PIB, empleo y productividad, la eterna discusi¨®n
Parec¨ªa a muchos imposible, pero ha sucedido. La plaga de la recesi¨®n econ¨®mica est¨¢ azotando a las econom¨ªas m¨¢s fuertes y equilibradas financieramente (muy competitivas y sin d¨¦ficit), as¨ª que la espa?ola, que ha exhibido estos ¨²ltimos a?os una notable fortaleza, pero tambi¨¦n significativas debilidades -entre ellas, un enorme endeudamiento que la hace especialmente sensible a la crisis financiera-, no pod¨ªa quedar al margen (gr¨¢fico superior izquierdo).
El INE certific¨®, como suele ser habitual, la estimaci¨®n que hizo el Banco de Espa?a unas dos semanas antes, de una ca¨ªda intertrimestral del PIB del 0,2% y un crecimiento interanual del 0,9% (gr¨¢fico superior derecho) en el tercer trimestre. Que nadie piense, sin embargo, que hay colusi¨®n entre los dos organismos a la hora de confeccionar la contabilidad nacional (tampoco estar¨ªa mal, porque cuatro ojos ven m¨¢s que dos), pues las coincidencias se limitan a estas cifras. Cuando se analiza la composici¨®n de ese crecimiento, el INE da un mayor deterioro de la demanda interna, cuya aportaci¨®n al crecimiento interanual del PIB se limita a una d¨¦cima porcentual (tres d¨¦cimas el Banco de Espa?a), lo que se compensa con una mayor aportaci¨®n del saldo exterior. Es significativo, a este respecto, que la aportaci¨®n de este ¨²ltimo supera a la de la demanda interna por primera vez desde la crisis de 1992-1993, lo que, entre otras cosas, nos dice de qu¨¦ manera los hogares y las empresas est¨¢n apret¨¢ndose el cintur¨®n (reduciendo su gasto en consumo e inversi¨®n).
En mi modesta opini¨®n, las cifras del PIB de los ¨²ltimos trimestres est¨¢n sobreestimadas
Las empresas est¨¢n recibiendo una enorme ayuda (no s¨¦ si toda voluntaria) del fisco
A la vista de los indicadores de demanda interna, podr¨ªa decirse incluso que la contabilidad nacional se queda corta. Ca¨ªdas reales interanuales de m¨¢s del 6% en el ¨ªndice del comercio al por menor y en las ventas de bienes y servicios de consumo de las grandes empresas declaradas a la Agencia Tributaria, de casi el 3% en las pernoctaciones de espa?oles en hoteles, del orden del 5% del consumo de gasolinas y gas¨®leos de automoci¨®n y del 31,5% de las matriculaciones de autom¨®viles, por citar ejemplos significativos, no se compadecen muy bien con el crecimiento del 0,1% que estima la contabilidad nacional para el consumo de los hogares. Menos a¨²n si comparamos las ca¨ªdas de las disponibilidades de bienes de equipo estimadas por el MEH (-23,4%), de las matriculaciones de veh¨ªculos de carga (-50%) o de las ventas de bienes de equipo y software de las grandes empresas (-7,4%) con el crecimiento del 1% de la FBCF en equipo y otros productos de la contabilidad nacional. La misma impresi¨®n puede sacarse comparando las ca¨ªdas del IPI o de la cifra de negocios deflactada del sector industrial, mucho mayores que las del VAB (-2,5%) de ramas industriales de la CNTR.
En mi modesta opini¨®n, las cifras del PIB de los ¨²ltimos trimestres est¨¢n sobreestimadas, y ello se ve en el fuerte repunte que muestra la productividad por ocupado desde finales del pasado a?o (gr¨¢fico inferior izquierdo). No hay una medida directa de la productividad, pero suponer que ¨¦sta se acelera de manera tan significativa en esta fase del ciclo es cuando menos dudoso. Lo primero que hacen las empresas ante la ca¨ªda de la demanda es reducir la producci¨®n y las horas trabajadas. El ajuste de plantillas viene despu¨¦s, lo que se traduce en que, en los primeros momentos de recesi¨®n, la productividad por ocupado no s¨®lo no aumenta, sino que disminuye. Que se lo pregunten a los empresarios y, sobre todo, a los aut¨®nomos. Estamos ante un debate muy conocido entre los analistas de la coyuntura, el de si la contabilidad nacional suaviza los ciclos de crecimiento del PIB, lo que lleva a infraestimar el crecimiento de la productividad en las fases expansivas y a lo contrario en las recesivas.
Hay mucha riqueza informativa en la contabilidad nacional trimestral. Una de las m¨¢s significativas en estos momentos es la evoluci¨®n de los m¨¢rgenes empresariales por unidad producida, que est¨¢n registrando un fuerte repunte (gr¨¢fico inferior derecho), a pesar de que los costes laborales aumentan m¨¢s que el deflactor del PIB. La explicaci¨®n es que el tercero de los componentes de dicho deflactor, los impuestos netos sobre los productos, cae a tasas del 20%. Si esto es as¨ª, las empresas est¨¢n recibiendo una enorme ayuda (no s¨¦ si toda voluntaria) del fisco. El pap¨¢ Estado funciona, no s¨®lo para los bancos, sino tambi¨¦n para las familias y empresas.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)
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