Objetivo, que no caiga ning¨²n grande
EE UU pone en pr¨¢ctica el acuerdo del G-7 para evitar la quiebra de bancos
La lecci¨®n de Lehman Brothers fue dolorosa para el sistema financiero mundial y vergonzante para el modelo de supervisi¨®n de Estados Unidos. La Reserva Federal y el Departamento del Tesoro dejaron caer en septiembre al banco de inversi¨®n, uno de los principales colocadores de t¨ªtulos respaldados por hipotecas basura que precipitaron la crisis. Se supon¨ªa que era un paso hacia el necesario saneamiento del mercado, pero las autoridades menospreciaron el alcance de la propagaci¨®n de los t¨ªtulos de Lehman.
El resto de la historia es bien conocida. La quiebra de Lehman elev¨® la desconfianza del mercado, al comprobar que algunos de los principales bancos del mundo ten¨ªan parte de su cartera lastrada con los t¨ªtulos negociados por el banco de inversi¨®n. Desde entonces, la crisis no ha hecho m¨¢s que empeorar. De la experiencia de Lehman, los pa¨ªses avanzados sacaron una conclusi¨®n: tal y como est¨¢ el mercado, no se puede correr el riesgo de dejar caer a ninguna gran entidad. Una ense?anza que el Gobierno de Estados Unidos aplica ahora con Citigroup.
La rectificaci¨®n en la estrategia de EE UU se englob¨® en un acuerdo m¨¢s amplio del G-7 hace mes y medio en Washington. El club de los pa¨ªses ricos adopt¨® el criterio de Reino Unido: cualquier intervenci¨®n p¨²blica estaba justificada, desde la compra de acciones a la adquisici¨®n de activos contaminados para evitar la quiebra de cualquier entidad "con riesgo sist¨¦mico".
Las intervenciones adoptadas hasta ahora evidencian que los Gobiernos priman la inyecci¨®n de capital para rescatar bancos en problemas y la emisi¨®n de avales para reactivar los pr¨¦stamos entre las entidades.
La rectificaci¨®n de EE UU fue mucho m¨¢s n¨ªtida cuando Henry Paulson, el responsable del Departamento del Tesoro, admiti¨® que el dise?o inicial de su plan de rescate al sector, valorado en 480.000 millones de euros, no era operativo.
Paulson apost¨® al principio por subastas generalizadas para adquirir activos contaminados por las hipotecas basura. Pero hace tres semanas abandon¨® la idea y admiti¨® que la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida de actuaci¨®n era la compra de acciones de los bancos, como planteaba Europa.
Ahora, en una vuelta m¨¢s de tuerca a su estrategia, el Gobierno estadounidense se plantea incluso atacar el gigantesco problema de Citigroup desde ambos frentes. El objetivo es evitar una quiebra a toda costa. Otra muestra de que la intervenci¨®n p¨²blica en el sector financiero ha dejado de ser un tab¨² en EE UU.
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