Corre, conejo, corre
Para que las empresas tengan otro ¨¢mbito en el que competir, ya que en el ¨¢mbito puramente empresarial las cosas no marchan bien, se organiz¨® el domingo pasado en el centro de Madrid la X Carrera de las Empresas. Por la m¨®dica cantidad de 15 euros, los trabajadores madrile?os, debidamente documentados por el departamento de recursos humanos de sus respectivas firmas, pudieron gozar de una espl¨¦ndida ma?ana oto?al pateando el sufrido asfalto de la urbe. La certificaci¨®n del departamento de recursos humanos era imprescindible para impedir que se colara en esta l¨²dica celebraci¨®n del empleo cualquier parado sin oficio ni beneficio y por lo tanto sin derecho a celebrar esta fiesta pedestre del trabajo asalariado y escaso.
Para paliar la subida de las tarifas el¨¦ctricas, la bicicleta podr¨ªa producir electricidad dom¨¦stica
La idea no es precisamente original. En los a?os treinta del pasado siglo, Wenceslao Fern¨¢ndez Fl¨®rez, fino y c¨¢ustico humorista gallego, ironizaba en El malvado Carabel sobre una prueba parecida: el responsable de una oficina madrile?a, atra¨ªdo por los reci¨¦n cantados beneficios del sport sobre la salud, organizaba, en d¨ªa festivo por supuesto, una carrera al aire libre para iniciar a sus empleados en el deporte y en la vida sana, competici¨®n que el jefe segu¨ªa a bordo de su autom¨®vil animando a sus desfallecientes pupilos con sus arengas. En la segunda versi¨®n cinematogr¨¢fica de la novela -hubo una primera versi¨®n de Edgar Neville-, Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, director y protagonista del filme, echaba los bofes, campo a trav¨¦s, antes de pasarse al lado oscuro de La Fuerza para convertirse en el aprendiz de malvado m¨¢s pat¨¦tico de la cinematograf¨ªa hispana. No s¨¦ si en la carrera del domingo participaron los jefes, al menos los de recursos humanos, jaleando desde los coches de seguimiento y tomando notas sobre la forma f¨ªsica de los corredores con destino a sus expedientes. No s¨¦ si habr¨ªa gratificaciones extra para los destacados y sanciones para los rezagados y los abandonistas. Desconozco tambi¨¦n si entre el p¨²blico asistente se hallaban los compa?eros de la oficina o del taller, para dar ¨¢nimos a sus colegas, o para ponerles la zancadilla y quit¨¢rselos de encima, as¨ª de mal est¨¢n las cosas en el mercado laboral. Aunque no asist¨ª en directo a la prueba (los domingos tengo much¨ªsimas m¨¢s cosas que no hacer), quiero expresar mi admiraci¨®n por los esforzados atletas que defendieron los colores de sus respectivas empresas con la misma enconada bravura que defender¨¢n sus puestos de trabajo llegados al caso. S¨®lo una advertencia: vayan prepar¨¢ndose para la marat¨®n. La X Carrera de Empresas que se efectuaba sobre un recorrido de unos cinco kil¨®metros ha sido s¨®lo un entrenamiento. Ser¨¢ en la pr¨®xima marat¨®n empresarial donde realmente tendr¨¢n que demostrar su buen estado de forma, su fondo f¨ªsico y su capacidad de sufrimiento, valores que les permitir¨¢n afrontar en condiciones las jornadas de 65 horas que algunos capitalistas salvajes proponen para superar una crisis que no se ha producido precisamente por falta de productividad de los trabajadores, sino por falta de escr¨²pulos de los empresarios que cambiaron la producci¨®n por la especulaci¨®n.
En Madrid se corre mucho, sobre todo los domingos. Al mismo tiempo que se celebraba la carrera empresarial, en otro circuito urbano, 5.000 ciclistas, bajo el lema de "Disfruta y mu¨¦vete s¨®lo con tu energ¨ªa", pedaleaban felices, promocionaban el uso de la bicicleta y al mismo tiempo luchaban contra la droga y la obesidad. Se supone que este tipo de demostraciones influyen much¨ªsimo sobre el ¨¢nimo de los toxic¨®manos empedernidos y de los obesos sin remisi¨®n, que ante el espect¨¢culo de tanta solidaridad y comprensi¨®n abandonan sus malos h¨¢bitos y se reconvierten en ciclistas, esperemos que no profesionales pues podr¨ªa ser peor el remedio que la enfermedad. Por los 60 euros que costaba la inscripci¨®n los participantes se llevaban a casa el equipo completo, casco incluido y la bicicleta para disfrutar y moverse con su propia energ¨ªa. Para paliar la inminente subida de las tarifas el¨¦ctricas la bicicleta podr¨ªa reciclarse y producir electricidad dom¨¦stica a pedales para ver la televisi¨®n o fre¨ªrse un huevo.
El d¨ªa anterior a la carrera laboral y la demostraci¨®n ciclista, 5.000 moteros tomaron tambi¨¦n la Castellana para protestar por la previsible subida de sus impuestos y por la falta de seguridad vial. El portavoz de Lucha Motera denunci¨® que "intentan hacer desaparecer a las motos, que son veh¨ªculos m¨¢s ecol¨®gicos". El mensaje no se escuch¨® muy bien por el rugido de los tubos de escape y porque los moteros ecol¨®gicos y legales no se quitaron el casco.
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