Un Robinson de ciudad
El m¨²sico Juan Carlos Calder¨®n trabaja entre fotos y dibujos y planea rodar la historia de un n¨¢ufrago en medio del silencio
Hay unas zapatillas Converse negras en el suelo. En las paredes, fotos, fotos y m¨¢s fotos. De la banda de jazz con la que empez¨® a tocar en el Drink Club de Santander. De sus hijos. De su nieta Teresa, que a sus 12 a?os est¨¢ lista para dar conciertos. De sus hermanos, Ram¨®n, Fernando y Mar¨ªa Teresa. De su madre. Tambi¨¦n alg¨²n dibujo hecho por ¨¦l. Apenas hay discos en su estudio. "Ya lo he o¨ªdo todo. S¨®lo me gusta escuchar algo de jazz". Juan Carlos Calder¨®n (Santander, 1938) se esconde en su estudio del centro de Madrid como un "Robinson de ciudad" en busca de la soledad. "Es donde mejor se conoce uno a s¨ª mismo". En una esquina, el teclado Yamaha que usa para componer. "Soy muy vago. Un d¨ªa completo m¨ªo consiste en pensar en la vida, en la m¨²sica, en no hacer aparentemente nada, pasear mucho". Cuando tiene un encargo, su jornada de trabajo nunca empieza antes de las siete o las ocho de la tarde. "Me he acostumbrado a la nocturnidad y la alevos¨ªa. Ser¨¢ porque empec¨¦ como m¨²sico de jazz". Tambi¨¦n compone en la cama.
La firma de Calder¨®n como compositor, productor, arreglista o como todo ello junto est¨¢ detr¨¢s de algunos de los mayores ¨¦xitos de Marisol, Luis Eduardo Aute, Juan y Junior, V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n, Sergio y Est¨ªbaliz, Mocedades, Cecilia o Miguel Bos¨¦. Eres t¨² y T¨®mame o d¨¦jame, por citar s¨®lo dos exitazos suyos, han marcado el cancionero sentimental de un par de generaciones. "O tres", puntualiza Calder¨®n. En 1981 se march¨® a Los ?ngeles y all¨ª empez¨® a trabajar con artistas latinoamericanos, entre ellos, un jovenc¨ªsimo Luis Miguel. Ahora acaba de terminar 18 canciones para el pr¨®ximo disco del cantante. Regres¨® a Espa?a en 2001 y sigue trabajando con un pie aqu¨ª y otro all¨ª. Lo que quiere ahora es sentarse a improvisar "durante siete horas y guardar lo bueno, aunque sean diez minutos". Su otra gran pasi¨®n es el cine y se confiesa tan mit¨®mano que a las ¨²nicas personas a las que ha pedido un aut¨®grafo en su vida han sido Charles Chaplin y Gloria Swanson. "A esta ¨²ltima fue en su casa de Los ?ngeles en 1974 o as¨ª. Ella estaba echada como una odalisca y le estaban haciendo fotos".
Ahora, la ambici¨®n secreta de Calder¨®n es rodar una pel¨ªcula. La historia ya la tiene. La lleva dando vueltas en la cabeza desde hace treinta a?os: una isla en medio de una ciudad, una "aventura preciosa" en un espacio en el que apenas se oye el ruido urbano. La historia de un n¨¢ufrago en medio del silencio. Pocos di¨¢logos, "cortos e importantes". Uno o dos actores. Un poco como su vida. Un poco como su estudio.
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