La agenda europea
Los grandes l¨ªderes, m¨¢s all¨¢ de su carisma, capacidades y virtudes, son fruto de su tiempo. A Barack Obama le ha tocado gobernar en un momento extraordinario, cuando Estados Unidos y gran parte del mundo demandan, m¨¢s que un cambio de rumbo, un cambio de ¨¦poca, porque asistimos no s¨®lo a una crisis econ¨®mica, sino pol¨ªtica, incluso me atrever¨ªa a decir que ¨¦tica.
El pasado mes de julio, Obama proclamaba en Berl¨ªn ante miles de personas: "No pueden seguir en pie los muros entre los tradicionales aliados de ambos lados del Atl¨¢ntico. No pueden seguir en pie los muros entre los pa¨ªses que lo tienen todo y los que no tienen nada, los muros entre razas y tribus, entre naturales e inmigrantes, entre cristianos, musulmanes y jud¨ªos. ?stos son ahora los muros que debemos echar abajo".
Obama tiene ante s¨ª una agenda -nacional e internacional- de proporciones tit¨¢nicas. Adem¨¢s de recuperar la confianza perdida en el buen gobierno y el valor del bien p¨²blico con un programa dom¨¦stico de cohesi¨®n social (salud, educaci¨®n y redistribuci¨®n) y regeneraci¨®n democr¨¢tica, el nuevo presidente debe restaurar la credibilidad herida de Estados Unidos...
El esperado giro en la pol¨ªtica exterior norteamericana no partir¨¢ de una redefinici¨®n de los intereses estrat¨¦gicos, sino del reconocimiento impl¨ªcito de que vivimos en un mundo crecientemente multipolar en el que los desaf¨ªos m¨¢s importantes s¨®lo pueden afrontarse desde el di¨¢logo, la comprensi¨®n mutua, el multilateralismo y la b¨²squeda de alianzas que tanto han despreciado los neocons de Bush.
"Estados Unidos no tiene mejor asociado que Europa", proclam¨® Obama en la capital alemana, y los progresistas europeos no podemos dejar escapar la oportunidad de renovar y llenar de contenido estrat¨¦gico la colaboraci¨®n entre la Uni¨®n Europea y Estados Unidos. Por un lado, la Administraci¨®n norteamericana debe abrazar definitivamente la idea de que la UE no es un competidor o un adversario, sino un aliado imprescindible para reconfigurar las reglas del mundo globalizado de acuerdo con intereses ampliamente compartidos. La UE, por su parte, debe abandonar definitivamente la idea de que es posible sobrevivir como gigante econ¨®mico, enano pol¨ªtico y miniatura militar.
El presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que lleva tiempo defendiendo la necesidad de fortalecer la voz de la Uni¨®n Europea en el mundo, va a aprovechar el nuevo contexto internacional para impulsar una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha entre ambos lados del Atl¨¢ntico. La pr¨®xima cumbre EE UU-UE de 2010, bajo presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea, servir¨¢ para este relanzamiento.
Estamos ante un nuevo tiempo, dif¨ªcil pero interesante, y los cambios para mejorar y corregir todo aquello que ha fracasado no deben hacerse esperar. Barack Obama ser¨¢ un buen aliado para la Uni¨®n Europea, que deber¨¢ estar a la altura de una agenda urgente y ambiciosa.
Elena Valenciano es portavoz en la Comisi¨®n de Exteriores y secretaria de Pol¨ªtica Internacional y Cooperaci¨®n del PSOE.
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