El capitalismo que viene
La econom¨ªa de mercado, basada en la propiedad privada y en la libertad de empresa, cuanto m¨¢s extendida mejor, no est¨¢ en crisis; lo que est¨¢ en entredicho son las pautas de conducta abusivas de algunos dirigentes, de las grandes corporaciones financieras y empresariales y las normas, o la ausencia de ellas, que las permiten o las hacen posibles.
Hablemos de los remedios. Para m¨ª, el eje troncal es la responsabilidad social de la empresa (RSE), que se manifiesta a trav¨¦s de una nueva empresa responsable y sostenible y que se gestiona mediante un nuevo paradigma fundamentado en el humanismo, que necesariamente ha de complementar, que no sustituir, al tradicional economicismo capitalista. ?ste ha de desarrollarse m¨¢s all¨¢ de lo que las normas obligan a las empresas como mayores autoexigencias dentro de la voluntariedad, que hacen mejores a las empresas frente al mercado.
El eje troncal de los remedios debe ser una nueva empresa responsable y sostenible
Ser¨ªa bueno dejar a los empresarios la iniciativa de desarrollar la responsabilidad social
Es el momento de la verdad, de dejar de arrastrar los pies en la implantaci¨®n de la RSE y de sus dimensiones fundamentales.
1. El buen gobierno corporativo y la transparencia informativa y contable. Todos sabemos cu¨¢les son los elementos b¨¢sicos que desde hace m¨¢s de una d¨¦cada han enturbiado el buen funcionamiento de los mercados y producido sus mayores quebrantos. Aquellos que no nos atrevimos a regular y quedaron en recomendaciones que no se han cumplido correctamente. De los c¨®digos de buen gobierno corporativo basta transformar en obligatorias las recomendaciones sobre la independencia de los consejeros y sobre la retribuci¨®n, vinculando m¨¢s la remuneraci¨®n variable de los altos dirigentes a los resultados a largo plazo, al concepto de sostenibilidad en el tiempo propio de esta nueva empresa.
Habr¨ªa que a?adir la obligatoriedad de especializaci¨®n para los consejos de las entidades financieras.
En el ¨¢mbito de la transparencia no basta con revelar los conflictos de intereses y que sea el mercado quien juzgue sobre ellos. Hay que regular y prohibir aquellos que desde d¨¦cadas oscurecen la transparencia y generan abusos y fraudes. La prohibici¨®n de los nominees que ocultan identidades sobre la titularidad de las operaciones y la reconversi¨®n de los para¨ªsos fiscales y financieros offshore en plazas transparentes.
Se tratar¨ªa de prohibir los conflictos de intereses en la prestaci¨®n de los servicios de auditoria de firmas que tambi¨¦n los prestan de consultor¨ªa o asesoramiento legal y fiscal a las mismas empresas que auditan. Las empresas de rating que eval¨²an los riesgos y la solvencia de entidades vinculadas a sus propios accionistas. Las actividades de an¨¢lisis financiero por parte de entidades que se analizan ellas mismas o a sus participadas y a sus clientes m¨¢s estrechos, estableciendo recomendaciones sobre ellos. Procesos, todos ellos, en los que el conflicto de inter¨¦s nubla el buen juicio y las valoraciones objetivas.
2. La competencia leal. Muchas son las empresas que desarrollan su modelo de negocio en ese territorio gris que se basa en realizar pr¨¢cticas abusivas o desleales de competencia, porque sus beneficios compensan sobradamente las multas que han de pagar si pierden los pleitos en los tribunales de la competencia. Un aumento de los supuestos y sanciones en esta materia deber¨ªa acometerse mediante una nueva normativa.
3. La lucha contra la corrupci¨®n. Sectores muy relevantes de nuestra econom¨ªa desarrollan en muchas de sus empresas pr¨¢cticas corruptas algunas ilegales y otras en ese terreno gris de la captura del funcionario al que luego se recoloca en puestos de nivel en el sector privado y un largo etc¨¦tera de actuaciones que no son responsables, ni se concilian con la ¨¦tica de los negocios.
4. Las relaciones responsables con los medios de comunicaci¨®n. Cu¨¢ntas veces hemos o¨ªdo decir: "A ver si el Gobierno proh¨ªbe la telebasura, o los confidenciales basura, pretendiendo que se conculque uno de los derechos fundamentales como es el de expresi¨®n". O bien: "A ver si la direcci¨®n de tal o cual cadena de televisi¨®n proh¨ªbe tal o cual programa, haci¨¦ndose el harakiri en el programa de m¨¢s audiencia".
Ello sin valorar que la subsistencia de este tipo de programas y medios depende de la publicidad de las empresas. Las empresas responsables no deben poner su dinero en ese tipo de programas y medios donde se cometen delitos contra derechos fundamentales de los ciudadanos.
5. La protecci¨®n ambiental. Est¨¢ demostrado que la ciudadan¨ªa en general y los j¨®venes en particular valoran cada vez m¨¢s las actuaciones encaminadas a la protecci¨®n de nuestro medio natural. Especialmente aquellas que van m¨¢s all¨¢ de lo que las normas exigen y muestran a las empresas que las practican como entidades responsables y comprometidas con la problem¨¢tica del cambio clim¨¢tico.
6. La innovaci¨®n responsable y la ecoeficiencia. Es evidente que toda empresa tiene la responsabilidad de innovar. Y esto es especialmente necesario en nuestro pa¨ªs, que se sit¨²a en uno de los puestos de cola de la UE en innovaci¨®n, mientras se le reconoce como una de las diez econom¨ªas m¨¢s grandes e importantes del mundo.
7. La acci¨®n social. Apoyar a los desfavorecidos y desarrollar planes de actuaci¨®n en colaboraci¨®n con sus empleados que den soluciones a las necesidades de las minor¨ªas marginadas y que sean catalizadores de motivaci¨®n entre la plantilla.
8. El mecenazgo. En los pa¨ªses modernos es cada vez m¨¢s frecuente el hecho de que sea el sector privado quien apoye el acervo cultural, hist¨®rico, patrimonial, art¨ªstico y deportivo de un pa¨ªs. El papel de las empresas responsables es crucial en ello y los retornos en ventas, que no s¨®lo en imagen, suelen ser espectaculares.
9. Recursos humanos. Las empresas responsables y sostenibles desarrollan una pol¨ªtica de compensaciones sociales m¨¢s all¨¢ de las normas laborales, con la finalidad de aumentar la motivaci¨®n de su plantilla, asegurar una fidelizaci¨®n mayor y mejorar la calidad de vida de sus empleados que redunde en una mayor efectividad de su trabajo.
Nuevos valores y principios empresariales. Para que este paradigma de empresa se consolide hace falta que se instalen en las organizaciones unos nuevos valores.
Aparecen nuevos fundamentos de la empresa responsable y sostenible, tales como la apertura y sensibilidad hacia el entorno, el sentido de comunidad, la capacidad de innovar, la consideraci¨®n del largo plazo y la creaci¨®n de valor. Para su implantaci¨®n en las empresas se requieren nuevos valores y principios que son parejas de ¨¦stos, muy vinculados al humanismo y a las habilidades y sentimientos de los seres humanos, y de los tradicionales, que son complementados contraponi¨¦ndolos y potenci¨¢ndolos entre s¨ª: 1. Bien com¨²n y bien propio. 2. Colaboraci¨®n y competitividad. 3. Emocional y racional. 4. Confianza y control. 5. Aprendizaje y eficiencia. 6. Coherencia e imagen. 7. Di¨¢logo y comunicaci¨®n. 8. Holarqu¨ªa y jerarqu¨ªa. 9. Diversidad y uniformidad. Ellos configuran la columna vertebral, el pulm¨®n y el coraz¨®n de las nuevas empresas responsables y sostenibles, y definen su nueva misi¨®n como organizaciones orientadas al beneficio de todos los grupos de inter¨¦s que participan en el mundo de la empresa, empezando por los accionistas, que son los m¨¢s importantes pero no los ¨²nicos. As¨ª, este nuevo modelo de empresa asegura y combina mejor la funci¨®n econ¨®mica que le es propia y la responsabilidad con la sociedad en la que desenvuelve su actividad. El di¨¢logo permanente y fluido con todos los grupos de inter¨¦s es otra de las caracter¨ªsticas irrenunciables de esta nueva econom¨ªa de la empresa, que la hace mucho m¨¢s fuerte, flexible y eficiente y que potencia enormemente la estrategia empresarial y su sostenibilidad.
El compromiso de la sociedad civil. Hemos perdido mucho tiempo mirando para otro lado desde la sociedad civil en relaci¨®n con este nuevo paradigma empresarial. Hemos dejado espacios de la libertad econ¨®mica preciada y preciosa que no hemos sabido cubrir con responsabilidad y compromiso. Hemos permitido los excesos de un capitalismo economicista extremo porque hemos exigido autorregulaci¨®n sin ejercer autocontrol y autocr¨ªtica. Y ¨¦sta es una ecuaci¨®n que no puede funcionar, como desgraciadamente se ha demostrado.
Pero nunca es tarde si la dicha es buena y, a pesar de los vientos intervencionistas que soplan por doquier al socaire de la crisis financiera internacional, ser¨ªa bueno para la nueva econom¨ªa de mercado basada en la empresa responsable y sostenible que los pol¨ªticos dejaran a los grupos de inter¨¦s encabezados por los empresarios la iniciativa de desarrollar e implementar los contenidos de la RSE en las empresas, en un ejercicio sano de la libertad de empresa, y regular por una norma de transparencia la manera de reportar y trasladar al mercado la ejecuci¨®n de la misma.
Aldo Olcese es presidente de la Secci¨®n de Ciencias Empresariales y Financieras de la Real Academia de Econom¨ªa.
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