Un debate sobre supuestos

Los presupuestos siempre tienen algo de tentativo; a partir de una previsi¨®n de ingresos se establecen las prioridades de gasto de acuerdo con ciertas prioridades pol¨ªticas. Pero los presupuestos de la Generalitat para 2009 se elaboraron en la confianza de que el Gobierno cumplir¨¢ su promesa de pactar un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. O, en su defecto, que el Ministerio de Hacienda autorizar¨¢ un mayor recurso al d¨¦ficit para cuadrar las cuentas. Eso explica que el gasto previsto en Farmacia sea inferior al gasto real de 2006 y 2007; que los fondos para cubrir el coste de los conciertos con colegios privados sea claramente insuficiente, como han denunciado los sindicatos de Educaci¨®n; que la financiaci¨®n de las universidades s¨®lo se ajuste a sus necesidades a trav¨¦s de un anexo a la ley de presupuestos que no indica el origen de la subvenci¨®n; o que el consejero de Bienestar Social reclame un pacto nacional para cubrir los costes de la Ley de Dependencia. Gerardo Camps, responsable de Hacienda, desliz¨® su ¨ªntima convicci¨®n de que el nuevo modelo de financiaci¨®n se pactar¨ªa antes de fin de a?o cuando entreg¨® las cuentas en las Cortes.

Los socialistas ven "pobres" unas cuentas que se anuncian "austeras"

Los diputados del PP han recurrido al mismo discurso victimista

Gerardo Camps est¨¢ convencido de que el nuevo sistema se aprobar¨¢ este a?o

Rambla: "Hacemos los deberes a pesar de las cortapisas del Gobierno"

Al cerrar las comparecencias de los consejeros ante la comisi¨®n de Presupuestos para explicar las cuentas de sus departamentos, Camps anticip¨® una inminente reuni¨®n bilateral con el secretario de Estado de Hacienda y dio por hecho que efectivamente se aplicar¨¢ un nuevo modelo a partir de enero. Pero ahora las cosas parecen estancadas. La confianza de unos y otros, la Generalitat y el Gobierno, en las posibilidades de llegar a un pacto, vaci¨® de contenido la primera semana de debates sobre las cuentas en las Cortes Valencianas porque las diferencias se plantearon sobre meros supuestos.

Vicente Rambla, vicepresidente y consejero de Presidencia, traz¨® una l¨ªnea de defensa a la que recurrieron pr¨¢cticamente todos los consejeros. "Somos un mill¨®n m¨¢s de personas que siguen siendo invisibles a ojos del presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero", sentenci¨®, "hacemos los deberes a pesar de las dificultades y cortapisas a que nos somete el Gobierno central". Alejandro Font de Mora, consejero de Educaci¨®n, aludi¨® a "una mal¨¦fica conjunci¨®n" entre la crisis econ¨®mica, que recortar¨¢ los ingresos de la Generalitat, y la ausencia de un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Manuel Cervera, consejero de Sanidad, fue m¨¢s dram¨¢tico, alert¨® sobre una quiebra inminente del sistema p¨²blico de salud y reivindic¨® su condici¨®n de llor¨®n ante el Gobierno central.

Los socialistas se esforzaron por recordar que el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica vigente, inspirado en el denominado modelo Zaplana, se pact¨® cuando gobernaba Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y con vocaci¨®n de permanencia. Tambi¨¦n apuntaron que la poblaci¨®n valenciana creci¨® m¨¢s entre 2001 y 2004 que entre 2004 y 2008, pero s¨®lo se ha convertido en un problema para la Generalitat desde que gobierna Zapatero. Pero fue in¨²til. Uno tras otro, todos los diputados del PP que tomaron la palabra ante la comisi¨®n de presupuestos recurrieron al mismo argumento victimista.

Los socialistas acertaron al calificar de "pobres" unos presupuestos que se presentaban como "austeros". Pero su posici¨®n en el debate tambi¨¦n estaba mediatizada desde el exterior. Cuando Zapatero anunci¨® que los socialistas de toda Espa?a evitar¨ªan entorpecer la tramitaci¨®n de las cuentas p¨²blicas de todas las Administraciones dej¨® al Grupo Socialista en las Cortes Valencianas en una posici¨®n complicada. Las comparecencias de los consejeros no llevaban aparejada ninguna votaci¨®n, de modo que los diputados socialistas descargaron sus cr¨ªticas sin temor a caer en contradicci¨®n. El consejero de Sanidad, por ejemplo, se mostr¨® sorprendido ante la crudeza de las cr¨ªticas que recibi¨® de Ignacio Sub¨ªas: "Se dir¨ªa que el cuerpo le pide votar no". O Mario Flores, consejero de Infraestructuras, no acab¨® de encajar las cr¨ªticas de Jos¨¦ Antonio Godoy a las f¨®rmulas de pago aplazado. "No es pan para hoy y hambre para ma?ana, es que el hambre ya se est¨¢ comiendo el pan para hoy", dijo Godoy. Las f¨®rmulas de pago aplazado empiezan a pasar factura. Infraestructuras empieza a pagar el peaje en la sombra que pagar¨¢ la CV-35 o la Consejera de Justicia se encuentra con que los pagos de obras ya ejecutadas se comen todos sus fondos para inversiones en el a?o pr¨®ximo y se ve obligada a recurrir a "f¨®rmulas adecuadas a la coyuntura actual". Pero tan convencidos est¨¢n los miembros del Consell de que habr¨¢ un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica que supondr¨ªa una inyecci¨®n adicional de unos mil millones de euros desde el Estado que Juan Cotino, vicepresidente y consejero de Bienestar Social, lleg¨® a explicar c¨®mo se distribuir¨¢n esos fondos: el 6% para atenci¨®n a discapacitados, el 14% para aplicar la Ley de Dependencia y el restante 80%, a dividir entre las consejer¨ªas de Educaci¨®n y Sanidad. Para nuevas inversiones, ni un euro.

Comprom¨ªs centr¨® sus cr¨ªticas en el aumento del gasto corriente y la externalizaci¨®n de servicios sin mayor control de las Cortes. Pero su protagonismo ser¨¢ mucho mayor cuando se produzca el debate de las enmiendas al presupuesto. Los socialistas no presentar¨¢n enmienda a la totalidad y los diputados han sido instruidos para que limiten al m¨¢ximo las enmiendas parciales. "Por responsabilidad", repiten los diputados socialistas. Pero lo cierto es que la primera ronda del debate de las cuentas de la Generalitat no vers¨® sobre una previsi¨®n clara de ingresos y gastos, sino sobre meros supuestos a la espera de que el Estado mueva ficha, aunque sea forzado desde Catalu?a.