Los campus intentan hablar ingl¨¦s
La competencia desatada en Europa obliga a implantar t¨ªtulos en la lengua de Shakespeare - Varias universidades exigir¨¢n un nivel medio al final de la carrera
Los estudios universitarios prestan escasa atenci¨®n a las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, no favorecen la capacidad de los graduados para expresarse en p¨²blico y descuidan el multiling¨¹ismo. Este tercer punto d¨¦bil -se?alado en un estudio de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n (ANECA)- choca de frente con un informe de Infoempleo que cifra en un 72% las ofertas de trabajo cualificado que exigen ingl¨¦s. Incluso se valora m¨¢s que el curr¨ªculo acad¨¦mico. Y si a ello se suma que el marco europeo va a homologar los t¨ªtulos de todo el territorio favoreciendo la movilidad de alumnos, el resultado es alarmante: las nuevas generaciones de espa?oles no van a ser competitivas en Europa. Y ante este panorama, los t¨ªtulos de grado (las nuevas diplomaturas y licenciaturas) impartidos, al menos en parte, en ingl¨¦s se abren un hueco.
Hoy accede a la educaci¨®n biling¨¹e una ¨¦lite con recursos familiares
Los rectores alertan de que la Universidad no es una escuela de idiomas
Muchas universidades nacen ya con t¨ªtulos biling¨¹es. La pionera fue la Carlos III de Madrid y le han seguido otras p¨²blicas tambi¨¦n j¨®venes -Pompeu Fabra de Barcelona o la Pablo de Olavide de Sevilla-, casi todas las privadas -en especial la Antonio de Nebrija, el CEU y la Europea- y otras de larga tradici¨®n como las universidades de Valladolid, Navarra o Valencia. La de Oviedo tambi¨¦n ha anunciado que implantar¨¢ el ingl¨¦s.
Pero todo ello, dejando claro que la Universidad no es una escuela de idiomas, los alumnos deben llegar aprendidos, dicen los rectores. Por ahora es una quimera, aunque el adelanto del aprendizaje de la lengua de Shakespeare a la educaci¨®n infantil (de tres a seis a?os) y la extensi¨®n de los colegios biling¨¹es por todo el pa¨ªs es un primer paso.
Mientras que el conocimiento del ingl¨¦s no sea un hecho, la Generalitat de Catalu?a va a exigir que los alumnos que se grad¨²en en 2013 acrediten en 30 titulaciones ya adaptadas a Europa un nivel B2 de ingl¨¦s o First Certificate tras cursar el 10% de las asignaturas en el lat¨ªn del siglo XXI. "Hay que ser realista, los alumnos no saben ingl¨¦s y somos nosotros los que tenemos que cambiar y garantizar que todo el mundo tenga oportunidades. No se pueden poner filtros de entrada a estudiar en ingl¨¦s", se?ala Blanca Palmada, comisionada de Universidades e Innovaci¨®n en Catalu?a. "Hay una correlaci¨®n muy alta entre la lengua de los m¨¢steres y su calidad a favor del ingl¨¦s", asegura. Su Gobierno, que va a destinar 31 millones de euros en tres a?os para apoyar la formaci¨®n del profesorado, va a firmar un acuerdo con el consulado de Francia en Barcelona para que este idioma pueda ser tambi¨¦n el franc¨¦s. "Ser¨ªa bueno que las soluciones no sean ¨²nicas. Que, por ejemplo, en filosof¨ªa se pueda estudiar parte en alem¨¢n". Las universidades de Santiago de Compostela y Baleares tambi¨¦n exigir¨¢n hablar ingl¨¦s para titularse. Todos los planes de estudio coinciden en se?alar que el ingl¨¦s es el medio, pero no el objetivo, y lo que se eval¨²a siempre es el contenido de la asignatura. Por eso las clases obligan a una mayor interacci¨®n entre profesores y alumnos y una repetici¨®n del temario.
"El marco europeo no obliga a aprender ingl¨¦s, pero es una forma de ser operativo para que exista movilidad de estudiantes. Nosotros en las ferias nos presentamos con el lema Aprende espa?ol estudiando en ingl¨¦s. Es la forma de que vengan alumnos de fuera", cuenta Isabel Guti¨¦rrez, vicerrectora de grado en la Carlos III, la primera facultad en implantar el biling¨¹ismo hace 10 a?os. "Quiz¨¢s pudimos hacerlo porque no ten¨ªamos una plantilla envejecida. Nuestros profesores, j¨®venes, hab¨ªan salido de Espa?a", contin¨²a. En su claustro hay tambi¨¦n docentes extranjeros. "Hay una apuesta por la internacionalizaci¨®n y los departamentos que se animan tienen un poco m¨¢s de financiaci¨®n".
Las facultades de ciencias o de econom¨ªa tienen menos problemas para encontrar profesorado. "Est¨¢n acostumbrados a trabajar conjuntamente con grupos extranjeros, casi todos exponen sus investigaciones en ingl¨¦s y diariamente leen en ingl¨¦s", recuerda Blanca Palmada. "Su nivel es excelente, dominan el vocabulario t¨¦cnico pero a veces les falta el lenguaje del aula, el c¨®mo dar instrucciones en ingl¨¦s", piensa Julie McGuinness, quien form¨® a profesores de la Facultad de Econ¨®micas de la Universidad de Valencia.
Espa?a se sit¨²a por debajo de la media comunitaria en movilidad de sus graduados para trabajar en otro pa¨ªs (11%, frente a un 15%). Sin embargo, est¨¢ un punto porcentual por encima del promedio en movilidad de licenciados que estudian en el extranjero tras graduarse (8%).
Casi todas estas universidades incorporaron primero las titulaciones de econom¨ªa y ciencias empresariales y visto el ¨¦xito se han decidido a ofertar algunas ingenier¨ªas y estudios de comunicaci¨®n y turismo. Hasta ahora tan s¨®lo una ¨¦lite que en su juventud pas¨® estancias en el extranjero o recibi¨® clases privadas ha cursado estas licenciaturas, pero su establecimiento en las p¨²blicas fomentar¨¢ su democratizaci¨®n. Exigencia sine qua non para competir en la Europa ¨²nica.
M¨¢s dificultad, pero mejor trabajo
Los profesores de ingenier¨ªa inform¨¢tica de gesti¨®n del campus de Segovia de la Universidad de Valladolid, impartida parcialmente en ingl¨¦s, valoran en un estudio como positivo en la ense?anza en ingl¨¦s el crecimiento personal y profesional, pero tambi¨¦n reconocen que la preparaci¨®n de las clases les lleva m¨¢s tiempo y necesitan ayuda. Mientras, los alumnos aseguran tener m¨¢s habilidades escritas que orales y dicen haber optado por esta opci¨®n como un reto personal que les permite conocer el vocabulario espec¨ªfico que les abrir¨¢ mayores posibilidades de encontrar trabajo.
"En derecho se pueden impartir asignaturas en ingl¨¦s que no son fundamentales -internacional, derechos humanos o econom¨ªa- porque el problema es que el derecho es un lenguaje y nunca podr¨¢ darse clase de civil, procesal o administrativo", sostiene Jos¨¦ Javier de los Mozos, profesor de historia y teor¨ªa del derecho en la Universidad de Valladolid.
"Los alumnos son conscientes de que la lengua franca es el ingl¨¦s y aunque al principio se muestran t¨ªmidos terminan solt¨¢ndose", afirma Margarita Vinagre Laranjeira, profesora de modelos y usos de la lengua inglesa en la Universidad Antonio de Nebrija. No le quita la raz¨®n Elena G¨®mez, del departamento de periodismo de la Universidad Europea: "Para trabajar en el extranjero es necesario que tambi¨¦n conozcan la cultura y su forma de trabajar. Por ejemplo, les llama la atenci¨®n los titulares m¨¢s cortos y directos. Empiezan con exposiciones orales breves y en grupo y terminan solos y sin mucha dificultad".
M¨®nica V¨¢zquez, estudiante de la Antonio de Nebrija, destaca m¨¢s que el dominio del idioma la necesidad de conocer el contexto en el que quiere trabajar: "Me llam¨® la atenci¨®n la forma de redactar en los peri¨®dicos, mucho m¨¢s directa, sin florituras".
El panorama
- El 40% de los alumnos de Selectividad de junio suspendi¨® ingl¨¦s.
- En el curso 2011-2012, el examen oral de idioma extranjero en Selectividad podr¨¢ hacerse en cinco idiomas.
- El 17% de los espa?oles piensa que lee ingl¨¦s correctamente, el 14% que lo entiende y un 11%, que lo habla bien, seg¨²n un estudio de la consultora Ipsos.
- S¨®lo un 1,7% de los universitarios puede mantener una conversaci¨®n fluida en ingl¨¦s, seg¨²n el C¨ªrculo de Progreso.
- S¨®lo un 11% de los directivos espa?oles ha trabajado fuera, frente al 15% de los comunitarios, seg¨²n un estudio de ANECA.
- El 16% de los graduados contin¨²a estudiando idiomas tras licenciarse.
- El 90% de quienes viajan para aprender un idioma opta por el ingl¨¦s.
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