Sopor
Es el villano menos cinematogr¨¢fico que he visto nunca aunque sea el hombre al que todos los espa?oles pueden detestar. Tiene papada, mirada acuosa, actitud perruna, una calvicie re?ida con la sensualidad, voz monocorde, rostro de cemento. Se llama Luis Rold¨¢n. Es el protagonista de un programa tan tedioso como in¨²til dedicado a sus viejas e inolvidables haza?as, las de un virtuoso en esa cosita tan humana, ancestral, obscena y cansina del: "?A pillar, a pillar mientras puedas, que son dos d¨ªas!".
Se supone que al personal lo ¨²nico que nos interesaba de la entrevista con truhan tan poco est¨¦tico era la utop¨ªa de que nos contara la ubicaci¨®n de su tesoro y que en un gesto suicida el "arrepentido" se chotara de sus antiguos colegas en la productiva cloaca, de asesinos pagados por el Estado, de los m¨¢s poderosos e intocables en aquellas siniestras movidas. Pero nada de nada. Que la pasta se la guind¨® Paesa (un personaje que le dar¨ªa juego a Le Carr¨¦), que fue malo pero que la soledad de su celda le ha hecho bueno, que le preocupan mucho los hu¨¦rfanos de la Guardia Civil, que el tal Jos¨¦ Blanco se ha construido una mansi¨®n cojonuda en Galicia y nader¨ªas por el estilo.
Su racial inquisidora responde al apellido de Campos. Se expresa fatal, maneja verborrea de carnicera honrada, es de esa especie insoportable que exhibe su filosof¨ªa vital con esa ordinariez populista de "hay que llamar al pan, pan y al vino, vino". Corta todo el rato a su as¨¦ptico invitado, intenta triturarle, quiere ser la voz del pueblo llano, su incansable retah¨ªla de espont¨¢neos e inquisitivos tics verbales como ?ah, eh, bueno, ya, vamos! me ponen de los nervios. Llego a la deducci¨®n de que el desdichado Rold¨¢n anda tieso de pasta y que ha ido a este vacuo programa por cuesti¨®n de estricta subsistencia, ya que no tiene sentido aguantar el castigo que supone esa se?ora si te est¨¢ esperando tu bot¨ªn en las Caim¨¢n. Macca y Cerd¨¢n hacen preguntas con sentido. Los dem¨¢s, muy dignos ellos, practican esa cosita tan facilona del tiro al mu?eco. Gracios¨ªsima la certidumbre de la numantina y pintoresca Mar¨ªa Antonia Iglesias de que la ¨²nica manzana podrida de aquel PSOE fue Rold¨¢n, que la gente ya ni se acuerda del resto de los injustamente imputados.
Lo que yo dar¨ªa por el placer de ver al Laughton de Testigo de cargo o al Stewart de Anatom¨ªa de un asesinato interrogando al incomparable seductor Felipe Gonz¨¢lez. So?ar es gratis.
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