El fraude electoral divide a Nicaragua
La oposici¨®n exige un nuevo recuento en todo el pa¨ªs y no s¨®lo en Managua
Al d¨ªa siguiente de que el Consejo Supremo Electoral (CSE) aceptara, aunque s¨®lo en Managua, un nuevo recuento de los cuestionados resultados de las elecciones municipales del pasado domingo en Nicaragua, la tensi¨®n y polarizaci¨®n de la sociedad han llegado a niveles que no se ve¨ªan desde 1990, cuando los sandinistas fueron despojados del poder en las urnas. Simpatizantes del gubernamental Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN), del presidente Daniel Ortega, y de la alianza opositora en torno al Partido Liberal Constitucionalista (PLC), se enfrentan con machetes, garrotes, piedras e incluso balas, defendiendo lo que cada bando considera su triunfo en los comicios.
La propuesta del CSE de revisar los resultados en Managua ha sido considerada insuficiente por la oposici¨®n, que exige que se permita la presencia de observadores en el recuento. "Es un paso en la direcci¨®n correcta, pero s¨®lo un paso. Las irregularidades han sido denunciadas en todo el pa¨ªs, no s¨®lo en Managua, por lo que debe haber una revisi¨®n en todos los municipios", afirm¨® el candidato del PLC en Managua, Eduardo Montealegre. El presidente del CSE, Roberto Rivas, considerado cercano al Gobierno, rechaz¨® la presencia de observadores.
La tensi¨®n en la sociedad ha llegado a niveles que no se ve¨ªan desde 1990
El Ejecutivo, que hab¨ªa guardado silencio hasta ahora, denunci¨® anoche ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) un "plan de desestabilizaci¨®n" de organismos internacionales, partidos de la oposici¨®n, EE UU y el secretario general de la OEA, Jos¨¦ Miguel Insulza, "con el objetivo de provocar el colapso de instituciones del Estado y en particular del Gobierno", informa Efe.
El ambiente en Managua es tenso. El periodista Nicol¨¢s Berr¨ªos, de la Nueva Radio Ya, af¨ªn al Gobierno, fue agredido en la madrugada de ayer a pu?etazos y navajazos. Tras amenazarle con cortarle la lengua si manten¨ªa sus informaciones, los atacantes incendiaron la camioneta en la que viajaba. Los medios gubernamentales culparon a los seguidores de la oposici¨®n del ataque y llamaron a la poblaci¨®n a salir a la calle a defender el voto.
La tensi¨®n es tal que la Polic¨ªa Nacional ha enviado brigadas antidisturbios a custodiar los principales medios cr¨ªticos con el Gobierno tras los incesantes rumores de que supuestos grupos cercanos al FSLN han amenazado con asaltar sus sedes.
La violencia empez¨® el lunes tras publicarse los primeros datos de los comicios, que provocaron una airada reacci¨®n entre los partidos opositores. Las ¨²ltimas informaciones del Consejo Supremo Electoral, con el 88,5% de los colegios escrutados, dan al FSLN la victoria en 99 de los 146 municipios en disputa. La formaci¨®n de Ortega ganar¨ªa as¨ª una docena m¨¢s de ayuntamientos, pero perder¨ªa cuatro de las 14 capitales departamentales que controlaba.
Las grandes dudas que han levantado estos datos han sumido al organismo electoral en una profunda crisis. El CSE est¨¢ controlado en su mayor¨ªa por magistrados cercanos al FSLN, gracias a un acuerdo pactado en 1998 entre el entonces opositor Ortega y el presidente liberal Arnoldo Alem¨¢n, condenado a 20 a?os de c¨¢rcel por corrupci¨®n en 2003.
Cr¨ªticos del Gobierno como la ex guerrillera Dora Mar¨ªa T¨¦llez han exigido la destituci¨®n de los magistrados del CSE. Para T¨¦llez, son suficientes pruebas del "gigantesco fraude" electoral algunas medidas tomadas por el organismo antes de las elecciones, como la exclusi¨®n de los comicios del Movimiento Renovador Sandinista y del Partido Conservador.
La oposici¨®n denuncia que el CSE permiti¨® que en muchos colegios electorales las mesas fueran presididas por miembros del FSLN o sus aliados, por lo que la oposici¨®n s¨®lo contaba con sus fiscales (interventores) para cuidar los votos. En algunos casos, se denunci¨® que t¨¦cnicos del CSE, presidentes de mesas y fiscales sandinistas sacaron a los del PLC a la hora del recuento de los votos.
El d¨ªa de la elecci¨®n, muchas juntas de Managua cerraron tres horas antes de lo previsto, pese a las colas de votantes. Adem¨¢s, a muchos no se les permiti¨® votar porque no aparec¨ªan registrados en el padr¨®n electoral, a pesar de que sus c¨¦dulas de identidad mostraban que pertenec¨ªan a esas circunscripciones. La jornada se desarroll¨® sin la observaci¨®n de grupos independientes, algo considerado innecesario por Ortega.
Para la diputada M¨®nica Baltodano, la victoria del FSLN refuerza el poder de Ortega para reformar la Constituci¨®n y aprobar la reelecci¨®n continuada. Otros analistas afirman que la crisis ha oxigenado a una oposici¨®n debilitada y dado nuevos br¨ªos al liberal Montealegre.
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