lo los artistas callejeros".
Rose ha declarado que los Beatiful Losers fueron la primera generaci¨®n del underground estadounidense que tuvo que lidiar con el envite de las grandes multinacionales: "Es una cuesti¨®n interesante, en Estados Unidos no hay fondos p¨²blicos para financiar a los artistas. Te dan dinero s¨®lo si pintas algo relacionado con la historia americana, cosas tipo un cowboy, as¨ª que de alguna manera las grandes corporaciones han ido convirti¨¦ndose en los motores del arte. En el caso de este grupo, que naci¨® como un movimiento totalmente underground, la cosa fue relativamente sencilla: 10 millones de chavales sab¨ªan qui¨¦nes ¨¦ramos, de repente alguien en alg¨²n despacho pens¨® que con nosotros en su barco tendr¨ªan acceso a 10 millones de mentes. As¨ª es como empez¨®. Con los chavales".
Beautiful Losers se ha convertido este mismo a?o en un documental dirigido por el propio Rose ("ten¨ªamos 450 horas de metraje. Al final lo hemos reducido a 90 minutos. Ha sido un milagro") y la exposici¨®n itinerante que empez¨® hace cinco a?os en Estados Unidos llega a Madrid. Una muestra del trabajo de la generaci¨®n de artistas m¨¢s orgullosamente callejera que jam¨¢s ha pisado un museo. "De eso se trata a¨²n hoy: de exponer lo mejor de lo mejor de una ¨¦poca", concluye Rose. -
Beautiful Losers. Exposici¨®n y ciclo de cine. La Casa Encendida. Ronda de Valencia, 2. Madrid. Del 15 de noviembre al 4 de enero de 2009. www.beautifullosers.com
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