"Las mejores palabras en el mejor orden"
El lugar en el que se cruzan la eternidad y el tiempo. La energ¨ªa que nace de la contradicci¨®n. Una emoci¨®n reconstruida... Todo eso, dice la tradici¨®n, puede ser la poes¨ªa, esa manera de usar el lenguaje que, como quer¨ªa Percy B. Shelley, "levanta el velo que cubre la belleza oculta del mundo y hace aparecer los objetos familiares como si no lo fueran". Mucho m¨¢s escueto y siguiendo a sus propios cl¨¢sicos, Luis Cernuda lo dijo as¨ª: "Las mejores palabras en el mejor orden".
La b¨²squeda de una definici¨®n para su propio oficio es una de las ocupaciones m¨¢s antiguas de los poetas. Otra es discutir el car¨¢cter minoritario de ese oficio. ?Malos tiempos para la l¨ªrica? Lo dijo Bertolt Brecht hace medio siglo, lo cant¨® Golpes Bajos hace dos d¨¦cadas y el a?o pasado lo certificaron las estad¨ªsticas. La encuesta sobre h¨¢bitos de lectura en 2007 promovida por la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a es rotunda. El 94,2% de lectores habituales lo son de novela y cuento. El porcentaje restante se lo reparten el ensayo (3,6%), el teatro (0,9%) y la poes¨ªa (1,3%). Comparados con los de narrativa, en efecto, los lectores de poes¨ªa son un bien escaso. Comparados con los que hab¨ªa hace 50 a?os, la escasez no es tanta. Fruto de una demanda limitada pero creciente es tambi¨¦n una mayor oferta. "Antes depend¨ªas de las bibliotecas de los amigos, porque ni se editaba tanto ni los libros llegaban a las librer¨ªas. Por no hablar de Internet, que ha revolucionado la difusi¨®n de la poes¨ªa", recuerda Mar¨ªa Victoria Atencia, premio de la Cr¨ªtica en 1998 por Las contemplaciones (Tusquets) y, a sus 77 a?os, uno de los grandes nombres de la generaci¨®n de los cincuenta. Para Atencia, no obstante, es dif¨ªcil que la poes¨ªa pierda su car¨¢cter minoritario: "Pero no es un g¨¦nero residual". As¨ª pues, un 1,3% de pura intensidad. En palabras de Francisco Brines: "La poes¨ªa no tiene p¨²blico, tiene lectores".
Gamoneda: "La literatura descansa en la ficci¨®n. La poes¨ªa, sea clara u oscura, no. Manifiesta hechos existenciales, es una emanaci¨®n de la vida"
Por otro lado, hace ya tiempo que los poetas le retorcieron el cuello al cisne de la cursiler¨ªa. Herm¨¦tica o prosaica, la poes¨ªa moderna ha elevado su nivel de exigencia hasta romper con los clich¨¦s que la hab¨ªan disecado como un desahogo rimado para gente con la cabeza en las nubes. Pablo Garc¨ªa Baena, que acaba de publicar la antolog¨ªa Rama fiel (Universidad de Salamanca) y de recibir el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa, el m¨¢s prestigioso de Iberoam¨¦rica, recuerda los tiempos en los que empez¨® a publicar: "La verdadera poes¨ªa estaba ausente. Abundaban los recitadores folcl¨®ricos que imitaban a Lorca". Con todo, el autor cordob¨¦s, de 85 a?os, no pierde de vista la famosa dedicatoria de Juan Ramon Jim¨¦nez -"A la inmensa minor¨ªa"- al se?alar que la poes¨ªa necesita un determinado contexto -"No creo en la poes¨ªa para campos de f¨²tbol"-, es decir, soledad y silencio, otros dos bienes escasos. "Mientras una novela te entretiene y te hace tomar distancia, un poema te hace pensar y revivir cosas que son tuyas. Los poetas se meten en tu vida. Y eso es duro".
En esa distinci¨®n entre la lectura de poes¨ªa y la de narrativa coincide tambi¨¦n Antonio Gamoneda. Para el premio Cervantes de 2006, la poes¨ªa no es literatura: "La literatura descansa en la ficci¨®n. La poes¨ªa, sea clara u oscura, no. Manifiesta hechos existenciales (sufrimientos, gozos, temores), es una emanaci¨®n de la vida". En opini¨®n del autor leon¨¦s, de 77 a?os, la poes¨ªa trasciende los g¨¦neros literarios -"Hay mucha poes¨ªa en Kafka"- pero en medio del ruido de la modernidad ha perdido su funci¨®n primitiva: "Empez¨® siendo el ¨²nico medio de comunicaci¨®n. Era uno de sus grandes valores en la Edad Media. Ese espacio lo ocupa ahora la televisi¨®n. Si ¨¦sta ocupa todo el cerebro de la gente, ser¨¢ el triunfo del consumo sobre la reflexi¨®n".
"Lo que dicen los poetas sigue siendo importante", afirma Carlos Pardo, de 33 a?os y ganador del Premio de la Generaci¨®n del 27 con Echado a perder (Visor). "Hay un margen que s¨®lo puede llenar la poes¨ªa: el de la reflexi¨®n sobre el lenguaje, el de la m¨²sica de las palabras. Esto ¨²ltimo algunos lo encuentran tambi¨¦n en las canciones, pero tampoco hay tanta diferencia", contin¨²a Pardo, que adem¨¢s de escritor es coordinador de Cosmopo¨¦tica, el festival de poes¨ªa de C¨®rdoba -que este a?o celebr¨® su quinto aniversario, con los premios Nobel Seamus Heaney y Dario Fo entre 200 autores-, uno de los referentes del g¨¦nero al lado de la Semana de Poes¨ªa de Barcelona y del Festival de Poes¨ªa de Medell¨ªn en Colombia. Los festivales, de hecho, se han convertido en la mejor prueba de que la poes¨ªa puede salir del gueto. "Lo bueno es que a las lecturas", cuenta Pardo, "viene gente desprejuiciada a escuchar a poetas a veces muy arriesgados. Y funciona". Eso s¨ª, hay m¨¢s espectadores que lectores. Superventas aparte, si vale la palabra, y atendiendo a las tiradas medias, Pardo calcula que hay en Espa?a alrededor de mil lectores-compradores puros de poes¨ªa: "A un festival va gente que no compra libros de poemas, pero el pesimismo no est¨¢ justificado. Cada vez hay m¨¢s lectores. Adem¨¢s, se ha roto el provincianismo. Cada vez se publica m¨¢s poes¨ªa extranjera, y m¨¢s latinoamericana".
La industria editorial espa?ola, en efecto, se est¨¢ poniendo al d¨ªa respecto a la l¨ªrica escrita en Am¨¦rica Latina. Un fen¨®meno reciente. "Yo hice un curso en una universidad de Madrid en los a?os noventa y algunos profesores dec¨ªan directamente que no les interesaba. Eso ha cambiado", recuerda la colombiana Piedad Bonnett, de 57 a?os, que en el transcurso del pasado festival VivAm¨¦rica present¨® en Espa?a su libro Las herencias (Visor). Los herederos de C¨¦sar Vallejo y Pablo Neruda no son ya aves raras en el cat¨¢logo de las editoriales espa?olas. Algunos, no obstante, no son tan optimistas. Es el caso del poeta canario Andr¨¦s S¨¢nchez Robayna, coautor junto a Jos¨¦ ?ngel Valente, el uruguayo Eduardo Mil¨¢n y la peruana Blanca Varela de la antolog¨ªa Las ¨ªnsulas extra?as (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), en la que Miguel Hern¨¢ndez conviv¨ªa con Lezama Lima y Gil de Biedma con Ida Vitale porque el criterio de selecci¨®n era la lengua espa?ola y no la nacionalidad: "Se edita, es cierto, pero dudo que los libros tengan incidencia real. Eso s¨ª, estamos lejos de afianzar un espacio cultural hisp¨¢nico al modo en que lo est¨¢, con una lengua menos fuerte hoy, la francofon¨ªa".
Uno de los incluidos en aquella antolog¨ªa, Tom¨¢s Segovia, es un buen exponente de esa cultura transatl¨¢ntica. Nacido en Valencia hace 81 a?os, vivi¨® en M¨¦xico durante d¨¦cadas y ahora lo hace en Espa?a, donde acaba de recibir el Premio Internacional Garc¨ªa Lorca. Seg¨²n Segovia, el franquismo detuvo la poes¨ªa latinoamericana en los alrededores del modernismo para el lector espa?ol. "Hay mucho que recuperar", explica, "pero los nombres de poetas como Juan Gelman, Gonzalo Rojas o Eugenio Montejo empiezan ya a estar en boca de la gente". Respecto al futuro de la poes¨ªa, el autor de Siempre todav¨ªa (Pre-Textos) tampoco es pesimista: "Su valor num¨¦rico no se corresponde con su prestigio, que es enorme. ?Que no la leen? Ya la leer¨¢n dentro de 200 a?os. La influencia de la poes¨ªa se extiende por contagio, cuerpo a cuerpo". -
Un siglo de versos
EL PA?S empieza ma?ana con Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Antonio Machado su biblioteca de los mejores poetas espa?oles y latinoamericanos del siglo XX, titulada Colecci¨®n de Poes¨ªa, ofreciendo estos dos primeros libros por el precio de uno (8,95 euros). Se trata de 30 antolog¨ªas, dirigidas por Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, que se vender¨¢n cada mi¨¦rcoles, en ediciones especiales de tapa dura y dise?o exclusivo para cada autor. EL PA?S acercar¨¢ los versos y la poes¨ªa a sus lectores a trav¨¦s de nombres siempre vigentes, rescatar¨¢ a otros autores y descubrir¨¢ para el p¨²blico espa?ol a algunos. La colecci¨®n incluye poetas que van desde Pablo Neruda, Federico Garc¨ªa Lorca, C¨¦sar Vallejo, Vicente Aleixandre, Gabriela Mistral y Jos¨¦ Hierro hasta Jaime Gil de Biedma, Vicente Huidobro, Alfonsina Storni, Luis Cernuda, Jos¨¦ ?ngel Valente y ?ngel Gonz¨¢lez, pasando por Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Aurelio Arturo y Roberto Juarroz. Cada libro cuenta con un pr¨®logo a cargo de pensadores, m¨²sicos, cineastas y escritores como el propio Caballero Bonald, Emilio Lled¨®, Juan Luis Cebri¨¢n, Joan Manuel Serrat, Almudena Grandes, Gonzalo Su¨¢rez, Manuel Rivas, Joaqu¨ªn Sabina, Juan Goytisolo, Clara S¨¢nchez, Benjam¨ªn Prado, Eduardo Arroyo y Luis Garc¨ªa Montero.
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