El primer paso
La cumbre de Washington consigue acuerdos de principio y una agenda para combatir la crisis
Las conclusiones finales de la cumbre de Washington vienen a reconocer que la soluci¨®n para la crisis financiera y la recesi¨®n que amenaza a la mayor parte de las econom¨ªas desarrolladas s¨®lo puede afrontarse mejorando la supervisi¨®n del sistema financiero mundial y, por otra parte, aplicando pol¨ªticas coordinadas para reactivar la econom¨ªa. Constituye un ¨¦xito inicial que los 22 pa¨ªses asistentes se hayan puesto de acuerdo en las l¨ªneas estrat¨¦gicas para combatir la crisis financiera. Hay que felicitarse de que su diagn¨®stico y plan de acci¨®n sea bastante m¨¢s expl¨ªcito de lo que cab¨ªa esperar y de que, adem¨¢s, los pa¨ªses se hayan dotado de un calendario estricto para desarrollar los acuerdos.
El comunicado final de la cumbre transmite una idea de seriedad y de urgencia. Es verdad que s¨®lo propone principios gen¨¦ricos de reforma del sistema financiero y l¨ªneas muy generales de actuaci¨®n econ¨®mica, quiz¨¢ porque existen diferencias profundas entre las posiciones de la Administraci¨®n americana actual -probablemente distintas de las que mantenga la futura Administraci¨®n de Obama- y las europeas, m¨¢s partidarias de una supervisi¨®n f¨¦rrea sobre las actividades financieras de riesgo y los fondos de inversi¨®n. Pero deja bien claro que el sistema financiero mundial debe reformarse sobre los principios de una mayor transparencia y rendici¨®n de cuentas de todos los agentes financieros (como quer¨ªa Europa) y se da hasta marzo para que los pa¨ªses coordinen sus reformas regulatorias en profundidad. Aunque no se considera necesario un supervisor global, al menos se admite la necesidad de una reforma de las instituciones multilaterales -FMI y Banco Mundial-; es igualmente pertinente. La mayor¨ªa de los compromisos, y esto es prueba de seriedad, distinguen entre acciones a medio plazo y acciones inmediatas. Los m¨¢s relevantes se emplazan a pr¨®ximos encuentros en marzo del a?o que viene. Por tanto, hay que suponer que la cumbre de ayer es el primer paso necesario, aunque todav¨ªa modesto, para reformar la arquitectura financiera mundial.
El otro gran riesgo frente a esta cumbre radicaba en que las pol¨ªticas proteccionistas se acabaran imponiendo ante las p¨¦rdidas de crecimiento econ¨®mico y de empleo. Aparentemente, no ha sido as¨ª. Es m¨¢s, la cumbre insta a que antes de finales de a?o se alcance un principio de acuerdo sobre la ronda de liberalizaci¨®n comercial de Doha.
Entre los avances de la cumbre de ayer hay que anotar que lo es la mera presencia y el papel que jugar¨¢ en estos encuentros la Rep¨²blica Popular China, que es la verdadera potencia mundial emergente por su capacidad financiera y su posici¨®n privilegiada de acreedor m¨¢ximo de Estados Unidos. Sin su colaboraci¨®n activa, los desarrollos de la cumbre en materia de coordinaci¨®n monetaria y supervisi¨®n financiera no tendr¨¢n ¨¦xito.
La presencia de Espa?a en esta reuni¨®n estaba amparada en razones poderosas y constituye un ¨¦xito pol¨ªtico. Para ratificarlo, conviene mantener este grado de participaci¨®n en el desarrollo de los acuerdos. Ha hecho bien Rodr¨ªguez Zapatero en admitir que quedan decisiones por tomar en materia presupuestaria. El Gobierno espa?ol debe instrumentar cuanto antes un plan de inversi¨®n p¨²blica para que la recesi¨®n en ciernes no se prolongue en Espa?a. De lo contrario, de poco servir¨ªa haber estado en esa foto inicial.
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