Un tiro en la cabeza de Amy
La urgencia por ser los primeros y el v¨¦rtigo de adelantarse a la propia realidad son dos marcas que definen a esta sociedad que se ha rendido a la instantaneidad de las nuevas tecnolog¨ªas. El artista italiano Marco Perego ha querido ser el m¨¢s veloz (y el m¨¢s obsceno) y ha presentado en la Half Gallery del Lower East Side de Nueva York una escultura que muestra, en tama?o natural, a la cantante brit¨¢nica Amy Winehouse con un disparo en la cabeza y sobre un charco de sangre. Muerta.
Muy cerca de la cantante est¨¢, en la pieza de Perego, el escritor estadounidense William Burroughs, sentado y con un rifle sobre las piernas. Este caballero fue un experto en todos los excesos, y se dedic¨® a fondo a consumir todo tipo de estupefacientes y a hacer una literatura extra?a y radical, hasta que falleci¨® en su cama como un santo var¨®n. Le gustaban las armas y mat¨® a su mujer por accidente cuando, emulando a Guillermo Tell, le coloc¨® la bala entre los ojos en vez de darle a la manzana que hab¨ªa puesto sobre su cabeza.
The only good rock star is a dead rock star. As¨ª se titula la obra, que cuesta unos 93.000 euros, y en la que Perego quiere ir por delante del morbo con que se contemplan los habituales dislates que han hecho de Amy Winehouse una cliente fija de los centros de desintoxicaci¨®n. No se sabe ya si el p¨²blico acude a escucharla cantar o si va all¨ª para ver en directo la puesta en escena de alguna de sus pasadas. Todos parecen esperar que su historia se ajuste a ese t¨ªtulo, que para ser una buena estrella de rock tienes que estar muerto.
Hace tiempo los m¨²sicos colocaban el cartel de "no disparen al pianista" para evitar los tiros de los forajidos en el lejano Oeste. Con el rock lleg¨® la f¨®rmula de la autodestrucci¨®n y, con la hip¨®tesis de tener que morirse antes de llegar a viejos, fueron cayendo Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y tantos otros. Ahora toca ir m¨¢s r¨¢pido y adelantarse con una escultura que incluya un disparo y un charco de sangre. As¨ª que lo ¨²nico deseable es que ese tiro le asegure a la Amy real una larga vida. Como ocurre con las necrol¨®gicas que los peri¨®dicos encargan por adelantado: que suelen posponer durante mucho tiempo el desenlace definitivo de aquellos que parec¨ªan estar a punto de partir.
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