Diario gr¨¢fico de un alma extrema
"Mi vida es la noche, la droga, la prostituci¨®n", dice el fot¨®grafo Antoine d'Agata, que reclama la carga pol¨ªtica de su labor
Desde hace m¨¢s de tres a?os, el fot¨®grafo Antoine d'Agata (Marsella, 1961) no tiene residencia fija. Deambular es su forma de estar en el mundo, y la calle, donde pas¨® 12 a?os de su juventud, su h¨¢bitat. "Mi vida es la noche, la droga, la prostituci¨®n. La fotograf¨ªa me ha dado la posibilidad de seguir con esta vida y de explorar la forma m¨¢s pura de documental que puede haber". Porque D'Agata es un documentalista que no busca "una manera de mirar el mundo", sino "una forma de estar en el mundo". Por eso es muchas veces el protagonista de las im¨¢genes extremas y a la vez conmovedoramente bellas que le dieron la entrada a la sacrosanta agencia Magnum. Esta semana ha impartido un taller en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, donde el jueves ofreci¨® una multitudinaria proyecci¨®n de su trabajo. Su presencia ha sido uno de los mayores reclamos del segundo festival Tr¨¤fic, que se cierra hoy.
A D'Agata no le preocupa la t¨¦cnica, sino el tema. Aunque ¨²ltimamente advierte peligros. La intensidad de las situaciones que protagoniza le lleva a olvidarse de la c¨¢mara. "Las drogas son cada vez m¨¢s duras y el sexo m¨¢s crudo. No cambiar¨¦ de vida, pero debo hallar una manera menos violenta de enfrentarme al mundo de la noche", confiesa.
Es consciente de que su obra corre otro riesgo: "La gente ve mis fotograf¨ªas como un ejercicio de oscuridad rom¨¢ntica. Pero mi trabajo tiene una fuerte carga pol¨ªtica". Se explica: "El uso que la gente marginal hace de la droga y del sexo es en verdad su ¨²ltima defensa: cuando a uno se lo niegas todo se encierra en el primitivismo".
Tiempo atr¨¢s acept¨® encargos, pero no quiere repetir: su mirada cr¨ªtica no sol¨ªa satisfacer a la parte contratante. Y no est¨¢ dispuesto a renunciar a su libertad. "Los encargos te contaminan la mente". Sus fotograf¨ªas se han mostrado en numerosas exposiciones que, adem¨¢s, le aseguraban una entrada regular de dinero.
Hoy, su contacto con el mercado se limita a la gesti¨®n que Magnum hace de su obra. "Es estrat¨¦gico: me asegura unos derechos de autor todos los meses; adem¨¢s all¨ª tengo mis cosas: mis libros, mi ropa".
D'Agata mantiene una continuada actividad docente, de la que ha dado una muestra en Barcelona. "Intento ayudar a los alumnos a hallar su propio camino". ?l encontr¨® el suyo hace tiempo y, coherente, no planea apartarse de ¨¦l. "Antes pensaba que cuando mis hijas fueran mayores deb¨ªa cambiar de vida. Ahora ya no lo veo as¨ª, creo que entienden que esto es lo que soy". Un fot¨®grafo de gran sensibilidad que no hace distinciones entre vida y obra.
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