Larga vida

En sus paredes se puede leer la m¨¢xima: "La vida es demasiado corta para desperdiciarla bebiendo malos vinos".

Hablamos de En¨®pata, un lugar donde se transmite la pasi¨®n que se adue?a de Juan Ferrer cuando habla de sus vinos. Y no digamos cuando los cata, los huele, los degusta, los absorbe y se identifica con ellos.

Largas listas de champagnes, de vinos blancos y tintos, de vinos dulces y olorosos; con origen determinado y calculado, vendidos por copas a precios ajustados y sin m¨¢s l¨ªmite que el que imponga el bolsillo o el gusto del consumidor.

Inaugurado recientemente y con el inicial prop¨®sito de rendir culto a las bebidas, el bien decorado local se perfecciona con algunas mesas que lo hacen actuar como restaurante, en el que se sirve una comida sencilla y sin complicaciones, donde la calidad de los productos es preponderante sobre su preparaci¨®n, ya que su confesada funci¨®n es la de hacerle cortejo a la bebida que los acompa?ar¨¢.

Jam¨®n o cecina, chorizo y otras artes del embutido en fr¨ªo como entrantes, para continuar con pescados a la plancha y leves guarniciones o algunos guisos del talante del rabo de toro o el ajo arriero en su versi¨®n manchega que no navarra.

Y para beber, sin ¨¢nimo de propasarse, versiones poco conocidas del champagne, como el Andr¨¦ Clouet, o de blancos primorosos y casi ignotos como el de la uva Viognier, criada en Condrieu por Georges Vernay, o algunos tintos Shiraz o Pinot Noir, mucho m¨¢s f¨¢ciles de beber que de pronunciar.

Menci¨®n especial para algunos de nuestros maltratados y olvidados vinos del Sur, que aqu¨ª se redescubren y nos encandilan.

Larga vida, pues, ya que tenemos la posibilidad de degustar tan insignes caldos.