El retraso de la Generalitat en los pagos ahoga a las entidades sociales
Empresas que prestan servicios p¨²blicos cobran con hasta cinco meses de demora
Las entidades sociales que prestan servicios p¨²blicos se mueven sobre el alambre: la Generalitat, para la que gestionan centros de acogida, residencias de ancianos y decenas de otros servicios, les paga ahora entre unos 5 y 10 d¨ªas m¨¢s tarde, lo que a efectos pr¨¢cticos supone un mes de retraso. En algunos casos, por presuntos errores burocr¨¢ticos, el retraso alcanza hasta los cinco meses. Esto pone en un brete a unas empresas forzadas a endeudarse en un panorama de severa restricci¨®n crediticia. "De seguir as¨ª no quedar¨¢ otra opci¨®n que renunciar a estos servicios o reducir nuestra plantilla", lamenta Ana Collado, gerente de ECOM, federaci¨®n que agrupa a 130 entidades de Catalu?a que atienden a discapacitados f¨ªsicos. El amago de colapso ha encendido las alarmas de un sector que da servicio a un mill¨®n de usuarios y emplea a unos 52.000 profesionales.
"La Generalitat nos debe 200.000 euros. No paga desde mayo", dice una asociaci¨®n
El aprieto empez¨® a fraguarse la primavera pasada, cuando la Generalitat retras¨® el pago de los servicios de forma indiscriminada por unos pocos d¨ªas. Este lapso, que Econom¨ªa justifica por el retraso con que la Generalitat recibe los fondos del Gobierno central, basta para cruzar la barrera del fin de mes. La cuesti¨®n se aclara sobre el calendario: antes las entidades cobraban los servicios realizados en agosto a mediados de octubre. Ahora lo hacen sobre el d¨ªa 30 de ese mismo mes, una vez ya han cargado de su propia cuenta con las n¨®minas y el resto de gastos mensuales.
El coste a?adido recae en una p¨®liza de cr¨¦dito cuyo tipo de inter¨¦s ronda el 18% mensual, y subiendo. Las entidades bancarias, al¨¦rgicas a p¨®lizas crediticias en tiempos de escasa liquidez, las encarecen o simplemente las suprimen de su oferta de productos financieros. El Departamento de Econom¨ªa amenaza con cerrar el grifo: estudia retrasar los pagos hasta otros 30 d¨ªas, seg¨²n ha notificado a algunas entidades. "Trabajamos para evitar que as¨ª sea pero no podemos garantizarlo", apuntan fuentes del departamento, que se?alan: "Las restricciones de cr¨¦dito nos afectan a todos, tambi¨¦n a la Generalitat".
ECOM rechaza el argumento porque se?ala que los presupuestos de 2008 se cerraron antes del temporal financiero. "El problema es la mala gesti¨®n del Departamento de Acci¨®n Social. Ha habido retrasos injustificados de muchos meses porque hab¨ªan perdido el expediente en cuesti¨®n", protesta Collado. La posible recesi¨®n tampoco escapa a su argumentaci¨®n: "El a?o que viene da p¨¢nico: se juntar¨¢ la mala gesti¨®n con los problemas econ¨®micos". APPS, federaci¨®n que representa a 269 entidades sociales y a 4.000 profesionales que trabajan con discapacitados mentales, achaca el problema al "s¨¢lvese quien pueda" con que la Administraci¨®n responde a la virulencia de la crisis. "La Generalitat ingresa menos dinero y traslada el problema al ¨²ltimo de la fila. Somos nosotros", razona Xavier Maslloren?, presidente de APPS.
Estas federaciones a?aden que al retraso generalizado se solapan otros de mayor gravedad. Econom¨ªa replica que paga los servicios a 74 d¨ªas. Una media estad¨ªstica que, admite, escamotea otros retrasos de mayor entidad. Acci¨®n Social, por su parte, acota las demoras a "casos concretos y de pocos meses".
Rosa, nombre ficticio, gestiona desde hace 10 a?os centros de acogida a mujeres maltratadas. Pide el anonimato para explicar que Econom¨ªa le adeuda 200.000 euros s¨®lo en n¨®minas, que se han ido acumulando desde mayo. "Estamos a punto de arruinarnos por hacer un servicio p¨²blico de la Generalitat", lamenta. Su empresa, que emplea a una cincuentena larga de profesionales, ha rozado la bancarrota: consumi¨® el tope de su p¨®liza de cr¨¦dito pero tras meses bregando entre funcionarios ha arrancado una promesa de pago para fines de este mes. El logro es p¨ªrrico: ahora debe resolver c¨®mo pagar los casi 40.000 euros que adeuda al banco en intereses.
Jaime, nombre supuesto del gerente de un centro de atenci¨®n para inmigrantes, dejar¨¢ de serlo el pr¨®ximo 31 de diciembre: su empresa ha decidido renunciar a la gesti¨®n de este servicio. Jaime, pese a su incierto futuro laboral, es el primero en agradecerlo. "Demasiado estr¨¦s. Me he hartado de llegar al l¨ªmite a cada fin de mes. Y con el panorama econ¨®mico que se acerca...", apura sin terminar la frase.
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