La pizarra de Emilio
Espa?a se uni¨® bajo el liderazgo de su capit¨¢n y con las bromas de Feliciano
"?Un respeto al capit¨¢n!", pide Feliciano L¨®pez con falsa indignaci¨®n. Espa?a se entrena en Argentina. David Ferrer imita con gusto ortop¨¦dico los golpes de Pato Clavet, y se dispone a hacer lo mismo con los de Emilio S¨¢nchez Vicario, El capi, que le dicen. Feliciano se escandaliza, saca mirando al techo, y as¨ª le limpia el cuerpo de un pelotazo a Marcel Granollers, sin querer, seg¨²n dice. "?Me ha rozado el culo!", se queja el barcelon¨¦s. El equipo espa?ol al completo participa de la broma.
No es cualquier cosa. Siete tenistas -Rafael Nadal, David Ferrer, Tommy Robredo, Nicol¨¢s Almagro, Fernando Verdasco, L¨®pez y Granollers- han defendido a Espa?a en 2008. Son dos equipos entrelazados por las an¨¦cdotas vividas a trav¨¦s de dos continentes y tres eliminatorias, con y sin Nadal en el equipo.
Siete tenistas han firmado la victoria en tres eliminatorias en dos continentes
"Hay muy buen rollo entre nosotros", resume ?scar Hern¨¢ndez, sparring del equipo en la primera eliminatoria, que llev¨® a Espa?a hasta las "t¨¦tricas" instalaciones del Polo Hockey Club de Lima, en Per¨².
All¨ª, Feliciano L¨®pez se licenci¨® en bromas. "Estuvo plet¨®rico", asiente el barcelon¨¦s antes de recordar c¨®mo se activaron los mecanismos del equipo cuando no lograba abandonar el pa¨ªs. "Salir de Per¨² fue un show. Llego al aeropuerto y me dicen que no puedo volar a Brasil, que tengo que estar vacunado de la malaria. Discut¨ª con la chica. 'La ¨²nica manera de que usted viaje es que lo autorice un m¨¦dico que diga que est¨¢ vacunado', me dijo. Consegu¨ª que el m¨¦dico del equipo mandara un fax. Una mentira, claro. Me vi atrapado. Le dije a la chica que le daba 200 d¨®lares porque me dejara marchar, la intent¨¦ sobornar. ?Quer¨ªa que le diera m¨¢s!".
En aquel viaje, ?scar Hern¨¢ndez, como todos los novatos en cada eliminatoria, tuvo que dar un discurso durante la cena de gala que reuni¨® a los dos equipos. Ya pas¨® antes por la misma ceremonia Marcel Granollers, la novedad del equipo en Mar del Plata. "Me pas¨® el micr¨®fono Almagro, porque pring¨¢bamos a medias", dice Hern¨¢ndez, al que ya hab¨ªa avisado Granollers. "Mientras hablaba, los compa?eros me dec¨ªan cosas por lo bajo, tonter¨ªas...".
La siguiente eliminatoria llev¨® a Espa?a a jugar contra Alemania en Bremen. All¨ª se gest¨® el enfrentamiento entre los tenistas y Pedro Mu?oz, el presidente de la federaci¨®n. Antes de imitar a Joaqu¨ªn Sabina con indudable talento durante una cena, Mu?oz se dirigi¨® a los tenistas con una sonrisa. "Os habla Dani", les dijo. El apodo de Mu?oz, Dani, se supone que por Danny DeVito, el chaparro actor estadounidense, hab¨ªa sido pronunciado en p¨²blico. Luego, lograda la victoria, llegaron los primeros roces por la elecci¨®n de la sede en la que Espa?a deb¨ªa recibir a Estados Unidos en semifinales. El debate, que acab¨® en guerra abierta, ciment¨® la relaci¨®n de los tenistas y estuvo presidido por una pizarra. La pizarra de Emilio S¨¢nchez Vicario, que eligi¨® el lado de sus chicos.
"Apunta los nombres de todos los miembros del equipo", dicen desde la caseta; "y pinta varias categor¨ªas: profesionalidad, faltas de respeto. Va poniendo puntos. Si te pasas con ¨¦l, si le faltas un poco, te pone un negativo. Feli, por ejemplo, imitaba a Emilio cuando jugaba el dobles. Tambi¨¦n te los pone si dices algo fuera de lugar en el bus".
El veh¨ªculo que refleja el ambiente del vestuario, tenso en campa?as pasadas y por momentos tambi¨¦n en ¨¦sta -cuando Nadal consigui¨® lesionado el punto decisivo ante Estados Unidos, por ejemplo- no tiene nada que ver con el autob¨²s. M¨¢s bien lo contrario. Durante las semifinales, una empresa cedi¨® a Ferrer un Ferrari rojo llameante. El alicantino no se atrev¨ªa a conducirlo. Rug¨ªa el motor a¨²n sin las llaves puestas. Y a ¨¦l se subieron Javier Piles, su t¨¦cnico, y Feliciano. "Uno que se atreve", dijo el entrenador. Como los espa?oles que han ganado la Copa Davis sin el n¨²mero uno del mundo y en Argentina.
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