Los referentes de la Espa?a civil
Los referentes son signos positivos a considerar en la historia y en la vida social espa?ola que marcan modelos de comportamiento, desde valores y desde principios. Los hay conceptuales y tambi¨¦n personales. Los primeros son ideas y creencias que refuerzan la Espa?a civil y la orientan en su desarrollo. Entre ellas podemos se?alar la laicidad, la igualdad de g¨¦nero, los nuevos derechos al medio ambiente, al aire limpio, al agua limpia, al avance en ideas como la vida digna, el derecho a morir ante la vida irremisiblemente deteriorada, entre otras muchas que marcan la vanguardia de la reflexi¨®n para favorecer el dinamismo de la libertad que va de la libertad de elecci¨®n a la libertad moral y que necesita en la democracia la mediaci¨®n de la libertad social, pol¨ªtica y jur¨ªdica.
Yo recomendar¨ªa sosiego en las renovaciones de edad, m¨¢s equilibrio entre experiencia y juventud
No ha sido ni es un proceso pac¨ªfico. Ha tenido fracasos y retrocesos m¨²ltiples y las ideas y las personas han sido laceradas y crucificadas resaltando su heterodoxia y su traici¨®n a la tradici¨®n de la mejor Espa?a. La culminaci¨®n de esa resistencia fue la Guerra Civil que sepult¨® a la Segunda Rep¨²blica, un r¨¦gimen bien intencionado, limpio, que naufrag¨® por la exaltaci¨®n de algunos entusiasmos excesivos y a veces desmesurados y por la incapacidad de comprensi¨®n de las derechas. El franquismo en sus m¨²ltiples facetas represent¨® el antimodelo de la Espa?a "zaragatera y triste, devota de Frascuelo y de Mar¨ªa" que profetiz¨® Antonio Machado. Todav¨ªa muchos se resisten a la memoria hist¨®rica, o s¨®lo la defienden sesgada y parcial.
Entre los modelos hist¨®ricos conceptuales estaban las Constituciones de 1812, de 1869 y de 1931, que marcaban las ideas de progreso de Estado de derecho y de derechos humanos. Entre los personales estaban Agust¨ªn Arguelles, Espartero, Prim, Castelar, Giner de los R¨ªos, Fernando de los R¨ªos, Aza?a o Besteiro, entre otros. Y la memoria m¨¢s actual, la que marca una idea activa y posible de la Espa?a civil, es la que supone el legado de la transici¨®n, de ese inmenso acto social que devolvi¨® la democracia a Espa?a. Por eso los referentes conceptuales los marca la Constituci¨®n de 1978, que representa el n¨²cleo b¨¢sico de nuestros acuerdos de convivencia, con ideas renovadoras como ese federalismo funcional que representan las autonom¨ªas, combinadas con la soberan¨ªa exclusiva que corresponde a Espa?a, al pueblo espa?ol, a la idea de la naci¨®n de naciones y de regiones y a un cat¨¢logo de derechos y de garant¨ªas moderno y progresivo.
Conviene, en ese contexto, recordar los referentes personales para que no caigan en el olvido ahogados por una marea de juvenilismo que inunda nuestro panorama pol¨ªtico. Sus pecados anteriores, si los tuvieron, porque 40 a?os de dictadura da?aron mucho a las conciencias, deben ser perdonados sin reticencias por los enormes beneficios posteriores que produjeron. Entre ellos, en primer lugar, el rey Juan Carlos, que hizo posible que empezasen las reformas; Adolfo Su¨¢rez, que con Leopoldo Calvo-Sotelo, Fernando Abril Martorell, Landelino Lavilla, Rodolfo Mart¨ªn Villa, Torcuato Fern¨¢ndez Miranda, Antonio Hern¨¢ndez Gil, Miguel Roca, Manuel Fraga, Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra, Santiago Carrillo, Txiqui Benegas, Tarradellas, Jordi Pujol o Juan Ajuriaguerra, culminaron el esfuerzo. Otros despu¨¦s colaboramos en los momentos culminantes con la redacci¨®n de la Constituci¨®n.
Ese n¨²cleo de buen sentido que representaron las generaciones que hicimos la transici¨®n debe ser potenciado y protegido. Para m¨ª el referente personal de la transici¨®n es el actual presidente de la Comisi¨®n Constitucional, Alfonso Guerra, persona culta, con ideas claras y un pensamiento socialista arraigado y vivo. Desgraciadamente, hace poco nos dej¨® el otro referente de la misma generaci¨®n, Gabriel Cisneros, ejemplo de rectitud moral y de amor a Espa?a y a la libertad. Hay otras personas, m¨¢s j¨®venes, en el Gobierno pero que son tambi¨¦n herederos en experiencia y en acierto de aquellas generaciones. Son Pedro Solbes, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, juiciosos y con buen sentido. El presidente Rodr¨ªguez Zapatero es la nueva generaci¨®n que produjo la transici¨®n.
En el Partido Popular creo que se debe situar a su presidente, Mariano Rajoy, recuperado desde su perspectiva para un proyecto de futuro, cuando dej¨® de maldecir y puso una luz sobre la barricada. Tambi¨¦n Javier Arenas representa una parte del esp¨ªritu de UCD volcado en el PP.
Creo que puedo hablar con autoridad y con libertad, porque si fuera un referente, lo cierto es que estoy amortizado, y eso me produce una gran autonom¨ªa. Si alguien me hubiera preguntado por el proceso de reformas, adem¨¢s de las cuatro o cinco sobre la Constituci¨®n, especialmente la reforma del Senado, de la igualdad hombre-mujer en la sucesi¨®n a la Corona, referencia expresa a las instituciones de la Comunidad Europea y adelgazamiento del T¨ªtulo de las Autonom¨ªas, derogando los art¨ªculos ya cumplidos y desarrollados, hubiese opinado de forma diferente respecto a lo que despu¨¦s se hizo: primero reforma de la Ley Electoral, reforma de la Constituci¨®n y s¨®lo despu¨¦s reforma de los estatutos. Tambi¨¦n hubiera recomendado sosiego en las renovaciones de edad en los pol¨ªticos y el equilibrio entre experiencia y juventud. ?Contengamos el s¨ªndrome de Peter Pan!
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid.
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