Libro cocinado, libro crudo
El Ateneu Barcelon¨¨s siempre ha tenido un punto de cosa civilizada, culta, que su noucentista presidente, Oriol Bohigas, ha potenciado estos a?os. Por eso, cuando recuperan de alguna manera la tertulia intelectual marca de la casa, lo llaman Tribuna Ateneu, al t¨ªtulo logotipo le ponen un discreto tenedor pinchando el punto de la i, lo dejan en 25 euros (30 para los no socios) y se ponen a comer. Eso s¨ª, el invitado que diserta no habla hasta los caf¨¦s. Faltar¨ªa.
Tras dos consellers, tocaba ayer escuchar a Antonio Ram¨ªrez, responsable de ese milagro llamado La Central, nacido en unos bajos de la calle de Mallorca de Barcelona y que hoy es toda una pyme cultural: posee ya seis librer¨ªas, dos en Madrid; mucho m¨¦rito teniendo presente que el negocio se hace con libro de fondo, tono cultista y ni un solo mil¨ªmetro al best-seller.
Cocin¨® Antonio Ram¨ªrez, de La Central, un 'libro' ante socios del Ateneu de gustos 'noucentistes'
Parec¨ªa Ram¨ªrez que iba a amargar la comida (m¨¢s noucentisme: pastel de pescado, carne con bolets y tres bolas de heladito con galletita en abanico) al avanzar que abordar¨ªa la digitalizaci¨®n editorial, cuando la convocatoria rezaba ?Hay futuro para las librer¨ªas? ?Buf! Pero estaba inspirado el librero, que arranc¨® asegurando que "al lector se le arrastra a la lectura digital, no lo est¨¢ pidiendo" y sigui¨® con la teor¨ªa de la cocci¨®n libresca: est¨¢n, por un lado, los libros y textos "inmediatos, l¨ªquidos, cuya publicaci¨®n ya comporta lanzarlos en la Red, retocarlos, reenviarlos, reescribirlos si cabe". Frente a ellos, los "libros cocinados, editados, fijados en su forma y autor¨ªa". Iconoclasta, destrozaba otro t¨®pico de la Red: el fin de intermediarios entre escritor y lector. "El producto libro no llega hoy al usuario como lo escribi¨® el autor, hay toda una serie de gestos y capas de valor que le dan libreros y editores y que lo convierten de objeto material en uno con valor simb¨®lico". Y quiz¨¢ tenga sentido la edici¨®n digital de libro cient¨ªfico, el que quiera comprar uno s¨®lo por necesidad ("antes tra¨ªamos muchos desde EE UU, hoy eso lo hace mejor Amazon"), pero est¨¢ el peligro de que "de ese paisaje con r¨ªos, alg¨²n pico y lugares que olvidar se pase a algo plano, orograf¨ªa ligada "s¨®lo a dos: Google y Amazon".
"Que dice que distribuidoras y editoriales les hacen m¨¢s caso desde que tienen tienda en Madrid", hace de altavoz de un Ram¨ªrez ya en pleno coloquio una se?ora a su compa?era, de m¨¢s edad, en una mesa con alguna que otra lentejuela en un comedor cargado de francotiradores, como el editor Jaume Vallcorba, que recordaba que "llibrer es el que vende libros y llibreter, el que vende libretas, como dec¨ªa Foix". Y a tumba abierta respond¨ªa el llibrer: "El modelo de negocio es insostenible: el sistema necesita mucho libro crudo, y eso explica la sobreproducci¨®n de t¨ªtulos... Pero hay gente que quiere leeer cosa seria y en papel: nos lo confirma cada d¨ªa la caja". ?No hay crisis? "S¨®lo lo hemos notado en los centros de los museos, pero en los otros tenemos hasta m¨¢s gente los viernes y s¨¢bados; el libro es un bien refugio". "S¨ª, s¨ª, nosotros hemos facturado ya este noviembre como todo el a?o pasado", dec¨ªa desde su mesa Gerard Remendo ( librer¨ªa Saltamart¨ª, Badalona). Pero ?nada de crisis? "Sufriremos m¨¢s por los bancos: nos cuesta tener las p¨®lizas que te aguanten entre los 90 d¨ªas que pagas el libro a los 140 que tardas t¨² en venderlo si apuestas por el fondo". ?Hay que retocar Sant Jordi? "Es una diada irracional, pero que aporta entre un 7% y un 12% de la facturaci¨®n de todo el a?o: mejor no tocarlo". ?Siguen leyendo los j¨®venes? "Antes, estudiar Humanidades era, tambi¨¦n, crear tu biblioteca, pero eso se ha perdido en dos generaciones". ?Qu¨¦ librer¨ªas sobrevivir¨¢n? "Las que hagan de la compra un placer". Stop. 16.00 horas: final de charla seg¨²n la norma noucentista en tiempos sin copa ni puro. En realidad, el libro ya estaba cocido.
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