Se confirma el descenso de la inflaci¨®n
-Hay veces (pocas) en las que la profesi¨®n de or¨¢culo econ¨®mico tiene sus recompensas, sobre todo cuando se adelanta una buena noticia. Es una gozada cuando la vecina te dice: este mes has clavado el IPC, ?c¨®mo pod¨ªas saberlo? La verdad es que los analistas de la coyuntura sabemos que es poco probable que se acierte una previsi¨®n a la d¨¦cima, nos contentamos con adelantar adecuadamente las tendencias. Pero este mes de octubre la inflaci¨®n no s¨®lo descendi¨®, lo que era f¨¢cilmente predecible, sino que lo hizo justo en la medida prevista, un punto porcentual, del 4,54% al 3,56%. Tambi¨¦n era predecible que bajara la inflaci¨®n subyacente medio punto porcentual, hasta el 2,9% [gr¨¢fico superior izquierdo]. Son variaciones muy fuertes que merecen una explicaci¨®n.
Nos beneficiamos de dos efectos escal¨®n: la ca¨ªda del crudo desde agosto y la comparaci¨®n con 2007
Las previsiones siguen mejorando y puede que la inflaci¨®n est¨¦ por debajo del 2,5% en diciembre
La causa principal por la que deb¨ªa bajar la inflaci¨®n en octubre es eso que los analistas denominamos efecto escal¨®n. Hace un a?o por estas fechas los precios de la energ¨ªa y de los alimentos registraron fuertes subidas, como consecuencia del encarecimiento del petr¨®leo y de las materias primas agr¨ªcolas a escala internacional. Estas subidas provocaron un repunte en la tasa de inflaci¨®n entonces [gr¨¢ficos superior e inferior izquierdos], y dado que ¨¦sta se mide por comparaci¨®n interanual de los precios, hasta que no ha pasado un a?o no hemos descendido el escal¨®n. En realidad la inflaci¨®n est¨¢ descendiendo desde agosto porque desde entonces el precio del petr¨®leo ha bajado bruscamente, otro efecto escal¨®n -en este caso descendente- que deberemos subir dentro de un a?o [gr¨¢ficos superior e inferior derechos]. As¨ª que ahora nos estamos beneficiando de dos efectos escal¨®n: la bajada del introducido hace un a?o y uno nuevo descendente.
Estos escalones en la inflaci¨®n se producen por la brusca variaci¨®n de algunos productos que son especialmente vol¨¢tiles, como el petr¨®leo o los alimentos. Por eso, para captar mejor la tendencia de los precios y tener un indicador que orientase mejor la pol¨ªtica monetaria, se invent¨® el concepto de inflaci¨®n subyacente, que en Espa?a se obtiene excluyendo del IPC los productos energ¨¦ticos y los alimentos sin elaboraci¨®n. El problema es que la ¨²ltima y brusca subida de las materias primas agr¨ªcolas contamin¨® a la inflaci¨®n subyacente, ya que los precios de los alimentos elaborados se dispararon. Por eso parece m¨¢s adecuado el concepto de inflaci¨®n subyacente de los americanos, que excluyen todos los alimentos y la energ¨ªa, qued¨¢ndose con los bienes industriales no energ¨¦ticos y los servicios. A este concepto de inflaci¨®n tambi¨¦n se le suele denominar nuclear (core inflation, en ingl¨¦s). La inflaci¨®n nuclear espa?ola se ha mantenido contenida y s¨®lo entre mayo y septiembre ha mostrado una tendencia ligeramente creciente, que se explicar¨ªa por la traslaci¨®n a los precios finales de los aumentos previos de las materias primas y del repunte de los costes laborales. Son los efectos de segunda ronda, tan temidos por el BCE. Sin embargo, estos efectos han sido m¨ªnimos y la tendencia creciente de la inflaci¨®n nuclear se ha detenido [gr¨¢fico superior izquierdo]. Cabe prever que a partir de ahora se modere, al debilitarse la demanda de consumo. Dado que esto es as¨ª tambi¨¦n en el resto de la zona del euro, el BCE tiene el camino despejado para bajar m¨¢s los tipos de inter¨¦s.
Aunque la inflaci¨®n nuclear no se haya movido apenas, los precios que hemos tenido que pagar han venido dados por la inflaci¨®n total y esto ha supuesto una enorme p¨¦rdida de poder adquisitivo para los consumidores y probablemente m¨¢s para las empresas, al aumentarles los costes laborales (indiciados con la inflaci¨®n) sin apenas poder repercutirlos en los precios finales. Todo ello ha debilitado notablemente el consumo y la inversi¨®n.
Las previsiones siguen mejorando, al continuar la tendencia a la baja del petr¨®leo y ahora del resto de las materias primas. El pr¨®ximo dato de inflaci¨®n podr¨ªa reducirse casi otro punto porcentual y en diciembre puede situarse por debajo del 2,5%. En 2009 la media anual se situar¨¢ (si se mantiene el precio del petr¨®leo) por debajo del 2%. Los asalariados y pensionistas ganar¨¢n poder adquisitivo (cuidado, no sea que eso deje en la cuneta a muchas empresas) y junto a las bajadas de los tipos de inter¨¦s podr¨ªan sentar las bases de la recuperaci¨®n. Todo ello, si conseguimos que la banca vuelva a funcionar. -
es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorro (Funcas).
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