Ian Rankin jubila al detective Rebus
Hace ya dos d¨¦cadas que el detective John Rebus lleva pateando las calles de Edimburgo, la ciudad tur¨ªstica de los castillos y museos, la capital moderna en plena efervescencia cultural y econ¨®mica, pero tambi¨¦n un escenario plagado de rincones oscuros que esconden leyendas, misterios y cr¨ªmenes. Es esa doble personalidad la que atrae como un im¨¢n a la criatura nacida de la pluma de Ian Rankin (Cardenden, Escocia, 1960), un polic¨ªa solitario, hura?o, irascible y tremendamente humano que transita por la geograf¨ªa social escocesa, desde las lujosas moquetas de los m¨¢s poderosos hasta los bajos fondos de delincuentes y chantajistas. La serie de novela negra se ha erigido en todo un cl¨¢sico del g¨¦nero, bautizado por James Ellroy como Tartan Noir en una etiqueta que recoge la tradici¨®n tan escocesa de los estampados a cuadros de sus clanes. Al igual que existe un Edimburgo tras los pasos de Scott, Stevenson o Spark, la singladura de Rebus ha acabado trazando su propia ruta literaria, que desemboca inevitablemente en su pub favorito, el Oxford bar, del que es asiduo Rankin en la vida real. Un recorrido muy popular (los Rebustours) que pronto va a convertirse en un ejercicio de nostalgia. Porque al detective m¨¢s famoso de Escocia le ha llegado la hora de la jubilaci¨®n.
La m¨²sica del adi¨®s
Ian Rankinribas. RBA. Barcelona, 2008.
488 p¨¢ginas. 15 euros. www.ianrankin.net/
"La econom¨ªa, las drogas, la corrupci¨®n, el racismo... El mejor formato para abordarlos es la novela negra, y para m¨ª el marco id¨®neo es Edimburgo"
El autor se despide de su personaje en La m¨²sica del adi¨®s, ep¨ªlogo de una saga de 18 t¨ªtulos en pleno pico del ¨¦xito como fen¨®meno superventas. La trama se centra en el ¨²ltimo caso que Rebus debe resolver diez d¨ªas antes de su retirada profesional y que encara como uno m¨¢s, sin ¨¢pice de sentimentalismo. La misma actitud que ha adoptado Rankin en el cierre de ese ciclo. Frente a las millonarias razones que justificar¨ªan su supervivencia, el escritor esgrime un argumento de l¨®gica aplastante: la trayectoria del detective que irrumpi¨® cuarent¨®n en la literatura fue concebida "en tiempo real" y, por tanto, una vez adquirida la condici¨®n de sexagenario, la ley escocesa impone su salida de escena. "Lo jubil¨¦ porque ten¨ªa que jubilarse. La realidad ha acabado interfiriendo en la ficci¨®n", resume entre la resignaci¨®n y una cierta sorna que subraya lo borroso de la l¨ªnea que separa ambos mundos: tal fue el clamor contrario a la desaparici¨®n de Rebus que incluso una diputada escocesa lleg¨® a tantear al ministro de Justicia sobre un cambio en la legislaci¨®n vigente. Sobra decir que la parlamentaria en cuesti¨®n era una fan confesa y que su inusual iniciativa no prosper¨®.
A Rankin, por supuesto, le halaga que el asunto haya cobrado inter¨¦s nacional -"la gente adora a Rebus hasta el punto de creer que es real"- y quiz¨¢ apoy¨¢ndose en ello se resiste a matar definitivamente a su mina de oro. ?Volver¨¢ Rebus? "Honestamente, no lo s¨¦. Depender¨¢ de las preguntas que sigo plante¨¢ndome: ?qu¨¦ no se ha dicho todav¨ªa en sus novelas?, ?puede ser el personaje todav¨ªa ¨²til para explicar la Escocia contempor¨¢nea? Y, desde luego, de c¨®mo se tome ¨¦l la jubilaci¨®n". El autor recalca su voluntad de emprender nuevos derroteros, pero el desenlace de La m¨²sica del adi¨®s deja los suficientes cabos sueltos como para propiciar un regreso en el futuro, e incluso brinda pistas sobre un posible reenganche laboral del detective. La idea -que no desvelaremos- surgi¨® del propio cuerpo de polic¨ªa escoc¨¦s (el real).
La enredada y astuta trama del libro, que arranca con el asesinato de un poeta disidente ruso en las calles de Edimburgo, se torna en una reflexi¨®n sobre el dinero y el poder en la nueva Escocia. Rebus debe lidiar con el desembarco en la ciudad de una delegaci¨®n de opulentos magnates rusos (la narraci¨®n alude al asesinato real del esp¨ªa Alexandr Litvinenko en pleno centro de Londres) y con el enjambre de pol¨ªticos que los cortejan, todos ellos decididos a que el caso se cierre pronto a pesar del giro inesperado que cobra. Las maquinaciones en los pasillos del flamante Parlamento escoc¨¦s -la moderna sede concebida por Enric Miralles- o en los lujosos despachos de empresarios y banqueros, el implacable control del crimen organizado en los rincones m¨¢s s¨®rdidos de la ciudad, con perennes bolsas de pobreza, drogas y delincuencia, hilvanan una pesimista radiograf¨ªa a los ojos de Rebus. El contrapunto a la visi¨®n rom¨¢ntica de los nacionalistas en alza.
Ian Rankin desarrolla el argumento en los meses previos a las elecciones auton¨®micas que dieron la victoria de los independentistas del Partido Nacional Escoc¨¦s (mayo de 2007), aunque el libro ya trasluce su pujanza. El escritor asegura no compartir el escepticismo de su personaje frente al horizonte de una ruptura de la Uni¨®n con Inglaterra, despu¨¦s de 300 a?os: "Rebus no es mi portavoz y en la novela he intentado reflejar las distintas posiciones sobre la independencia. Soy mucho m¨¢s optimista que ¨¦l y creo que el cambio pol¨ªtico ha sido positivo". "Ahora bien", matiza, "somos s¨®lo cinco millones de escoceses, ?podemos operar solos en el mundo? Filos¨®ficamente somos diferentes (de los ingleses), pero a¨²n tienen que convencerme de que es posible una Escocia independiente desde el punto de vista de la viabilidad econ¨®mica".
El autor y su detective comparten los or¨ªgenes en el pueblo minero de Cardenden (condado de Fife), "pero disentimos porque pertenecemos a diferentes generaciones. Yo nac¨ª en la era posindustrial, mientras que ¨¦l es un socialista a la vieja usanza y al¨¦rgico a los cambios: no creo en un mundo en blanco y negro y por eso me considera demasiado liberal", explica sobre el di¨¢logo que ambos entablaron hace ahora 21 a?os. "Mis libros son, de hecho, un debate entre ¨¦l y yo", a?ade subrayando las distancias con su personaje de ficci¨®n, que no parec¨ªan tan n¨ªtidas al inicio de la saga. En el Rebus de las primeras novelas, admite, "hab¨ªa mucho de m¨ª, de aquel posgraduado que imagin¨® a su personaje leyendo poemas de Walt Whitman en sus ratos perdidos en la comisar¨ªa, una escena que, desde luego, resultaba bien poco cre¨ªble", confiesa con esp¨ªritu cr¨ªtico.
Cuando Rankin encar¨® Knots & Crosses (1987), inauguraci¨®n de una serie que entonces no hab¨ªa concebido como tal, todav¨ªa estudiaba su licenciatura de Literatura en la Universidad de Edimburgo, despu¨¦s de haber desempe?ado empleos tan variados como recolector de uva, funcionario o miembro de una banda de punk. Tampoco pretend¨ªa escribir una novela negra. "Mi prop¨®sito era adaptar la historia de Jekyll y Hyde a la Escocia de los a?os ochenta, siguiendo la tradici¨®n g¨®tica escocesa, aunque en lugar de un m¨¦dico escog¨ª a un detective que tendr¨ªa acceso a todas las capas de la sociedad, incluidos sus rincones m¨¢s oscuros". La cr¨ªtica no captur¨® ese esp¨ªritu y enmarc¨® la obra en el g¨¦nero policiaco. "Soy el ¨²nico escritor de novela negra que conozco que no sab¨ªa nada del g¨¦nero antes de ponerlo en pr¨¢ctica", admite. El ¨¦xito no lleg¨® de inmediato (instalado en Francia, Rankin public¨® varios thrillers bajo el seud¨®nimo de Jack Harvey con fines meramente alimenticios), sino que fue coci¨¦ndose poco a poco y a la par que el personaje de Rebus iba madurando y torn¨¢ndose m¨¢s complejo, un ser solitario con problemas de comunicaci¨®n que se refugia en el trabajo detectivesco para eludir su desastrosa vida personal.
La consagraci¨®n como maestro del g¨¦nero alcanz¨® a Rankin ya instalado definitivamente en Edimburgo, que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ha vivido una eclosi¨®n de j¨®venes talentos literarios escoceses, un "delicioso accidente", seg¨²n sus palabras. Al escritor le gusta rememorar de aquellos comienzos los encuentros en el caf¨¦ de su barrio con la entonces desconocida J. K. Rowling, la creadora de Harry Potter.
Erigido en uno de los hijos favoritos de su ciudad de adopci¨®n, hoy le avalan los millones de ejemplares vendidos a ambos lados del Atl¨¢ntico, la traducci¨®n de sus novelas a m¨¢s de veinte idiomas, un sinf¨ªn de premios y, sobre todo, el reconocimiento de los c¨ªrculos literarios. Los libros de Rebus incluso son objeto de un doctorado en la Universidad de Edimburgo. Aunque Rankin sigue denotando un "cierto esnobismo" entre el establishment brit¨¢nico, "que se resiste a enmarcar la novela negra en la literatura con may¨²sculas, como tambi¨¦n ocurre con la ciencia-ficci¨®n, quiz¨¢ porque los acad¨¦micos creen que su motor no son las ideas, sino la vida real". Ning¨²n t¨ªtulo de ese g¨¦nero, recuerda, ha integrado nunca la lista del Booker, el m¨¢s importante galard¨®n literario de las islas.
"Como escritor no quiero ofrecer discursos pol¨ªticos a los lectores, sino un retrato de la sociedad de hoy. Estoy interesado en todos sus problemas, en la econom¨ªa, las drogas, la corrupci¨®n, el racismo... El mejor formato para abordarlos es la novela negra, y para m¨ª el marco id¨®neo es Edimburgo, un microcosmos que representa a Escocia en su conjunto", explica. Rankin no conoce otra ciudad en el mundo que haya bautizado su principal estaci¨®n de tren con el t¨ªtulo de una novela, Waverley, de sir Walter Scott.
Hombre de inquietudes diversas, entre sus proyectos inmediatos destacan un c¨®mic que se publicar¨¢ el pr¨®ximo a?o y el libreto de una ¨®pera en colaboraci¨®n con el compositor Craig Armstrong, conocido por sus bandas sonoras de pel¨ªculas hollywoodenses. La m¨²sica, que apasiona a Rankin desde la juventud (asegura ser "una estrella de rock frustrada"), le ha ayudado tambi¨¦n a perfilar la personalidad de Rebus, un solitario que escucha a Leonard Cohen y cuya preferencia por los Rolling Stones frente a los Beatles "nos revela que pertenece a la clase trabajadora, porque los Rolling eran los rebeldes de entonces".
Rebus es tambi¨¦n el nombre de un puzle, un enigma que en lo concerniente a su regreso a la vida literaria todav¨ªa est¨¢ por resolver. Rankin acaba de inaugurar la que llama su "segunda carrera" con un thriller inicialmente concebido como un serial para la revista The New York Times, Doors Open, y que ya se ha colocado entre los primeros puestos de ventas en el Reino Unido. El ¨¦xito de ese libro le anima a deducir: "Si quiero escapar de Rebus, puedo hacerlo". Pero ni ¨¦l mismo ha resuelto todav¨ªa ese misterio. -
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